En este oratorio de la familia Ponte se lleva a cabo la costumbre religiosa de la custodia del Cristo de la Misericordia en Semana Santa, con la presencia de la Virgen de la Soledad de Garachico. Es única en Canarias por su antigüedad (435 años) y por la espectacularidad que supone la procesión y entierro del Cristo de la Misericordia, con la permanencia y custodia varios días de la Virgen de la Soledad. Durante siglos los patronos y conservadores del oratorio particular han sido los descendientes de la familia Prieto, absorbida por la familia Ponte (rama Ponte-Ximénez) tras el matrimonio de Catalina Prieto-del-Hoyo y Franchi-Alfaro con Gaspar de Ponte-Ximénez y Ponte alrededor de 1769. A partir de la mitad del siglo XIX (Catalina Prieto falleció en 1822) el Oratorio de la familia Prieto sería ya conocido como el Oratorio de la familia Ponte u Oratorio de la Soledad. Según Carlos Acosta García, en su blog 'Joya de Tenerife'(Garachico), "En el presente siglo y durante muchos años tuvo Garachico, en el Domingo de Ramos, sólo dos procesiones: la del Señor del Huerto y el traslado del Cristo de la Misericordia a la Casa de Ponte". En esta entrada nos centraremos en la segunda, estando la primera también muy relacionada con la familia Ponte. Carlos Acosta también indica - con mucho acierto - que "El Domingo de Ramos garachiquense tuvo en el pasado un desarrollo con serias complicaciones. Algunas veces por una mal entendida rivalidad entre comunidades religiosas, hermandades y personajes relevantes del municipio. Pero, con buena voluntad, se subsanaron las irregularidades, permitiendo que a nuestros días llegaran las costumbres ya remansadas y convertidas casi en ley". La cofradía de Nuestra Sra. de la Soledad y procesión del entierro de Cristo de la Misericordia, que es traído desde la Parroquia de Santa Ana, existe desde el último cuarto del siglo XVI. Carlos Acosta explica la tradición a día de hoy: "Desde unas horas antes, en la iglesia de Santa Ana y en su capilla de siempre, está ya el Cristo, cubierto por un paño morado, en posición horizontal, sin la cruz. Se acercan los sacerdotes 30 y levantan sin gran esfuerzo la imagen, la depositan sobre sus hombros, cubierta aún con el paño e inician el cortejo. Varios miembros de la familia Ponte, con el heredero del vínculo a la cabeza [hoy lo es don Melchor de Ponte Cullen] portan faroles para escoltar al Cristo. Se sale en silencio, por la calle trasera de la iglesia y así, sin música y sin rezos -sólo se escuchan las pisadas de los fieles-, con ciertas prisas como si hubiera algo que ocultar, se dirige la comitiva, a la que se han ido uniendo numerosas personas, hasta el domicilio en el que ha de permanecer el Cristo hasta el Viernes. Es lo qué el pueblo llama «la procesión de la Sala». Todos suben a la planta alta del hermoso edificio [actualmente se limita la subida por precauciones con el peso que pueda soportar la escalera] y allí se reza el rosario. Los últimos en subir no han podido presenciar una sencilla ceremonia mediante la cual el Cristo es depositado en una especie de sepulcro que hay debajo del altar, fuera de la vista de todos. El altar está presidido por la Dolorosa [se dice que es de Rodríguez de la Oliva, aunque también hay quien la atribuye al sevillano Manuel Ixcrot]. Se mantiene un San Juan Evangelista de cierto porte (...)". Tuvo por primer prioste (mayordomo de la cofradía) al beneficiado Alonso de Torres de 1588 a 1598, año en que fallece. Remitiéndonos de nuevo al blog de Carlos Acosta, éste nos aporta la siguiente información: "(...) en 1562 Alonso de Torres construyó la capilla de la Soledad, en la que sabemos que fue también colocado el Santo Cristo, del que se habla nuevamente en 1584, con ocasión de la visita del obispo Rueda. Hemos de apresurarnos a decir que fue dedicado, desde el primer momento, «al paso del Santo Entierro del Viernes Santo, cuyos adornos, decoración y túmulo dejó dotados don Melchor Prieto de Saa, Depositario General y Regidor Perpetuo de esta Isla, por su testamento ante Gaspar Delgadillo a 17 de febrero de 1617»". Los patronos durante ese tiempo son Melchor López Prieto de Sáa [I del nombre] junto con su mujer María Luis Fernández. Transcurridos otros 41 años (alrededor de 1639, fecha de varios documentos que se conservan pero con escritura procesal de inicios del siglo XVII) se establece un pleito entre Melchor López Prieto [II del nombre] y los cofrades representados por Nicoloso de Ponte y Cuevas Vargas [tercero del nombre, biznieto de Bartolomé de Ponte y Cuevas, que casó con Marina Fonte y Aguilar, y dio comienzo a la rama Ponte Fonte] para ver quién debe continuar como prioste o mayordomo de la cofradía. Melchor López Prieto afirma que su padre y él lo llevan siendo desde 1589 (pues afirma que desde 50 años atrás), lo cual era negado por Nicoloso de Ponte, que cita la fecha de la muerte en 1598 del instituidor Alonso de Torres y que por tanto no pueden ser tantos los años y además les recuerda que no disponen del documento del título y que no es lo mismo ser patrono que prioste. Además, defiende que los Prieto eran en tal caso sólo 'patronos de la cera' y que no es necesario que se lleve en procesión al Cristo a la casa de los Prieto pues lo que se adorna es sólo el ataúd como se puede hacer en la iglesia. Introducción a la familia Prieto: Joam López Preto o Juan López Prieto, hidalgo portugués, padre del citado Bielchor o Melchor López Prieto, vino con su familia a Garachico a mediados del siglo XVI. Su mujer fue Leonor López y sus padres fueron Juan Pérez Preto y Catalina López. Había nacido en Freixo de Espada à Cinta - Portugal (en la región de Tras-os-Montes, distrito de Braganza, en la frontera con Salamanca-España). Esta localidad, a las orillas del Duero, siempre ha sido conocida por sus viñedos, almendros, naranjos y olivos. Tenía castillo desde el siglo XIII y también el privilegio de "couto y homízio", limitado en 1406 a sólo tres aldeas del reino de Portugal. Juan López Prieto se asentó en Garachico en 1560. Recordemos que España y Portugal estuvieron bajo la misma corona más tarde, desde 1580 a 1640, lo que se conoce como la Unión Ibérica, que tuvo lugar durante los reinados de Felipe II (1580-1598) y sus sucesores Felipe III (1598-1621) y Felipe IV (1621-1640). Certificado de nobleza o hidalguía para Melchor López Prieto, expedida en 1615 en Lisboa - Portugal (en esos años estaba unida a España, luego este certificado era válido también en España) por un rey de armas, donde se indica el origen de su padre Juan López Prieto en la citada localidad de Freixo de Espada á Cinta. En el puerto de Garachico, entonces emporio de riqueza y del comercio canario, hizo asiento nuestro hombre Juan López Prieto, que fue mercader según se autodefine en su testamento. Pasó ante Gaspar de Cejas en 1572. En el testamento de Juan López Prieto, el 01/02/1581, pide ser enterrado en la iglesia parroquial de Santa Ana de Garachico, donde tenía preparada una sepultura "dentro de la Capilla Mayor, a la entrada del arco a mano derecho que es a la banda del evangelio". Pidió además ser enterrado con el hábito de San Francisco. Declara que con su mujer Leonor López tuvo como hijos legítimos a; Catalina, Melchor [López Prieto, I del nombre], Juana , María, Ana María (mujer de Julián Moreno Cotinho), Juan y Pedro López. A su hijo Melchor López Prieto, el varón mayor, aunque le hizo algunas donaciones, no le constituyó vínculo ni le hizo la mejora del tercio y quinto de sus bienes, pues esta mejora se la hizo a sus tres hijas menores. El remanente de sus bienes se los deja a todos los hijos por igual. Pero fue a su hijo Melchor al que la fortuna le sopló con tal fuerza que logró amasar un importante patrimonio (no sólo por el comercio del vino y por préstamos de capital, sino también por sus importantes cargos, que le dotaron de mucha influencia social), ocupando un lugar relevante en aquella comunidad, y emparentando él y sus descendientes con las principales familias locales. En sus dos hijos mayores varones instituyó sendos mayorazgos de 30 mil ducados cada uno. Melchor López Prieto (I del nombre) fue capitán de milicias de la Gente de Guerra, regidor perpetuo y depositario general de su Cabildo desde 1604, y ministro cualificado y familiar del Santo Oficio de la Inquisición. Contrajo matrimonio en 1584 con María Luis Fernández y ambos cónyuges fundaron en 1606 los dos primeros mayorazgos de la casa de Prieto en Tenerife (ambos con una asignación inicial de 30.000 ducados). Están enterrados en la capilla mayor de la parroquia de Santa Ana de Garachico. Melchor fue mayordomo de dicha parroquia de Santa Ana (así aparece alrededor de 1615 en varios documentos). Este Melchor I López Prieto, en su testamento ante Gaspar Delgadillo, ototorgado con fecha de 23 de febrero de 1617 (cláusula 8ª) instituye esta función formándose en ella un Patronato; nombrando por Patronos a los sucesores en sus Mayorazgos, y dotándola con 100 ducados de tributo anual, y con muchos enseres. María Luis, mujer del anterior, por su testamento ante el mismo escribano en 20 de agosto de 1619 (cláusula 14), deha varias prendas en favor del dicho Patronato bajo varias condiciones. María Luis, en un codicilio añadido el 10/10/1619 a su testamento, renueva tal donación, revistiéndola de otras condiciones. Así, manda que: "se le dé a la Iglesia de Sra Sta Ana del Lugar de Garachico la mejor alfombra que tengo para que sirva al Altar Mayor, la qual se le dé al Mayordomo de la Yglesia luego yomuera que será una alfombra grande colorarada (...)" Y añade: "Digo que Yo tenido y tengo gran devoción a la gloriosa Sta Ana y quiero y es mi voluntad de en todo el tiempo que yo viviese y Dios Nro Sr fuere servido de darme vida hacerle la festividad, y para despues de los dias de mi vida mando y ordeno que perpetuamente para siempre jamas se haga la dicha festividad, para ello, y que hay de que pagarse se tomen 300 ducados de mis bienes y se pongan a tributo sobre buenas propiedades, y si se hallaren a comparar tributos de los biejos a siete por ciento se compren, y lo que rentare se gaste para la dicha fiesta, y prosecion a dispocicion del Patrono, el cual Patrono lleve por su administración dos ducados cada un año, y desde luego nombro por Patrono para que haga decir e hacer la dicha fiesta a D Luis Fernando Prieto mi hijo, y a sus hijos, y descendientes lexitimos, prefiriendo siempre el mayor a el menor, y el varon a la hembra, en igual grado aunque sea menor en edad, y a falta del dicho D Luis Fernando Prieto y sus descendientes llamo a D Melchor López Prieto asimismo mi hijo, y a sus descendientes en la misma forma, y así sucesivamente al Pariente más propinquo de mi linaje a falta de descendientes del dicho Melchor López, y para que esto se haga con brevedad se tomen luego que yo fallesca 300 ducados que tengo en un cofre en mi casa en dinero de contado y de ellos se cumpla esta memoria sin dilación". Melchor López Prieto y María Luis tuvieron dos hijos (el Nobiliario de Canarias los pone en orden inverso de edad; claramente es un error): 1. El Capitán Luis Fernándo/ez Prieto de Sá, Alguacil Mayor del Santo Oficio y Regidor Perpetuo de Tenerife en 1622. Recibió en 1606/08 el primer vinculo o mayorazgo de Prieto, tras la licencia Real que lo autorizaba. No tenía sucesor al tiempo de su muerte, por lo que su mayorazgo pasó más adelante a los descendientes de su hermano Melchor. 2. Melchor López Prieto de Sáa, II del nombre. Capitán de Infantería de las Milicias, Regidor Perpetuo y Depositario general de la Isla - como había sido su padre -, Familiar del Santo Oficio de la Inquisición, Alcaide del castillo de San Miguel de Garachico en 1643. Casó en Los Realejos en 1614 con Magdalena del Hoyo-Solórzano y Ayala, sucesora en uno de los dos mayorazgos que para dote de sus hijas instituyeron en 1614 el Capitán Esteban del Hoyo-Solórzano y Mesa y su mujer Jerónima de Ayala Jovel y Guzmán. En este extracto del testamento en 1822 de Catalina Prieto aclara que su antepasado Melchor López Prieto, marido de Magdalena del Hoyo, ya fue poseedor de ambas vinculaciones y sus agregados, por haberse extinguido la línea del dicho Luis Fernando Prieto, indicando que este último había sido el primogénito de los fundadores. El segundo Melchor López Prieto en su testamento ante Hernando Yanes Machado, en 1 de julio de 1661 (cláusula 16), dice haber aumentado después de la muerte de sus padres las prendas y enseres del Patronato y encarga a su hijo primogénito que lleve en aumento la función. Para ello le graba todos los bienes que le dejaba además de su legítima con la obligación de que sus réditos contribuyesen a costearla. Declara habérsele redimido el tributo de 100 ducados que se padre había dejado al Patronato, percibiendo sólamente mil de capital para evitar pleitos. Y por último al concluir el señalamiento de bienes para el segundo Mayorazgo (cláusula 23) manifiesta que los referidos 100 ducados iban envueltos en el valor de dichos bienes; privando por lo mismo a su hijo primogénito del derecho para pedir reintegro a sus demás hermanos. A pesar de dicha disposición, el mismo 2º Melchor dio a la Casa del Hoyo Solórzano 2.000 ducados a tributo, la cual para su responsabilidad, grabó unas viñas sitas donde dicen Las Cañas, y también otras fincas, según es de ver en la escritura de imposición que obra en los autos que se siguieron más adelante contra D. Fernando del Hoyo, de cuya escritura aparecen también las condiciones; señalando este ttributo para la función consabida, en subrogación del que para la misma su padre había destinado. En los referidos autos contra D Fernando del Hoyo, desde el folio 114 al 116 está una lista de los enseres o piezas donadas para dicha función: un iventario de las prendas dejadas por Dª María Luis desde el folio 130 al 132. Y al folio 174 se ve probado ser este establecimiento un Patronato laical, y que corre unido a los Mayorazgos. Volviendo a la tradición de la Virgen de la Soledad y Cristo de la Misericordia, veamos los APUNTES PARA EL PLEITO DE LA PROCESIÓN DE NUESTRO SEÑOR EL VIERNES SANTO (documento de 1639): 'Por el proceso que lleva el señor capitán Nicoloso de Ponte [Cuevas Vargas, III del nombre], se verá lo hecho con el pleito que los cofrades de Nuestra Señora de la Soledad y Entierro del Santo Cristo, en el Viernes Santo, traen contra don Melchor López [Prieto] sobre el haber pedido se nombre prioste de dicha cofradía, en virtud de la erección de ella, de que lleva dicho señor un testimonio. Y por ella se verá haber sido el instituidor suyo el beneficiado Alonso de Torres, y en premio de esta tan buena obra lo nombraron por prioste mientras viviese, y corre dende el año de 1588 años hasta el de 1598 que murió, conque queda desvanecido lo que alega el contrario en que su padre fue el instituidor y han sido él y su padre priostes 50 años, siendo así que no ha más de 41 que murió el dicho beneficiado Torres, primer prioste. Mayormente, que la institución dice que los cofrades nombren prioste y mayordomo, como se ha hecho nombrando mayordomos que pasasen por los libros de la cofradía, y en ellos no consta haberse nombrado a Melchor López [Prieto] ni a su hijo por priostes. Así mismo consta por dichos libros y cuentas que han dado los mayordomos, que han sido estas, y de que lleva memoria, dicho señor autoriza cómo todas las insignias, palio, guía, ataúd con que se hace el Santo Entierro y se pulieron, es de la dicha cofradía y se compró de su limosna, y a su costa se pagan los sacerdotes que llevan el Santo Cristo en el entierro, y gastos que la cofradía hacía [tachado] de ordinario de incienso y vino para lavatorios de los penitentes y colación para ellos, y otros gastos. Por ende, claro se hecha de ver que la cofradía hacía a su costa esta procesión, y no ser instituida por los contrarios, sino solo él, aun por cláu[su]la de su testamento, que también va mandado la limosna, que se verá, para el renuevo de la cera que aquel día en el culto se gasta, y en ella no dice (ni quiso ni pudo) que el patrono que de dicha obra se nombra lleve báculo, ni se admita a otra cosa que en acudir al renuevo de lo que contiene dicha cláusula, y en pago de este trabajo se lleve el superávit de dichos 100 ducados. Y es muy diferente ser patrono de esta obra pía y manda de su padre, a ser prioste, que eso solo toca a los cofrades el nombrarlo, o a prelado para que gobierne la procesión y cofradía como [¿cosa?] de él, y costeado a costa de la cofradía todas las insignias, y lo más con que se forma dicha procesión, y el contrario no tener en ella más que lo que consta por las cláusulas de su padre y madre, y sobre todo se repare en que su padre dice, en la cláusula de esta obra pía, que el patrono haya de acudir al renuevo de la cera, túmulo y bayeta, y no otra cosa. Y en que, a lo que alega que es muy preciso lo que sus padres dejaron para esta obra, por las cláusulas se verá no valen todas las hojas de dos a tres mil reales, y la cera que se gastará cada año, 30 libras, que valdrán 150 reales, y otros 150 reales de otros gastos, que serán 300 reales. Y lo demás se lleva el patrono, y aunque alega están perdidos los mil ducados, de los dos mil que su padre dejó, es de advertir que su padre quiso que hubiese cuota? fija para el efecto, y por eso lo señaló en estos [...] de dos mil ducados. Y por haberlos señalado en el vínculo que hizo, al dicho don Melchor le pide lo haga por bien, y manda se le pague en otros bienes, y caso que estos que señaló se hayan perdido, como dice, señala los otros dos mil que se le dieron en pagamiento de estos que le tomó su padre y dejó para este efecto, de suerte que por este camino no están perdidos los mil ducados, como dice. Y así mismo, se verá en estos papeles de las cuentas de los mayordomos cómo, ha 27 años, se le compró el palio y otras cosas para dicho Entierro a costa de dicha cofradía, lo cual no se hiciera si la procesión fuera suya desde ahora 50 años, como dice, y él lo hubiera comprado y costeado, como instituidor que se dice ser de dicho Entierro. Hemos sabido que por comisión del corregidor ha hecho el contrario información, probando los alegatos de sus escritos con mucha suma de testigos, sin habernos citado, y que ha sacado dos testimonios de ellas. Sin saber el intento, adviértese si podrá parecer con alguno de ellos ante el señor Arzobispo de Sevilla, o señor Nuncio, con los testimonios que le han dado de los escritos que ha presentado en este pleito y autos del señor Obispo, pidiendo amparo de lo que tiene probado, o si convendrá pedir ante el señor Obispo, o señor Corregidor, les exima dichas informaciones, y mandar a Sevilla y Madrid algunos recaudos, [por]que allá no quede indefenso este pleito. Y si pareciere, digamos, que era prioste su padre y él, por nombramiento que debió de haber del lugar, lo digamos. Y que hoy queremos nombrar otro, y no queremos cosa más, sino que se quede lo ordenado y dispuesto en la erección de la cofradía, que ha de ser cada año el nombrar prioste y mayordomos, y que él no lo pudo ser, sino por nombramiento de los vecinos o de algún sumo prelado, porque por la manda de su padre no es sino patrono de su cera. Y en los escritos alega ha 50 años que son priostes, y la cofradía se instituyó ha 51, como consta de su fundación, y que fue el instituidor Alonso de Torres diez años, con que es falso el alegar ha 50 años lo fue su padre y él. Y si los testigos hubieren hecho torsión de la verdad, y en cosas de iglesia no hay posesión sin título, según dicen. En lo del Santo Cristo, que alega que no se puede aderezar sino en su casa, por el mucho tiempo que se gasta en adornar el ataúd, se hallará y probará bastantísimamente que para lo que se hace no se necesita de sacar el Santo Cristo de la iglesia y llevarlo a casa ninguna particular, porque lo que se adorna es solo el ataúd, y no hay más que alzar el cobertor y ponerlo en el ataúd, que es lo mismo que se hace en la iglesia cuando le sacan del ataúd para entrarle en el sepulcro, y luego llevan el ataúd con todo lo aderezado en casa de quien lo aderezó para descomponerlo. Y con esto se excusa [a] las juntas de mujeres y siervas que entren de noche a rezar en una casa particular'. Melchor López Prieto de Sáa, segundo del nombre, por su parte manda escribir el siguiente documento en 1640 (el cual transcribo (estaba en escritura procesal): ’SOBRE EL ENTIERRO Y SOLEDAD. FUNCIÓN DE ESTA CASA’. Cofradía del Santo Entierro. Transcripción en lenguaje
contemporáneo En el lugar de Garachico,
isla de Tenerife, en diecisiete de febrero de mil seiscientos y cuarenta años [17/02/1640], ante su merced, el licenciado Gaspar Pérez de
Illada, consultor calificante del Santo Oficio, vicario y beneficiado de este
lugar, presentó el contenido con dos testimonios de una provisión y auto, el capitán
don Melchor López Prieto, de esa regidor perpetuo, y depositario general de
esta isla por Su Majestad, familiar y notario del Santo Oficio en la causa del
despojo que se había hecho del patronazgo y oficio de prioste de la procesión y
festividad del Entierro de nuestro señor Jesucristo y Soledad de nuestra
señora, su bendita madre, sobre que la Real Audiencia de estas islas proveyó
auto de fuerza, por el cual se declaró hacérseme y que se repusiese todo lo
hecho, procedido y ejecutado después de mis apelaciones, que se le notificó a
vuestra merced y al señor provisor y visitador de este obispado, y al señor
arzobispo. Y se obedeció y mandó guardar y cumplir, por manera que yo he
quedado y quedé en mi posesión del dicho patronazgo y oficio de prioste, para
usarlo y ejercitarlo según como lo había en el día de la festividad, procesión
y entierro. Y uno de los particulares de mi posesión es tener las insignias en
mi casa, con la guarda y decencia necesaria, y estas están fuera de ella por
mandado de vuestra merced, y las tiene Jacinto Perera. Pido y suplico a vuestra
merced que, en cumplimiento del auto y provisión de fuerza mandada cumplir,
mande se me entreguen dichas insignias, y todo lo demás de que estoy despojado,
como de la figura del Santo Cristo, y que esta se el día del Martes santo, con
la veneración y me entregue en autoridad que siempre se ha hecho, sin innovar
en cosa alguna. Pido justicia, y en lo necesario, etc. Y de lo contrario
protesto dar cuenta a la Real Audiencia, y protesto todo aquello que protestar
me convenga, y lo pido por este medio. Bachiller Francisco García Sánchez. Otrosí,
presento tanto de la Real provisión de su Majestad, y de los muy ilustres
señores de la Real Audiencia en su nombre, y del cumplimiento de ella por el
señor arzobispo y por el señor visitador y vuestra merced, para que en todo y
por todo se cumpla, y sin dilación se me entreguen las insignias, y a su tiempo
la figura del Santo Cristo, para cumplir con mi obligación. De lo contrario, al
presente escribano en estos autos me dé por fe lo que respondiere vuestra
merced, para dar cuenta a los muy ilustres señores de la Audiencia, y le pido y
requiero no los largue de la mano y me los vuelva, y en lo necesario, etc. Don
Melchor López. Provisión El presidente y oidores de
la audiencia del Rey nuestro señor, etc. A vos, el arzobispo, obispo de estas
islas, y a vuestro provisor y vicario del lugar de Garachico, y a otro
cualquiera juez eclesiástico que conociere o hubiere conocido de la causa de
que se hará mención. Sabed que en la causa que hasta esta Audiencia vino por
vía de fuerza, por parte de don Melchor López Prieto, que dijo le hacíais en
proceder contra él sobre ciertos patronazgos. Vistos los dichos autos sobre la
dicha fuerza se proveyó lo siguiente: En Canaria, a veintitrés de
septiembre de mil seiscientos treinta y nueve años [23/09/1639], los señores presidente y
oidores, habiendo visto estos autos eclesiásticos de los regidores de Garachico
contra el capitán don Melchor López Prieto, en razón del patronazgo y oficio de
prioste de la cofradía del Entierro de Cristo y Soledad de la Virgen, en el
dicho lugar de Garachico, que a esta Audiencia vinieron por vía de fuerza. De
la que pretende el dicho don Melchor, y hace el obispo de estas islas, en llevar
a debida ejecución sus autos, de once de abril y veinte del mismo [11/04/1639], de este presente
año, y con efecto despojarlo de la posesión en que estaba, sino otorgarle sus
apelaciones. Dijeron que el dicho obispo hace fuerza, la cual alzando y
quitándosela manda otorgue las apelaciones al dicho don Melchor López, para
allí ido, las interpuso reponiendo y anulando todo lo procedido y ejecutado
después de ellas, absuelva los excomulgados y alce entredichos, lo cual cumpla pena
de las temporalidades que hoy tienen estos Reinos y señoríos de su Majestad, y
de ser habido por ajeno y extraño de ellas. Y lo rubricaron ante mí, Francisco
Sánchez de Escobar. Y para que os conste, del dicho auto se mandó dar esta para
vos, porque os mandamos veáis el aquí inserto, y lo cumpláis, so las penas en
él puestas. Y mandamos a cualquier escribano os lo notifique y de ello dé fe,
pena de diez mil maravedís para la cámara de Su Majestad y estrados de esta
Audiencia. Dada en Canaria, a veintitrés de septiembre de mil seiscientos y
treinta y nueve años [23/10/1639]. El licenciado don Juan Fernández de Talavera. El
licenciado don Miguel Escudero de Peralta. El licenciado don Pedro de Vergara
Alzola. Francisco Sánchez Escobar, escribano, receptor de la Real Audiencia de
Canaria que hago oficio de escribano de cámara de ella, la hice escribir por su
mandado. En el lugar de Garachico de
esta isla de Tenerife, en dos días del mes de octubre de mil seiscientos
treinta y nueve [02/10/1639], yo, Mateo del Hoyo, escribano público, doy fe y
notifiqué la provisión de atrás, de los muy ilustres señores presidente y
oidores de la Real Audiencia de estas islas, al licenciado Gaspar Pérez de
Illada, consultor calificante del Santo Oficio, y vicario y beneficiado de este
lugar de Garachico, el cual dixo [dijo] que se guarde y cumpla como los dichos
muy ilustres presidente y oidores de la Real Audiencia lo mandan. Y lo firmó,
siendo testigos Diego Martín de Matos y licenciado Jacinto Perera Franco,
vecinos de este lugar. Bachiller Gaspar Pérez de Illada. Matheo del Hoyo,
escribano público. Enmendado ‘to’ y ‘br’, valga. Concuerda con el original donde
fue sacado este testimonio, el cual lo saqué a pedimiento del capitán don
Melchor López Prieto, de esa, el cual lo volvió a llevar a su poder con este
testimonio. Y fueron testigos a verlo corregir: Pedro Yanes Dante y Pedro
Flores, el mozo, regidores de este lugar. Y en fe y testimonio de verdad hice
mi signo. Matheo del Hoyo, escribano público. Los escribanos y notarios
públicos en esta isla de Tenerife, que aquí firmamos, certificamos y damos fé y
verdadero testimonio a los que la presente bieren [vieren] cómo Mateo del Hoyo,
de quien va signado y firmado el testimonio de suso contenido, es escribano en
esta isla, y como tal usa y ejerce el dicho oficio, y se da entera fe y crédito
a sus escrituras y autos, en juicio y fuera de él. Hecho en esta dicha isla de Tenerife,
en tres días del mes de octubre de mil seiscientos treinta y nueve [03/10/1639]. Jacinto Perera Franco,
notario público. Hernando Yanes Machado, escribano público. En veinte de octubre
de mil setecientos treinta y nueve años [20/10/1639], en esta ciudad de Santa
Cruz de La Palma, de pedimiento del licenciado don Simón de Frías y Cuello, yo,
el escribano, hice saber la provisión de suso, de los muy ilustres señores de
la Real Audiencia de estas islas en que está por testimonio, a su merced, del
señor doctor don Diego Vázquez Romero Botello, tesorero de la santa iglesia de
Canaria, juez de la Santa Cruzada, consultor y juez ordinario del Santo Oficio,
provisor y visitador general de este obispado. Y aviéndola [habiéndola] su
merced oído, dijo que se guarde y cumpla como los muy ilustres señores de la
Real Audiencia de estas islas lo mandan. Y por cuanto su merced no tiene estos
autos, ni sabe el notario ante quien pasan, y por estar su merced en esta isla
de La Palma, para que en todo se le dé su cumplimiento se haga notoria la Real
provisión a cualquier notario ante quien pasaren, para que de ellos dé
testimonio a las partes, si lo pidiere[n], para que sigan su justicia donde les
conviniere y de derecho les tocare. Y esto dio por su respuesta y lo firmó, siendo
testigos Josef Martín de Rivera, su notario, y Salvador de Cáseres de Tix.e
[?], vecinos de esta isla, doctor don Diego Vázquez, Domingo Pérez, escribano
público. Concuerda este traslado con su original, de donde fue sacado, que para
este efecto me entregó el capitán don Melchor López Prieto, de esa, regidor de
esta isla a quien lo volví después de sacado, a que me remito. Y di este
testimonio en Garachico, veintitrés de enero de mil seiscientos cuarenta [23/01/1640], y en
fe y testimonio de verdad hice mi signo. Hernando Yanes Machado, escribano público.
Recibí el original, de donde se sacó este testimonio, y queda en mi poder.
Fecho en veintisiete de enero de mil seiscientos y cuarenta [27/01/1640]. Don Melchor López. Yo, Joán de Áuila de Betº
[?], notario público en esta isla de Tenerife por su señoría, el señor obispo
de estas islas de Canaria, certifico, doy fe y verdadero testimonio a los que
la presente vieren cómo en unos autos por testimonio, que parece[n] estar signados
y firmados de Antonio de Reg[u]ilón y Villarroel, notario público de este
obispado, y oficial mayor de la secretaría de su señoría ilustrísima el señor
arzobispo, obispo de estas dichas islas, mi señor, que para efecto escribió
ante mí el capitán don Melchor López Prieto, de esa regidor, y depositario general
de esta isla, perpetuo familiar y notario del Santo Oficio de la Inquisición,
en dieciséis de enero ]presente de este año, ante su señoría ilustrísima,
Gonzalo Yanes Dantés, en nombre del dicho capitán presentó un escrito, con un
poder otorgado al dicho Gonzalo Yanes por dicho capitán, diciendo haber
presentado y hecho notorio a su ilustrísima una provisión de la Real Audiencia
de estas islas, en razón de la procesión y entierro del Viernes Santo y Soledad
de Nuestra Señora, de que dijo era su parte patrono y prioste. Y que en ella se
declaraba hacer fuerza a su parte en no otorgarle sus apelaciones, y le mandaban
otorgarlas, y reponían lo hecho, procedido y ejecutado después de ellas, y que
en su vista había proveído se pusiese con los autos, y que se debían mandar reponer
y anular todo lo procedido y ejecutado después de las apelaciones, dejando a su
parte en su posición como antes estaba, y se le entregasen las insignias y
aparato y autoridad, para que lo guardase como antes, la cual parece se mandó
poner con los autos el dicho testimonio. Consta haberse presentado el dicho escrito
con la dicha provisión, digo la dicha provisión notificada a el dicho Gaspar
Pérez de Illada, vicario y beneficiado de este lugar, y a su señoría, y a don
Carlos de Briones Samaniego, su secretario. Después de lo cual, parece que en
la ciudad de La Laguna, en veinte de este dicho mes y año, se proveyó un auto
del tenor siguiente: En la ciudad de La Laguna,
en veinte de enero de mil seiscientos cuarenta años [20/01/1640], su señoría
ilustrísima el arzobispo, obispo de estas islas, mi señor, habiendo visto los
autos y los escritos presentados por parte de don Melchor López, dijo que se le
guarde el auto proveído en nueve de enero de este año presente [09/01/1640], en el cual su
ilustrísima lo dio a la provisión de esa Real Audiencia, y otorgó las
apelaciones, en cuya consecuencia y así mandó anulaba, y anuló, todo lo
proveído por su ilustrísima, después de ellas acá, dejando la causa en el
estado que tenía al tiempo que las interpuso. Y mandó que yo, el presente
secretario, dé testimonio de todos los autos a la parte del dicho don Melchor
López, y a la parte contraria si lo quisiere. Y el dicho don Melchor traiga
mejora de dicha su petición, dentro de seis meses por todo término. Y así
mandamos se le notifique y dé noticia de los navíos que están de próximo para
España en este puerto de Santa Cruz, para que le pare el perjuicio que hubiere
lugar de derecho. Y por este auto su ilustrísima así lo proveyó, mandó y firmó,
y que cualquier notario, clérigo o alguacil lo notifique. Francisco, arzobispo,
obispo de Canaria. Don Carlos de Briones Samaniego, secretario. El cual parece fue
notificado al dicho Gonzalo Yanes, en veintiuno del mes de enero [21/01/1640], como todo más
largamente consta del dicho testimonio y autos que en él están, donde saqué este,
que va cierto y verdadero, corregido y concertado, y lo llevó a su parte, el
dicho testimonio, el dicho capitán don Melchor, a cuyo pedimiento lo doy en
Garachico, que es en esta isla de Tenerife en veintisiete días del mes de enero
de mil seiscientos y cuarenta [27/01/1640]. Testigos a verlo corregir y
concertar: Gonzalo Yanes Dantés y Juan Navarro, vecinos de este lugar. Y en fe
y testimonio de verdad hice aquí este mi signo. Juan de Ávila de Betº
[?], notario apostólico. AUTO Y presentado con dichos
recaudos, su merced el señor vicario dijo que se guarde y cumpla así como se
contiene el auto de su ilustrísima, su señor, de veinte de enero de este año, y
lo mandado por los muy ilustres señores presidente e oidores de la Real
Audiencia de estas islas, dándole entero cumplimiento las personas a quien toca
en todo y parte. Y así lo proveyó, mandó y firmó, y se notifique a las personas
mayordomos. Bachiller Gaspar Pérez de Illada. Mateo del Hoyo, escribano
público. NOTIFICACIÓN En dicho día, mes y año
dicho, yo, el escribano, doy fe notifiqué el auto de atrás, e hice notoria la
aprobación de los muy ilustres señores presidente y oidores, a Jacinto Perera
Franco, mayordomo de la cofradía de la Soledad de este lugar, en su persona.
Mateo del Hoyo, escribano público. En el lugar de Garachico,
isla de Tenerife, en martes a la noche, tres de abril de mil seiscientos
cuarenta años [03/04/1640], ante su merced el licenciado Gaspar Pérez de Illada, vicario de
estas partes de Daute, y beneficiado de la parroquial de este lugar la
presentó. El contenido: El capitán don Melchor López
Prieto, de esa regidor, depositario general de esta isla, familiar y notario
del Santo Oficio de la Inquisición, prioste del Entierro de nuestro señor Jesucristo
y su procesión. En la causa del cumplimiento del auto y provisión de la Real
Audiencia de estas islas, despachada por vía de fuerza, contra la que se me
hacía en no haberme oído mis apelaciones, y dejádome en la posesión y costumbre
de tal prioste y patronazgo de la dicha celebridad del dicho Entierro, y
provisión de que estaba despojado, DIGO que la dicha provisión de restitución
de despojo, y declaración de despojo, se ha obedecido y mandado cumplir, en
cuyo cumplimiento, y de usar del dicho oficio según y como antes lo usaba, son
que de ninguna cosa de ello sea despojado. Y así, para que en todo se dé
cumplimiento a la dicha provisión y a la restitución del despojo, se ha de
llevar a mi casa el Santo Cristo, con la autoridad y decencia debida, y en la
forma que se solía hacer, para que en ella se aderece y adorne, poniéndolo con
la autoridad que siempre he hecho y se debe a tal imagen y figura de nuestro
señor Jesucristo, porque con eso quedará la dicha posesión cumplida. A vuestra
merced pido y suplico mande proveer y ejecutar así, y que se lleve a mi casa la
dicha imagen en la forma y manera que antes se solía hacer, requeriéndole como
le requiero a vuestra merced otra vez para este artículo con la dicha
provisión. Y de no hacerse y cumplirse
así, protesto las penas de la dicha provisión, y lo más que en derecho hubiere
lugar, y el auxilio Real de la fuerza, y pedir lo que más convenga en el dicho
Real Tribunal, lo que más convenga [sic,
repetición] en la dicha causa de despojo y modo del cumplimiento de sus Reales
procuraciones, pues en darlo consiste la obediencia de ellas. Y lo pido por
testimonio; justicia y costas protesto. Bachiller Francisco García Sánchez. Presentada, su merced el
señor vicario dijo que, cuando se le notificó la Real provisión de los muy ilustres
señores de la Real Audiencia, sobre lo que pide el capitán don Melchor López
Prieto, y de lo que proveyeron los muy ilustres señores, la obedeció y mandó
dar entero cumplimiento, y que se lo daría cada y cuando que el caso viniese, y
de nuevo estaba apercibido de dárselo enteramente, pero que hoy, dicho día, le
fue notificada por Jacinto Perera Franco, notario, en auto de su ilustrísima el
señor arzobispo, obispo de estas islas, en que le manda pena de cien ducados y
de excomunión menor latae sententiae, y provisión de oficio, no
consienta ni dé lugar a que se lleve a casa de seglar alguno el Santo Cristo de
esta cofradía, por ser cosa indecentísima que se saque de la iglesia a casas
seglares, y adorne por otras manos que de sacerdotes. Y por esta causa de
habérsele puesto la dicha excomunión de latae
sententiae está impedido por su prelado y juez, y no puede asistir a los
oficios divinos ni a la procesión que se ha de hacer con el Santo Cristo, por
la dicha excomunión latae sententiae,
no cumpliendo con lo que se le manda y no siendo servido su ilustrísima de
quitarle la dicha excomunión latae
sententiae, está presto de cumplir con lo mandado por los muy ilustres señores
en su provisión, además que su ilustrísima ha informado de la dicha provisión y
lo que contiene, que se le ha notificado y ha venido a su noticia que la ha
mandado cumplir. Y porque conste de ser cierto todo lo referido en este auto,
manda se saque e inserte en este el auto, del tenor siguiente, de su
ilustrísima. AUTO En la ciudad de San
Cristóbal de esta isla de Tenerife, en veinticuatro días del mes de marzo de
mil seiscientos cuarenta años [24/03/1640], su ilustrísima el señor arzobispo,
obispo de estas islas, mi señor, dijo que por cuanto en la parroquial de Santa
Ana del lugar de Garachico se hace la procesión, el Viernes santo a la tarde,
del Entierro de nuestro señor Jesucristo, y el año pasado prohibió el que se sacase
de la dicha iglesia la santa imagen a título de adornarla, y así no se sacó. Y
porque este año no se pretenda sacar por el dicho título de adornarla, cosa indecentísima
que a casa de seglares ni fuera de la iglesia se haga. Por tanto, mando que los
beneficiados del dicho lugar no consientan se saque de la iglesia el Santo
Cristo, sino que el adorno que se hubiere de poner sea dentro de ella y por
mano de personas eclesiásticas, pena de cien ducados cada uno, y que se
procederá con más rigor. Y mandó que el vicario del dicho lugar haga guardar y
cumplir este auto, so la dicha pena, y de excomunión menor latae sententiae y uso fatum
incurrendum y de provisión de oficio. Y so las dichas penas mandó a
cualquier notario o sacristán u otro clérigo lo notifique, y su ilustrísima lo firmó:
Francisco, arzobispo, obispo de Canaria. Don Juan de Briones Samaniego,
secretario. Y asimismo el dicho presbítero pidió se insertase su respuesta, que
es la que se sigue: NOTIFICACIÓN En el lugar de Garachico,
tres días del mes de marzo, digo tres días del mes de abril, de mil seiscientos
cuarenta años [03/04/1640], yo, Jacinto Perera Franco, notario público,
notifiqué el auto de atrás de su ilustrísima el arzobispo, obispo de estas
islas, mi señor, a los señores don Gaspar Pérez de Illada, vicario, y al señor
Bartolomé Lorenzo Guzmán, beneficiados de la parroquial de señora Santa Ana, en
persona, y los dichos señores beneficiados requirieron a mí, el presente
notario, les dé un tanto de este auto para en guarda de su derecho. Y el dicho
señor vicario dijo que ha mandado en la notificación que se le hizo por los muy
ilustres señores de la Real Audiencia, en razón de lo que pretende don Melchor
López, que se cumpliese y guardase dicha provisión, y se informó a su
ilustrísima de ello, y de presente lo hace. Y lo firmó, Gaspar Pérez de Illada,
ante mí, Jacinto Perera Franco, notario público. Y esto proveyó su merced. Y
respondió ante mí, el presente escribano, al escrito presentado, de que doy fe.
Gaspar Pérez de Illada. Hernando Yanes Machado, escribano público. Notifiqué en
dicho día, cuando presenté el escrito de atrás, al dicho licenciado García
Pérez de Illada la provisión de los muy ilustres señores que se refiere en
estos autos, y la notificación hecha antes de ahora al dicho licenciado, de que
doy testimonio. Hernando Yanes Machado, escribano público. En Garachico, tres de abril
de mil seiscientos cuarenta años [03/04/1640], ante su merced el licenciado
Gaspar Pérez de Illada, vicario de estas partes de Daute, la presentó. El
contenido: El capitán don Melchor López
Prieto, de esa regidor, y depositario general, familiar y notario del Santo
Oficio de esta isla, digo que yo tengo requerido a vuestra merced con la Real
provisión de Su Magestad, de los muy ilustres señores de la Real Audiencia en
su nombre, sobre la fuerza y despojo que se me hizo, de hecho y contra derecho
de no ir. La cual se obedeció por
el señor arzobispo, anulando sus autos como se le mandó, y así mismo, por el
señor visitador fue obedecido, y por vuestra merced lo mismo, mandando por su
auto se me entregasen las insignias, y que en todo se guardase y cumpliese lo
que mandaban los muy ilustres señores de la Real Audiencia. Con lo cual quedé
en mi uso y posesión que yo y mis padres hemos tenido de cincuenta años a esta
parte. Y así debía vuestra merced mandar traer el Santo Cristo a mi casa con la
autoridad que de cincuenta años a esta parte se ha acostumbrado, y no lo ha
hecho, antes ha dado causa que le requiera segunda vez, como de los autos
consta, que cumpla lo mandado por los muy ilustres señores de la Real
Audiencia, pues no debiendo dar lugar a quebrantamiento de las reales provisiones
ha cometido grave delito, que protesto dar cuenta de ello a su tiempo. Y
habiéndole requerido segunda vez, no cumple con su obligación, antes va
continuando con el dicho despojo, que es de no haber traído el Santo Cristo,
sea la procesión [...] sobre que se fundó el despojo, lo cual no había yo de
haber pedido, pues a vuestra merced le toca haberlo mandado traer al tiempo y
cuando es costumbre, y no por una parte mandar se guarde y cumpla la Real
provisión y por otra parte impedir su cumplimiento, pues habla con vuestra
merced con expresas palabras y a otro cualquier juez que haya conocido, o
conociere todo, en desacato de la Real provisión y del servicio de nuestro
Señor, que protestó pedir se ejecutasen las penas contra vuestra merced
impuestas, y otras mayores que tan grave delito piden. Y contra los demás que
parecieren y hayan dado causa a semejante quebrantamiento, dando en qué
entender en esta república con semejantes escándalos y delitos, causando y
quitando las voluntades a los fieles, para que excusen de acudir, y que vayan
ende se zurció de nuestro Señor las tales obras, y a mí así mismo la voluntad
que yo y mis padres hemos tenido de cincuenta años a esta parte, para que no se
haga el Entierro de Jesucristo con el adorno y decencia que se acostumbra en mi
casa, con la bordadura de oro, piedras y pedrería que siempre ha ido el ataúd y
almohadas y demás cosas de su entierro. Y no como el año pasado, que
se hizo y aderezó con perigallos tocados de mujeres. Y el túmbulo [sic], estando ya la iglesia llena de
gente, armándolo y desarmándolo por no saberlo poner, y quedándose la mayor
parte de la cera por encender, todo con mucho ruido y escándalo del pueblo. Siendo así que a no haber
dado yo el túmulo, cera y las demás cosas nesesarias se quedara sin hacer, con
lo cual divirtiéndome vuestra merced con pleitos y disgustos que yo jamás tuve,
ni mis padres, antes dándome muchas gracias por ello a mí y a los dichos por
los siguientes, de cincuenta años a esta parte como tengo dicho, por obra tan
pía y por gasto tan grande que tenemos, que importa más de diez mil ducados de
nuestras haciendas. Y todo esto debiera vuestra merced mirar, en lo cual no ha
reparado antes, insistiendo en el despojo, con poco temor de lo que los muy
ilustres señores han mandado prosigue en él, pues de no haber traído el Santo
Cristo ha cometido grave delito en quebrantamiento de las Reales provisiones, con
lo cual la vecindad está alborotada y escandalizada. Y esto lo tiene vuestra
merced de costumbre, en no dar cumplimiento a las dichas Reales provisiones,
como lo ha usado conmigo, pues habrá tiempo de dos años, teniéndome puesto en
la tablilla injustamente, traje las tres acordadas, y habiéndole requerido con
ellas no les dio su cumplimiento, de que fue multado en cien ducados. Y
asimismo, en un pleito que trae mi hermano, don Luis Fernando Prieto, de esa,
sobre un asiento en dicha iglesia de señora Santa Ana, donde vuestra merced es
beneficiado y vicario, habiendo los muy ilustres señores de la Real Audiencia
dado su provisión, para que vuestra merced remitiese los autos y no innovase en
quebrantamiento de dicha Real provisión, consintió poner pegas [?] en la
dicha iglesia y asiento, y dividirlo no dejando que juzgaran dichos señores en
quebrantamiento de dichas Reales provisiones, asistiendo vuestra merced a
verlas poner, y otros vecinos litigantes en el dicho pleito, de que protesto dar
cuenta de todo, y lo demás que convenga en semejantes quebrantamientos. A vuestra merced pido y requiero, una y las veces necesarias en el derecho, cumpla con lo mandado y observe sus órdenes de los muy ilustres señores, mandando luego sin dilación se lleve el Santo Cristo a mi casa. Y no lo impida ni dé lugar a semejantes quebrantamientos de las Reales provisiones, vuestra merced ni otra ninguna persona ni personas, y de lo contrario protesto el Real auxilio de la fuerza de la Real Audiencia, donde me presentaré y pediré las penas se ejecuten, y otras mayores a tan grave delito, contra vuestra merced y demás personas que quebrantan sus órdenes. Y contra los mayordomos de la dicha cofradía, a quien requiero cumpla con traer el Santo Cristo, como les toca, a la dicha mi casa, pues nadie se lo puede impedir. Y al presente escribano pido
y requiero cumpla con su oficio, y sin dilación lea todo este mi De cómo se lo pido y requiero, pido a los presentes me
sean testigos, y de cómo se lo entregué. Don Melchor López. AUTO Presentado, el señor vicario dijo que ahora, siempre que
pueda y no se le aten sus manos y jurisdicción por juez superior, está llano de
darle su cumplimiento a lo mandado por los muy ilustres señores, y que en lo que
dice de perigallos con que se adornó el Santo Cristo y lo demás que dice en él,
lo remite a señores jueces que de ello puedan conocer, y lo firmó. Bachiller Gaspar Pérez de Illada. Hernando Yañes Machado, escribano
público. NOTIFICACIÓN Notificose el requerimiento
de atrás a Jacinto Perera Franco, mayordomo de la cofradía del Santo Cristo, en
lo que con él habla, y se lo leí. El cual dijo que hasta ahora no sabe se haya
mandado sacar de la iglesia el Santo Cristo a casa de seglar, y que viendo el
mandato de quien pueda lo cumplirá. Y como notario notificó un
auto al señor vicario, no salga de la iglesia el dicho Santo Cristo, y protesta
no se pare perjuicio los requerimientos que se le hacen, y lo firmó hoy, tres
de abril de mil seiscientos cuarenta años [03/04/1640]. Jacinto Perera. Hernando Yanes
Machado, escribano público. FE Yo, Hernando Yanes Machado,
escribano público, de este lugar de Garachico, isla de Tenerife, por el Rey
nuestro señor, doy fe y verdadero testimonio cómo en el dicho día tres de
abril, sería con dos horas después de noche, que fue a la hora que acabé de
hacer las notificaciones, presentaciones y escritos, requerimientos y autos de
atrás, fui a casa del capitán don Melchor López Prieto, de esa regidor, y
depositario general de esta isla, y subí al cuarto principal de la sala de
ella, el cual estaba muy bien colgado, con muchas sedas y bordaduras de hilo de
oro, en algunas de ellas muchos retablos, dos altares con muchos candelones,
hachas guarnecidas de flores, cera blanca y un hachero con cuatro hachas, alfombrada
la casa y enramada con diversas flores, un bufete cubierto con una colcha de
terciopelo bordada, muy preciosa, y sobre un ataúd cubierto con un dosel, donde
dijo el capitán don Melchor se había de poner el Santo Cristo, y estaban pendientes
de los tirantes de dicha casa dos candeleros con veinticuatro velas, ambos con
mucha curiosidad enramados de flores, y la cera blanca, todo lo cual tenía la
curiosidad posible. Y bajado abajo, en una sala baja del dicho capitán don
Melchor, estaban en dicha sala tres atambores cubiertos de luto, tres trompetas
de la misma suerte, tres estandartes negros con sus astiles, y dijo tener uno
más que había prestado para la seña. Y así mismo tenía en dicha
sala, doblados, muchos paños de luto, nuevos y usados, para cubrir el túmbulo,
según dijo. Y en dicha casa, en el patio, está el túmbulo cercado de madera,
que es el que se lleva a la iglesia, y dos cajones grandes llenos de cera, el
uno de cera negra labrada, toda nueva, diferentes hechuras y tamaños, que dijo
el capitán don Melchor haber en él treinta y seis hachas de a cinco libras,
doce hachotes de a dos libras y media; docientos candelones de a tres cuartas
cuatro codales. Y el otro cajón estaba lleno de candeleros, la mayor parte
nuevos, que dijo haber en ellos, el dicho capitán don Melchor, ciento y
noventa, y que son suyos y los había traído para el dicho efecto. Y asimismo
estaban en dicho patio seis hacheros donde se ponen las hachas, y estaban
también muchos haces de ramos olorosos, como son mastrantos, romero, salvia y
otros muchos géneros. Y todo esto fue patente y manifiesto a muchas personas
que estaban en dicha casa, como fue el licenciado Luis Lobera, presbítero, y el
bachiller Baltasar Mexía, Juan Nuque Osorio, Juan de Torres, Juan de Arango,
Juan de Vergara. Simón Sánchez, Vital Correa, Francisco Sánchez, Bartolomé Benítez
del Hoyo, y otras muchas personas. Y para que de ello conste di la presente, de pedimiento del dicho capitán don Melchor, en Garachico, tres de abril de mil seiscientos cuarenta años [03/04/1640]. Hernando Yanes Machado, escribano público. Va tachado ‘escrito’, no valga. Mastado [?] ‘de çera’, no balga. Enmendado ‘y lo’, ‘entre rasón’, ‘de que doi fee’, ‘cera’, ‘de dicha cassa’, valga. Concuerda este traslado con su original de donde fue
sacado, que volví y entregué al capitán don Melchor López, a que me remito. Y
le di este testimonio a cuatro de octubre de mil seiscientos cuarenta [04/10/1640]. Y en testimonio de verdad hice mi signo. [SIGNO]. Hernando
Yanes Machado, escribano público.Derechos, trece maravedís. Recibí el original
de este testimonio, dicho día arriba. Don Melchor López. Tras probar auto de fuerza ganando dicho pleito, Melchor López Prieto de Sá fue restituido en 1640 en dicho patronazgo en la fecha de la festividad procesión y entierro (tras dos años de interrupción del mismo). Uno de los particulares de su posesión es tenerlas en su casa con la guarda y decencia necesarias, o fuera de ella. Y que la figura del Santo Cristo se le entregue en el día del Martes Santo con la generacion y autoridad que siempre se ha hecho. (etc...) Vídeo del traslado del Cristo de la Misericordia en abril de 2022. Pinchar aquí para ver Vídeo de la Virgen de la Soledad saliendo del Oratorio de Ponte Para la funcion del Domingo de Ramos y Viernes Santo, instituyeron un patronato Melchor López Prieto y María Luis, su mujer, en sus respectivos testamentos, que fueron también así expresados en los de sus descendientes y sucesores. Así, en 1617 Melchor López Prieto [I del nombre] dice en su testamento: "Yo he tenido y tengo gran devoción con el Santísimo Crucifixo y á muchos años que lo hago el entierro en el Viernes Santo, poniendo la cera necesaria, y haciendo el tumbulo y aderezando el ataud en que ba, y le he hecho sávanas, covertor, y almohadas, y lo demás con que se sirve en el dicho entierro, todo a mi costa y por mi devoción, y de mi mujer, y ella e yo havemos deseado que se continúe y se haga de aquí adelante en la misma forma, y ansí ordeno y mando que en todos los Viernes Santos se pongan, y enciendan en dicho Tumbolo treinta y seis hachas de a cinco libras cada una, y dose hachuelas de a una libra, y docientas candelas de a media libra todas de cera negra como siempre se ha hecho, y para ello desde luego le dejo toda la cera que hoi está en ser y la más yo fuere haciendo, y todos los candeleros que para ello tengo comprados, y con que se sirve, y así mismo la madera e vayetas e todo lo necesario del Tumbulo, y toda la mas ropa con que se sirve en el dicho entierro, y el Patrono que aquí nombrare ha de tener cuidado de renovar la cera en todos los años, y hacer el Túmolo, y renovar las vayetas y madera quando sea necesario, y para que haya bienes libres de que se pague este gasto señalo desde luego un tributo de cien ducados de pensión que me pagan Manuel Juan, y su mujer en cada un año por el mes de noviembre conforme a la escritura de impución delante Gaspar Delgadillo escribano público, y desde luego nombro por Patrona de dicha memoria a Dª María Luiz mi mujer por todos los días de su vida para que ella tenga cuidado de lo mandar hacer todos los años, y lo que sobrase de dicho tributo lo haya e lleve para sí. Y después de los días de la dicha Dª María Luiz, dexo y nombro por tal Patrono a D Melchor López Prieto mi hijo, y a sus descendientes lexítimos prefiriendo siempre el Varón a la hembra, y el mayor a el menor, y porque este tributo yo lo tengo señalado por sus bienes a el dicho Melchor López Prieto mi hijo, le pido y mando haya por bien de que sean para esta memoria, y que de mis bienes se le dé otro tributo tal y tan bueno en su lugar (...)" Y su mujer María Luis, en su testamento de 1619 dice: "Declaro que tengo tres rosarios de perlas orientales finas, y dos Agnus Dei de oro, y otra joyecita de perlas, y otras pocas de perlas sueltas con la qual he adornado y aderesado la almohada y ataud del Santo Cruxifixo en el Viernes Santo quando se le hace la "procesion" del entierro, quiero, y es mi voluntad que todas esas joyas con los demas adornos con que se adorna el dicho ataúd esté siempre en ser para el dicho efecto y en tiempo del Patrono que es o fuere de la memoria que la dicha festividad en su heredero Melchor López mi marido para que siempre sirva para este Santo ministerio, y no para otra cosa (..)". Según argumenta Carlos Acosta en su blog 'Joya de Tenerife' (Garachico), "La familia Prieto comenzó a aderezar la imagen algún tiempo después de la disposición testamentaria y como la casa quedaba justamente al lado de la iglesia, la imagen era llevada allí por comodidad de sus moradores, y en sus dependencias se hacían los preparativos! para el túmulo. La erupción de 1706 cambió geográficamente la situación; pero sólo geográficamente porque los señores de Prieto pretendieron -y consiguieron sin grandes obstáculos- que continuara la costumbre de llevar el Cristo a su casa, a pesar de que ésta quedaba ahora mucho más alejada del templo parroquial, como consecuencia de la erupción, que había cambiado sustancialmente el aspecto de la zona urbana del municipio". Pero hemos visto que la familia Prieto no comenzó a aderezar la imagen del Cristo después de la disposición testamentaria de 1617, sino desde 1588. También hay que señalar que el Cristo se denominaba de la Soledad, no de la Misericordia, denominación por tanto más actual. Efectivamente la Casa familiar solariega de Prieto antes del volcán de 1706 estaba justo al lado de la Parroquia de Santa Ana, en la zona donde actualmente se localiza la plaza de la Constitución. Pero tras el volcán, y hasta que Catalina Prieto construyó su casa en la actual c/Esteban de Ponte (en la que hoy en día es Hotel San Roque), tengo pendiente localizar dónde estuvo localizada la casa de Prieto, lugar a donde se llevaría el Cristo actualmente denominado de la Misericordia. Así, en el mayorazgo instituido en 1608 por Melchor López Prieto [primero del nombre] en su hijo mayor Luis hace relación de unas "casas principales que son en este lugar de Garachico con sus edificios y pertenencias, que lindan por delante la calle Real de arriba, que salen de la Plaza de este Lugar, é va a la Plaza del Convento de San Francisco y por un lado casas de Gaspar de Acevedo, y por otro Casas del licenciado Colombo, y por detrás la calle que dicen del Medio, libres de todo censo, tribuyo e hipoteca, y carga=Decimos que tienen cargo de catorce reales de perpetuo en cada un año a los herederos de Nicoloso de Ponte=". Y en el vínculo o mayorazgo instituido en su segundo hijo Melchor López Prieto (segundo del nombre) hace relación también de esta otra casa en la plaza principal: "...las casas principales de su morada en que al presente vive, que están en el dicho lugar de Garachico en la calle Real que va de la Plaza a San Francisco enfrente de las otras casas principales del vinculo de D Luis Fernando Prieto su hijo, señor de la Isla de la Gomera, las quales dichas casas en que vive con la Pila de Agua que dentro tienen y todo lo anejo a ellas, señala perfeccionadas y acabadas, como deben estarlo, en 8.000 ducados". Distribución urbana alrededor de la iglesia y monasterio de San Francisco, antes de la erupción de 1706, tras el cual se modificó hasta la actual. En lo que se refiere a las casas de los Ponte en esa misma zona junto a la Parroquia de Santa Ana, en la partición de 1554 se repartieron entre los hermanos Bartolomé y Pedro de Ponte de la siguiente manera: - A la familia de Pedro de Ponte y Vergara (de quien descienden las ramas de los marqueses de Adeje, de Ponte Grimaldi y de Ponte-Ximénez): "Unas casas altas é bajas de piedras é texas con su corrales é sitio que son en las Casas del Señor San Francisco de este lugar que lindan de la una parte calle Real, y por las espaldas casas de los herederos del licenciado Calderón, y por otro lado la dicha plaza del Señor San Francisco, y asi mismo se le adjudica el señorio directo de las dichas casas para hacer dellas a su boluntad". - A la familia de Bartolomé de Ponte y Vergara (es decir, a Maria de las Cuevas e hijos, de quien descienden las ramas de los marqueses de la Quinta Roja, de los Condes del Palmar y de Ponte-Fonte): "Unas casas altas é bajas de piedra é teja en el lugar de San Francisco, que lindan de la una parte con casas de Juan Blas y Manuel Gomez, y de la otra parte casas de Sr. Felipe Jacome, y por la otra banda las calles reales (...); (...) un solar calmo que está junto al Monasterio de San Francisco de este lugar é linda de la una parte con casas de Juan Ascanio, por la otra parte casa de Gonzalo Rodríguez Gallego, y por delante la calle real, y por detrás casas de los herederos del licenciado Calderón (...); una acera de casas que está en el sitio de las casas principales de la morada de la dicha María de las Cuevas é Pedro de Ponte, con la huerta toda que solía ser a la hortaliza, con un cercado que al presente está plantado de morales y viña, que linda de la una parte con el Monasterio de San Francisco, y de la otra parte tierra calma de Juan Francisco Calderón, y de la otra parte con un camino por donde se sirven las sederas (...)". Y Pedro de Ponte dejó a su segundo hijo Alonso de Ponte y Cuevas (rama de Ponte-Ximénez), también en 1567, las siguientes casas en Garachico: "Primeramente las casas principales de la morada que tenemos en el lugar de Garachico (…), con la huerta de los naranjos que dentro de la dicha casa está, con la viña grande é cercado é manjuelos é viña de San Sebastián (…) que tienen por linderos (…) de la una parte el camino real que va de esta Ciudad a dicho lugar de Garachico y de la otra parte, viña que cupo en la dicha partición"; “Todos los solares (…) en el dicho lugar de Garachico donde la Iglesia del Señor San Sebastián hacia á el Puerto é los que están desde las salidas de dichas casas principales o jacia el Puerto é todos los solares que están desde la dicha Iglesia de San Sebastián hasta llegar a lindar con los solares e viñas de Bartolomé de Ponte arriba y abajo de dicho camino real (…)". En el testamento en 1680 de Juan Bautista de Ponte Fonte y Pagés, primer marqués de Adeje y biznieto de Nicoloso de Ponte y Cuevas, incluye en el mayorazgo que instituye en su hija Mariana entre otros bienes unas casas principales en Garachico, que describe así: “Las casas principales de Garachico que lindan con el callejón de San Francisco, con las casas de Melchor L. Prieto, y a espaldas con casas del maestre de campo Cristóbal de Ponte [primer marqués de la Quinta Roja] y por delante con calle real de arriba". Esta debe de ser la conocida actualmente como casa palacio de los Condes de la Gomera, destruida salvo la fachada por el volcán de 1706. Mariana casó en su primer matrimonio con Diego de Herrera Ayala y Rojas, Conde de la Gomera. Un siglo después, la erupción del volcán de 1706, con sus tres lenguas de fuego que cayeron sobre Garachico, destruyó la práctica totalidad del entramado urbano. Existe un mapa del ingeniero militar Antonio Riviere de 1741 donde ya aparecen casas y templos reconstruidos, junto a otros muchos solares aún en ruina. Mapa de 1741 del ingeniero militar Antonio Riviere En 1651, el hijo segundo de Melchor López Prieto y María Luis, también llamado Melchor López Prieto [II del nombre], cuyo hermano mayor Luis residió de joven en La Gomera, dejando estos asuntos a su hermano] dice en una cláusula de su testamento: "(...) digo que he tenido y tengo gran devoción al Santísimo Cristo, continuando con la que tuvieron hasta que fallecieron el capitán Melchor López Prieto, Regidor y Depositario General Perpetuo que fue de esta Isla, y Dª María Luis, mis padres legítimos y hicieron su Santo Entierro por tiempo de 30 años [si quitamos 30 años a 1617 - año del testamento de sus padres - tendremos la fecha de 1588] en los Viernes Santos de cada uno de ellos en la Iglesia Parroquial de este Lugar, poniendo la cera necesaria para ello, haciendo el túmulo y adornando el ataúd, según el posible de dichos mis padres, y después de su muerte yo y la dicha Dª Magdalena mi "muger", deseando como deseamos que esta devoción siempre vaya adelante y en aumento, hemos acudido a ello como mejor hemos podido en servicio de tan gran Señor, por el consuelo de nuestras almas, y siendo así que el dicho capitán Melchor López mi padre señaló un tributo de cien ducados de rédito en cada un año (...)". En un codicilio de su testamento, de fecha de 31/03/1661 ante Hernando Yanes Machado, Melchor II López Prieto además señala para la devoción del Santo Cristo un tributo redimible de 2.000 ducados de principal que le pagaba el capitán Fernando del Hoyo. En otro codicilio, de fecha de 10/04/1661 ante el mismo escribano, dispone que sus hijos Melchor y Sebastián sean Patronos del Colegio de San Julián y de la capilla que tenía en Santo Domingo, tomando Melchor el asiento preeminente y también señala que se cumpla la capellanía de misas fundada por su padre. Sigamos con la descendencia de los Prieto hasta llegar a Catalina Prieto:
En el testamento de Catalina Prieto en 1822 dice al respecto de esta costumbre, que "tanto ella como sus mayores han estado en la antigua posesión de que el Domingo de Ramos por la tarde se conduzca en procesión a sus Casas la imagen del Santo Cristo, como que se hace la función de entierro el Viernes Santo donde se deposita con las imágenes de Ntra. Señora [de la Soledad], San Juan y La Magdalena, con la facultad de poder erigir altares y que se digan misas en los días lunes, martes y miércoles de la Semana Santa conforme a un Breve Apostólico del Sr. Pío Sexto [Papa durante el último cuarto del siglo XVIII] y a varios decretos de los Sres. Ordinarios, y que habiendo señalado sus mayores para costos y gastos a esta función dos mil ducados de principal de tributo redimible que ha estado impuesto en varias fincas y que no se cobran hace mucho tiempo, quiere y es su voluntad que su sucesor y nietos lleven adelante esta devoción con la mayor decencia y esmero que les sea posible (...)". En el inventario de los bienes de Catalina Prieto se indica que había en la casa, junto a otros muchos objetos, "seis faroles de mano para acompañar al alumbrado a la traída del Señor de la Iglesia a la Casa el Domingo de Ramos". El inventario a la muerte de Catalina Prieto (en 1822) especifica lo siguiente: " Primeramente en el Oratorio siete casullas [vestimenta del sacerdote o túnica], una de terciopelo negro con galón falso; otra de seta verde con un galóncetito de plata falso; otra de lana de plata con galón de oro fino; otra de rasoliso violado con galón de plata fino; otra de expolín morado con galón de seda amarillo de plata falso; otra lampaso encarnado con galón de oro fino, y otra de damasco blanco con galón de seda amarillo; con estolas, manipulos y cingulos de lo mismo; tres alvas de lienzo con sus encajes todo bastante decente; tres anutos; tres bolsas de corporales con todo lo necesario; seis purificadores; cuatro paños de mano; un misal; dos cruces de altar; un caliz de plata; otro de id dorado con patenas de lo mismo; un plato con dos vinageras y campanilla de plata sobre dorado; plato y vinageras de plata; una campanilla de metal; unos manteles; dos frontales, todo esto custodiado en un estante de pinsapo con gavetillas; una mesa de altar con piedra de ara, dos candeleros de metal y una sobre mesa con un nicho o urna en que está colocada la imagen de bulto de Santa Catalina mártir; dos mesitas de palo doradas muy usadas que sierven de adorno a los extremos de dicha mesa de altar; una silla de barbuzano de brazos con asiento y espalda de moscobia; en el resto de dicha sala tres docenas de sillas de madera con asientos de paja, 15 sillas de madera con asientos de crin; dos mesitas de juego de caoba, y dos rinconeras de lo mismo; 6 espejitos cornucopias con guarnición dorada; un cuadro también con guarnición dorada, dícese de palo negro con filetes dorados que representa la degollación de San Juan Bautista; dos espejos muy antiguos grandes, con la misma guarnición que el cuadro antedicho; un retrato del Monarca el Sr. D. Fernando Séptimo, con guarnición de madera; una araña de vidrio cristal; un cajón con dos espejos buenos, con remate y guarnición de madera caoba y algún doradillo, que se colocan anualmente el Domingo de Ramos en este oratorio; para el recibimiento del Señor difunto; otro cajón con una alfombra de paño de color; dos cortinas de damasco aluco tela de lana; dos esteras esparto, una en esta sala, y otra delante del altar de dicho oratorio (...). (...) la ropa y demás que la piedad de la Sra. difunta [Catalina Prieto] había destinado y donado para la función del Sr. difunto en el Viernes Santo en cada año; (...) dos varas plateadas y otra pintada; tres mesas de altar de madera de tea; la ataúd para el Señor; unas urnas de sitial y un sol de verga de hierro dorado para la Virgen; 18 candeleros pequeños de metal; 12 jarras de palo pintadas con filetes dorados, para flores; 3 cajeteros de cartón con 57 ramos, incluso 4 grandes; un futón? de floritas pequeñas; 2 frontaletos de bastidor lienzo pintado, y el sepulcro de madera; 6 faroles de mano para acompañar el alumbrado a la traída del Señor de la Iglesia a la Casa el Domingo de Ramos; 2 hacheros de palo pintados de pardo; un cajón de madera de pino con cincuenta libras de cera labrada; 6 cortinas de tafatán encarnado; otras 6 de tafetán pargico?; 3 forros de cojín de tafetán encarnado; 2 frontales de tafetán pardo con galón de plata faldo; 5 manteles de altar de lienzo fino con encaje; un sitial o docel de damasco pardo, con fleco de hilo de oro; otro frontal de damasco con fleco y galón de lo mismo; 4 cortinas de tafetán violado con franjilla de oro fino; un paño de ataúd con una caída hacia la cabecera, todo de tisú con franja de plata; un forro de cojín de tela de lana de plata bordado de piedras; un gorro de raso liso blanco bordado de oro; un paño de terciopelo negro con galón de plata falso para tapar el Señor, cuando lo traen de la Iglesia; otro idem de tafetán violado para cuando lo llevan a dicha Iglesia; la Sábana Santa de olán de algodón, con encaje de algodón; un forro del cajón ataúd de tafetán listado de blanco y encarnado y otro paño de tafetán violado viejo; un tapete o alfombra de tafetán con fleco de seda, de color todo azul, para poner debajo del ataúd del Señor; otro de sarasa con forro de tafetán pagizo? colchadillo para lo mismo; una túnica y manto de terciopelo de seda negro para la Virgen; un sol de plata y espada de lo mismo y un cinturón de galón de plata; una túnica raso liso violado, y franja de plata para la Magdalena y dos enaguas interiores, unas de nuescelina? azul y otras de tafetán amarillo; cinturón de galón de plata y solio? de plata; una túnica y capa de tafetán violado, con ramos y galón de plata, un solio y cinturón de plata; un Signum Crucis de plata para el altar; en una sala baja dos tijeras de arezo? para despabilar con sus dos platillos; un cofre forrado en cuero de pelo que contiene 18 sábanas de crea, inclusas dos de olan de algodón; 10 forros de funda de tela de ola´n de algodón con faralán de gasa; cuatro dichos de sarasa blanca y encarnada; otro cofres tachuelado, que contiene dos sobremesas de tocador de gasa blanca; tres colchas de sarasa de varios colores; ocho hojas de cortina, sarasa de varios colores, seis blanca y encarnada, y dos blanca y azul; 10 hojas de cortina sarasa blanca, verde y otros colores, con cenfas de los mismo; cuatro hojas de cortinas de lienzo de hilo sin cenefa; una colcha de algodón pequeña; un bandolín con embutidos de nácar; una caja de cedro grande y otra de lo mismo pequeña vacía; 5 garrafones, cuatro de peltres, y uno de hojalata, con sus cubos de madera para helados; un garrafón de vidrio estirado; un cofre viejo que contiene un tapete y cojín de damasco verdes; otro id de lana; un rollo de lienzo para costales en pieza?, que podrá dar sus costales; una fraquera con ocho frascos; una mesita para lavarse con porcelana de losa de Servilla; un cajón de pinsapo con un sillón de terciopelo verde; 67 tablas de pinsapo, desde 15 hasta 17 pies cada una; 16 vigas de dicha madera de 21 pie cada una; una caja holandesa, con un paquete de papel pintado de la misma; color pajizo con filetes plateados forrado de lienzo; un farol de cristales grande para la escalera; 13 faroles de arrenio, y un reberbero para las paredes de la antesala y corredores para el Domingo de Ramos; 12 palos de barbuzano y til; 4 hojas de puerta viejas; 4 tablones de tea de media vara de ancho y cuatro de largo; un pilón para majar queso (...)". En la partición en 1845 de los bienes libres sin repartir de Catalina Prieto y de su marido Gaspar de Ponte, dice lo siguiente: "pide también el coheredero D. Antonio, el reintegro de todas las prendas y enseres donados para adorno de la función del citado entierro del Stmo. Cristo por el antedicho fundador D. Melchor López y su mujer Cª María Luis, como consta en (...), y que se hallan desfalcadas casi en su totalidad, no habiendo sido posible de encontrarse las mismas piezas, confundidas quizás unas por el transcurso del tiempo, y otras enajenadas por algunas personas que tuvieron intervención en dicha función, como hay algunos datos que lo corroboran; se han convenido estos interesados en verificar dicha reintegración con arreglo a las prendas que constan de las listas que corren a los folios 114 hasta el 116 y desde el 130 hasta el 132 de los autos referidos en la anterior nota con el valor de las fincas que señalan los núm. 20 y 21, al final de la testamentaria del 5º D. Melchor, considerado todo por un cálculo prudente y que esta testamentaria fuese responsable a este indemnización, por cuanto notándose desde un tiempo dicho desfalco no lo reclamó o repuso; y que por lo que hace a los enseres del Oratorio queden separados para su adorno y servicio en los días de dicha función de entierro, los que han usado y constan del inventario para la capilla donde se pone el Sr. el Domingo de Ramos y en la Parroquia el Viernes Santo, omitiéndose hacer mérito en esta Partición de los ornamentos y vasos sagrados que la Sra. dóno para los demás". Según Antonio de Ponte y B.L., 'en el testamento de 1822 de Catalina Prieto dice que deja todos los corridos del del tributo de D. Fernando [del Hoyo] de los 2.000 ducados para la función, para que se inviertan en ornamentos y sostén de ella, siendo una donación que hace al Patronazgo de la dicha función (...)'. Vemos que en los documentos vistos hasta ahora, hasta mitad del siglo XIX, en ninguno se denomina al Cristo ni al entierro, ni a la cofradía como de la Misericordia, por lo que podría deducirse que es nombre más moderno, quizás del siglo XX. Veremos luego que en 1929 se denominaba Cristo de la Agonía, como puede comprobarse en un artículo de prensa de ese año. Ana Mª Benítez de Lugo y Alzola, nuera de Catalina y viuda de de Melchor de Ponte Prieto desde 1817, falleció el 30 de marzo de 1849. En el testamento de 1868 de Antonio de Ponte declara que: "soy poseedor de los mayorazgos de mis antepasados, uno llamado de Ponte, que fundaron Pedro de Ponte y Catalina de las Cuevas; y el otro nombrado de Ximénez, establecido por Juan Francisco Ximénez e Isabel Ramírez, y además los bienes de la mitad reservable del otro mayorazgo denominado de Prieto, fundado por Melchor López y María Luis, que se me adjudicaron con los de mi legítima en partición con mis hermanos". En 1850 se firma un convenio de partición entre Antonio, Pedro y el resto de los hermanos (Catalina, María del Rosario y Esteban; ya que habían fallecido Agustina en 1841 y Lorenzo en 1852). En el convenio firmado en 1850 entre los hermanos Ponte y Benítez de Lugo, se dice al respecto de esta costumbre:" La función del Domingo de Ramos y Viernes Santo, para la que se instituyó un patronato por D. Melchor Prieto y Dª María Luis, su muger, en sus respectivos testamentos, otorgados ante Gaspar Delgadillo el 23 de febrero de 1617, y 20 de agosto de 1619, y por D Melchor hijo de los expresados en el suyo y codicilio, este en 31 de marzo y aquel en 1 de julio de 1661, ante Fernando Yanes Machado, quedará a cargo de D. Antonio de Ponte, Patrono actual, y de sus sucesores, a quien se entreguen por inventario los enseres y alhajas que de la partición ya hecha resultasen estar destinados para dicha función, mientras dure, dividiéndose los bienes del referido Patronato, después de separar de ellos los que se considere necesario para la misma y gastos extraordinarios, entre todos los interesados de la manera que sea más cómoda y considerándolos como vinculados". Antonio de Ponte y Prieto, que nació (al igual que sus hermanos) en la casa solariega familiar de El Lamero, siguiente patrono de la costumbre (y del convento y colegio de San Julián de la orden de San Agustín), realizó su formación académica en París. Los estudios los costeó su abuela Catalina Prieto con el producto de las remesas de vino necesarias. Antonio de Ponte también fue por el lado Ponte-Ximénez, al igual que su padre y sus antepasados, patrono de los conventos de religiosos de San Francisco y de monjas de Santa Clara en la misma población (hasta su clausura en 1835) y Patrono de la capilla de la Misericordia en el convento de San Francisco. La mano de los Ponte está lógicamente relacionada con todo lo que tenga que ver con lo que fue el convento de San Francisco, al ser sus fundadores y patronos del mismo durante siglos, aunque en algunos estudios o publicaciones se oculte, faltando a la verdad histórica. El patronazgo tanto del convento como de su capilla de la Misericordia pasó a la rama Ponte-Ximénez. Tanto el convento como la capilla fueron arrasados por la lava y el incendio que provocó el volcán de 1706, pero se volvieron a reconstruir. Veremos que la capilla de la Misericordia fue reconstruida por Gaspar II Agustín de Ponte-Ximénez y Castilla. Antonio de Ponte y Prieto; realmente Benítez de Lugo de segundo apellido (1803-1868). Otro hermano, Esteban de Ponte, era el menor de los varones y fue muchos años alcalde de Garachico, además de diputado provincial, y lleva su nombre la calle principal de dicha localidad. En el blog 'efeméridestenerife' de Bruno Juan Álvarez Abreu, en la entrada 'EPÍLOGO DE LA SEMANA SANTA EN GARACHICO' reflexiona sobre lo siguiente: (...) En 1641 figuraban en la Capilla de la Soledad, de la Parroquia de Santa Ana, las insignias del Sto. Cristo Crucificado y Ntra. Señora de la Soledad y Sant Joan Evangelista, que todos están en su altar y Capilla. Luego se mencionan también, en el Libro de la Cofradía del Cristo, (f.o 21 vto.) y por distintos motivos, las imágenes de Santa María Magdalena, Josef de Arimatea y Nicodemus. Y surgen ya los interrogantes y las dudas: El Cristo al que se refiere la anterior nota es el de la Misericordia, que aún permanece en su capilla. La Virgen de la Soledad podría ser la Dolorosa que se guarda en dependencias parroquiales y que no toma parte en las procesiones desde hace ya algunos años.(...) Es de suponer que los Santos Varones sean los actuales. (...) Por lo que respecta a las imágenes de San Juan y la Magdalena, hemos de decir que desaparecieron sin dejar rastro. Nadie tiene recuerdo de ellas. Y no hay en las iglesias de Garachico -ni siquiera en estado de deterioro esculturas que nos hagan pensar en aquéllas. Las actuales son obras modernas, de la década de los años 20 (...). Una fecha clave para conocer parte del trasiega de imágenes entre los diversos templos garachiquenses es la de la desamortización de Mendizábal. A partir de ahí, iglesias y particulares se disputan distintas propiedades. Así, en 1835, don Antonio de Ponte Prieto y Ximénez solicitó determinadas imágenes del Convento agustino por entender que al clausurarse éste [tras la desamortización de Mendizabal], tales obras escultóricas deberían pasar a su poder por haber sido anteriormente propiedad de sus antepasados. Las obras reclamadas son «dos campanas, las efigies del Señor San Julián, un Sto. Cristo, el Señor de la Humildad y Paciencia, de San Juan, de Ntra. Sra. de la Soledad y dos angelitos». Rodríguez Mesa asegura que el obispo aceptó la petición y autorizó la entrega correspondiente con fecha 16 de diciembre de 1835. No tenemos noticia de que el Señor de la Humildad y Paciencia estuviese en poder de la familia de Ponte y sí bajo la vigilancia de los párrocos de Santa Ana, quienes la tuvieron al culto algunos años, en la propia parroquia, y otras veces en San Francisco, como ocurre ahora. Tampoco sabemos a qué Santo Cristo se hace referencia en la petición formulada por don Antonio de Ponte. Por lo que respecta a Nuestra Señora de la Soledad y San Juan Evangelista, ¿serán el San Juan y la Dolorosa que hoy figuran en el oratorio privado? Una imagen de San Juan aparece allí todo el año y no sale procesionalmente, pero nadie podría afirmar que estamos refiriéndonos a una misma imagen. Por lo que respecta a la Dolorosa, obra principalísima de Rodríguez de la Oliva, siempre se ha dicho que perteneció a la parroquia. Así lo aseguraron, incluso, los beneficiados don Francisco Martínez y don José A. González Fonte, al referirse a esta imagen y a otras igualmente pertenecientes a la Semana Santa «qué son y han sido siempre de la iglesia y en ella se guardan»(...). No olvidemos, sin embargo, que en el capítulo que dedicamos al Viernes de Dolores se dan dos versiones de la Dolorosa de los agustinos. Dos versiones que, posiblemente, se refieran a la misma imagen. De una parte se dice que la regaló don Melchor López Prieto. (Las familias de Prieto y de Ponte tuvieron siempre vinculación familiar). Y en la otra versión se asegura que fue traída de Sevilla por don Manuel Yscrot. Esta última versión, de ser cierta, echaría por tierra la paternidad de Rodríguez de la Oliva como autor de la Dolorosa actual. Y ya se sabe que se le da como obra suya por todos los investigadores. Carmen Fraga, por ejemplo, en su magnífico trabajo sobre José Rodríguez de la Oliva, sitúa esta Dolorosa en la Ermita de San Antonio de Padua, «adscrita a la hacienda de la familia Ponte, en el Drago». De allí pasaría al actual destino en el oratorio privado. Sólo la aparición de documentación escrita permitiría despejar tantas incógnitas. Mientras tales documentos llegan, bien está la Virgen en el oratorio, donde recibe el mejor trato. Según Carlos Rodríguez Morales, en su libro titulado 'La Virgen del Retiro de Garachico: la cofradía y su procesión', afirma que: - 'En los conventos ermitaños de La Laguna, Icod de los Vinos, Vilaflor, Las Palmas, Tacoronte y Garachico se rindió
culto a la Virgen de la Soledad cuya imagen protagonizaba el cortejo último de la Semana Santa
en esas localidades. No podemos considerarla como devoción agustina, pero sí valorarla bajo
esta preferencia y establecer una cadena litúrgica de la mano de los religiosos de la Orden'. - "En 1641 hay noticia de la primera procesión de Semana Santa desde el convento, la del Cristo de la Humildad y Paciencia al que acompañaban las imágenes de la Virgen
de los Dolores y San Juan Evangelista el Miércoles Santo. Tiempo después, aunque en fecha
todavía imprecisa anterior a octubre de 1687, comenzaría a celebrarse la procesión del Retiro
con otra imagen de la Dolorosa remitida desde Sevilla por el licenciado Manuel Ixcrot (...)". Según el citado Clío Garachicense núm. 2 (por Jesús Pérez Morera), que me sido amablemente facilitado por la entusiasta y documentada Sonia Francisco Rodríguez, en un inventario de 1817 de la ermita de San Antonio de Padua de El Lamero aparece también una basa (base) para una Virgen de la Soledad, al igual que para un San Juan Evangelista y un Jesús Nazareno. Pero no aparecen inventariadas las figuras en sí. En concreto en una de las líneas del inventario realizado a la sacristía de El Lamero se encuentran: - Seis candeleros grandes de metal, tres basas [=bases] para el paso del Viernes Santo, una de Jesús Nazareno, otra de Nuestra Señora de los Dolores y la otra de San Juan Evangelista. Es decir, en la sacristía de la casa de El Lamero se guardaban en 1817 (cuando sucedió la muerte inesperada de Melchor de Ponte Prieto y se realizó el inventario de bienes) las bases (pero no las imágenes) para el paso de las imágenes en el Viernes Santo (La Dolorosa, San Juan Evangelista y Jesús Nazareno). La rama Ponte-Ximénez eran los patronos de la capilla de la Misericordia en el convento de San Francisco. Antonio de Ponte y Prieto (realmente Benítez de Lugo) ya hemos dicho que fue Patrono del colegio y convento de San Julián del Orden de San Agustín en Garachico (por Prieto), de los conventos de religiosos de San Francisco y de monjas de Santa Clara en la misma población (hasta su clausura) y Patrono de la capilla de la Misericordia en el convento de San Francisco (estos últimos por Ponte-Ximénez). Así que cualquier base o imagen que pudiera existir en la ermita o sacristía de la casa del Lamero a priori entiendo que habría que relacionarla con el Cristo de la Misericordia de San Francisco, no con el de la parroquia de Santa Ana (que sería por más bien por Prieto). Ya desde 1557 los Ponte deciden construir en el Convento franciscano de Nuestra Señora de los Angeles, una capilla de los Hermanos de la Cofradía de la Misericordia para el entierro. "(...) por rason de una missa cantada que an de ser obligados a decir en cada miercoles de cada semana con su responso y por el dia de fiesta de la ynvension de la Cruz en cada un año desir una missa cantada con sus visperas solemnes y acompañar la prosesion del Jueves Santo y por la prosesion que se a de haser en el dicho dia de la Ynvension de la Cruz pagada en cada un año que conviniese (...)". Pero no pudo comenzar a fabricarse hasta 1605, según indica Carlos Acosta García en el Clío Garachicense núm. 7 Garachico: 500 preguntas para 500 años de Historia (pág 79 pregunta 225). Y en la pág 79 pregunta 218 se indica que: 'Pedro de Ponte y Vergara se ajustó en 1545 con el escribano público Antón Martín para concluir la capilla mayor del convento franciscano'. Dice Carlos Acosta García, en su blog 'Joya de Tenerife' que: «Estos pasos salían antiguamente del convento de San Francisco, seguramente el Jueves Santo. La imagen del Señor estaba colocada en el retablo de la capilla de la Vera Cruz o Misericordia, que pertenecía a la Cofradía de esta advocación, fundada en 1557. Esta capilla y altar pasó a depender, a partir del siglo XVI, del marqués de la Quinta Roja. Además del Señor a la Columna figuraban en el retablo la Virgen de los Dolores y, en el remate, un Crucificado grande». Coincido con lo que expresa Carlos Acosta, y que todo apunta a que efectivamente salía en procesión los jueves santos, y que en sus comienzos los primeros priostes fueron de la rama de los marqueses de la Quinta Roja. Pero más adelante el patronato del convento de San Francisco de Garachico parece haber pasado a la rama Ponte-Ximénez. La rama de los Ponte marqueses de la Quinta Roja fue patrona del convento de San Francisco pero de La Orotava, que les venía por el mayorazgo de Xuárez-Gallinato. Había otra rama de los Ponte garachicenses que tenía otro patronato importante de un convento orotavense: la rama de Ponte-Fonte, que más adelante recayó en sus descendientes apellidados Cólogan-Franchi (marqueses de El Sauzal). Esta rama de Ponte-Fonte fueron los patronos del convento de Santo Domingo de Garachico desde Nicoloso de Ponte y Cuevas, primer poseedor del mayorazgo fundado por su abuela María de las Cuevas, ya viuda de Bartolomé de Ponte y Vergara, hijo de Cristóbal de Ponte. El Maestre de Campo Nicoloso de Ponte y Cuevas hizo donación en 1598 de solar y agua para el nuevo convento de monjas de San Diego en Carachico, lugar donde también fundó en 1601 el convento de Santo Domingo. Su hijo Nicoloso Gaspar de Ponte y Cuevas (II del nombre) ya se definía como Patrono del convento de Santo Domingo, fundación de su padre, y dotó en 1634 la ermita de San Nicolás de Garachico (que había fundado en 1624). La rama Ponte de los Condes del Palmar (ramificación de la de los marqueses de la Quinta Roja) no tenía ningún patronato en Garachico, aunque sí de la capilla de los Peraza de Ayala en El Realejo Bajo, procedente de los Oramas y Machado. Dicho Patronato correspondía a la capilla de la Candelaria en la iglesia de la Concepción de Realejo Bajo, el cual llevaba anexo el que sus titulares celebrasen a su costa las funciones del Santo Entierro y de San José en el mentado templo. En un documento de 1683 (solicitado al escribano público Juan Peres Ramos por orden de los señores Francisco de Ponte Llarena, caballero de la Orden de Santiago y Francisco de Valcárcel, caballero de la Orden de Calatrava), según los libros del archivo de la Santa Misericordia de los Hermanos de la Vera Cruz y Misericordia y empezando con el primero de su fundacion, se indica quiénes fueron sus primeros priostes: 1) 'El Señor Bartholome de Ponte [debe de ser Bartolomé de Ponte y Calderón, el hijo de Pedro II de Ponte y Vergara y nieto de Nicoloso de Ponte y Cuevas] consta aber sido prioste por la Junta que se hisso por la justicia eclesiástica de seglar para elexir nuebo priostes como consta de dicho libro en siete de mayo de seis sientos y diez y siete [07/05/1617]'. 2) 'El señor marqués de Adexe = el Sr don Juan
Bauptista de Ponte [se trata de Juan Bautista de Ponte Fonte y Pagés, I marqués de Adeje, que casó con María de Ponte-Ximénez y Castilla] salió por prioste electo como consta de
dicho libro en diez y seis de mayo de mil y seis sientos y
treinta y dos años [16/05/1632]'. 3) 'El señor don Geronimo de Ponte Fonte y Paxes [hermano del anterior, que formó la rama de Ponte Grimaldi] cavallero de la horden de Calatrava salió por prioste electo como consta de dicho libro en trese de mayo de mil y seis sientos y quarenta y nueve [13/05/1649], y por sus mayordomos Diego Albares y Juan Fernandes'. Este archivo con la información de la hermandad había sido elaborado en 1673 (por tanto, diez años antes), a propuesta del Maestre de Campo Cristóbal de Ponte Xuárez [-Gallinato, II marqués de la Quinta Roja, que había casado en segundas nupcias con Catalina Francisca de Lugo-Viña y Ponte, nieta del citado Jerónimo de Ponte Fonte y Pagés], caballero del hábito de Alcántara, por lo mucho que importaba a la nobleza e hidalguía de ese lugar de Garachico, y se acordó por la Junta de los caballeros y hermanos de la Santa Vera Cruz y Misericordia de Garachico que 'se hiciese un archivo donde pareciese más conveniente con tres llaves, una que esté en poder de su merced el vicario y las otras dos en el Sr alcalde mayor y en el prioste de aquel año de manera que una sin otras no pueda abrir dicho archivo y que en él se pongan todos los libros, en donde están los nombramientos de priostes desde el principio de su fundación hasta hoy, y que para las cuentas de los mayordomos de la cofradía de la Santa Misericordia se haga un libro nuevo que ande en poder de los susodichos fuera de dicho archivo. Y para que tenga efecto lo decretado como cosa que tanto importa pidieron y rogaron al Sr capitán don Melchor Prieto del Hoyo el mayor, regidor de esta isla como proveedor que ha sido se sirva de tomar a su cuidado el mandar ejecutar lo acordado y de llevar a su poder los libros interin lo susodicho se dispone (...)'. Según Carlos Acosta García, en el Clío Garachicense 7 (pág 125), el rey Felipe IV eximió en 1647 a los cofrades de la Vera Cruz de Garachico de la obligación de velas, quintas y centinelas. El Nobiliario de Canarias asigna el patronato del convento de San Francisco y de su capilla de la Misericordia a Antonio de Ponte[-Ximénez] y Prieto/Benítez de Lugo (nacido en 1803) y también a su antepasado Gaspar de Ponte-Ximénez y Castilla (I del nombre e hijo mayor del citado Alonso de Ponte Ximénez que erigió la ermita de San Antonio de Padua en El Lamero), aunque esta última asignación yo la pondría por el momento en cuarentena, al menos que la tuviera en exclusiva. Durante 3 generaciones el sucesor de Ponte-Ximénez casó con una hija del titular en ese momento del marquesado de la Quinta Roja. Así lo hicieron Gaspar de Ponte-Ximénez y Castilla (II del nombre, que casó con Ángela Teresa de Ponte Xuárez-Gallinato, hija del I marqués de la Quinta Roja), su hijo Gaspar Agustín de Ponte-Ximénez y Castilla (III del nombre, que casó con Juan María de Ponte y Monteverde, hija del II marqués de la Quinta Roja) y su nieto Nicoloso de Ponte-Ximénez y Castilla (que casó en 1749 con Catalina Teresa de Ponte y Mesa, hija del III marqués de la Quinta Roja). Según indica Carlos Acosta García en el cuaderno de historia local Clío Garachicense número 7 (pág 153 pregunta 472), 'la reconstrucción de la capilla del Santo Cristo (de la Misericordia), que fue bendecida en 1762, corrió a costa de Gaspar Agustín de Ponte-Ximénez y Castilla (1700-1764)'. Aunque no sé si Carlos Acosta confunde esta capilla del convento franciscano con otra del mismo nombre existente en la parroquia de Santa Ana, puesto que el antiguo Cristo de la Misericordia del convento de San Francisco parece ser el actual Cristo de la Columna, que fue llevado de San Francisco a Santa Ana y de cuya historia se admite que se ha perdido el rastro. El mismo Carlos Acosta García, en la página 51 pregunta 115 del mimso cuaderno de historia local Clío Garachicense núm.7, 'la Capilla de la Misericordia volvío a inaugurarse el 1 de mayo de 1803 después de que le afectara el volcán de 1706'. Quizás fue a raíz de haber realizado a su costa esta reconstrucción de la capilla o a partir de de alguno de los citados enlaces como pasó en exclusiva la mayordomía o la sucesión en el cargo de Priostes (mayordomos) de la capilla de la Misericordia a la rama de Ponte Ximénez. Gaspar de Ponte-Ximénez y Castilla [I del nombre] construyó otra residencia familiar en la cercana hacienda de El Majuelo [conocida actualmente como la casa de los Villafuerte], que había recibido entre los bienes dotales de su esposa Paula de Ponte Fonte y Pagés [es más correcto apellidarla de Ponte Azoca y Vargas, bisnieta de Bartolomé de Ponte y Cuevas, que inició la rama Ponte Fonte, hijo segundo éste de Bartolomé de Ponte y Vergara], con la que había casado en 1642. Situada a la entrada de la villa y puerto de Garachico y colindante por el oeste con El Lamero, en ella fabricó las casas principales de su morada con el mayor dispendio, de modo que - según declaraba en su testamento en 1674 - en su construcción gastó más de 40.000 pesos (...). Y su hijo Nicoloso de Ponte-Ximénez y Castilla (marqués consorte de Adeje) fue el que reformó en profundidad de vivienda de El Lamero. Siguiendo el relato del Clío Garachicense 2 'La Hacienda El Lamero y los Orígenes de Garachico', de Jesús Pérez Morera, podemos saber que: "Tras la erupción volcánica de 1706, la casa solariega de los Ponte [Ximénez] fue edificada, mucho tiempo después, en su actual localización, al este y por encima de la antigua residencia. El nuevo edificio fue construido sobre la antigua casa de criar seda y superpuesto a la ermita de San Antonio que había erigido entre 1633 y 1635 el capitán Alonso de Ponte Ximénez a la entrada de su hacienda, inegrada, a partir de ahora, dentro del conjunto doméstico. La construcción del mismo se debe en su mayor parte a Nicolás de Ponte-Ximénez [de Ponte-Ximénez y Ponte, nacido en 1721 y que casó en 1749 con Catalina Teresa de Ponte y Mesa, hija del II marqués de la Quinta Roja], que sucedió en la posesión del mayorazgo familiar después de la muerte de su padre en 1764. Hacia 1785 este caballero extendió la vivienda e hizo considerables fábricas, incluida la sorprendente escalera principal -única en las islas -, en la que aprovechó la cantería labrada que pudo extraer en las excavaciones que practicó en la mansión anterior arruinada por el volcán. Así lo manifestaba en 1797, Juan Rodríguez Núñez, en nombre del marqués de Villafuerte [en unos documentos a cuenta del pleito familiar de las 9.560 doblas], al señalar que El Lamero 'estaba la casa que llaman de la seda, sobre la que Dn Nicolás de Ponte, padre de la contraria, fabricó de 12 años a esta parte unos aposentos para extender su vivienda que tubo hasta que falleció y para cuya fábrica, habiendo escavado en la quemada, sacó porción de la cantería labrada con que hizo una escalera y un tirante de yerro. Se ve también en ella un estanque que fabricó el sargento mayor Dn Gaspar de Ponte, padre de Dn Nicoloso para recoger el agua de riego de dicha villa, y la ya expresada del Manjuelo, que era de su mujer Dª Paula de Ponte (...)'. Y ya vimos que es posible que hubiera habido una procesión del Cristo de la capilla de la Misericordia que iba en procesión a la ermita de San Antonio de Padua en la hacienda de El Lamero. Podría ser en esta época, a partir de la reconstrucción de la capilla de la Misericordia por el sucesor del mayorazgo de Ponte-Ximénez cuando los Ponte-Ximénez potencian esta procesión y la cofradía de la Vera Cruz y Misericordia tras sus inversiones en El Lamero y El Majuelo, ayudados por la prosporidad vitivinícola del momento. Acosta García también añade que:«El día 21 de Noviembre de 1908, don Antonio Monteverde y Ponte pidió autorización al obispado para restaurar el Señor de la Columna que está en San Francisco. Su familia era muy devota de esta imagen y ya había tomado contacto con el taller de Vicente Tena, en Valencia, para tal restauración. No se sabe si se envió o vino de allá el restaurador». Efectivamente Antonio de Monteverde y Ponte (1869-1930; este Ponte es de la rama de Ponte-Ximénez) fue nieto de Antonio de Ponte y Prieto/Benítez de Lugo, hijo a su vez de una hija del recién citado Antonio de Ponte llamada Constanza de Ponte y del Hoyo. Constanza había casado con su primo hermano Ernesto de Monteverde y Ponte (nieto a su vez de una hermana de Antonio de Ponte: Catalina). El antiguo callejón de la Carnicería en Garachico lleva el nombre de Antonio Monteverde. Ya comenzaba Carlos Acosta su artículo advirtiendo que: "La imagen del Cristo de la Columna que desfila el miércoles Santo en la Semana Santa garachiquense es, sin discusión, la menos estudiada de cuantas integran los cortejos procesionales de la Villa". Así es, parece ser que no es conocida la vinculación del Cristo de la Columna con la mayordomía durante siglos de la Cofradía de la Misericordia del convento de San Francisco por parte de los Ponte, tanto de la rama familiar de la Quinta Roja como de la rama de Ponte-Ximénez. Por otro lado, volviendo al oratorio de la Soledad de los Ponte en la calle Esteban de Ponte, a través de testimonios orales del entorno de la familia Ponte sabemos que hace algún tiempo el párroco pidió a la familia Ponte intercambiar la imagen del San Juan Bautista por otra propiedad de la Parroquia de Santa Ana que procesiona ahora en la Procesión del Despedimiento, al considerar que la que estaba en el oratorio de la Soledad era más apropiada para la devoción y la procesión. La familia Ponte cedió a la petición, así que el San Juan que se encuentra ahora en el oratorio no es el original. A la vista de los párrafos anteriores, y dado que ya hemos visto que la 'Ermita de San Antonio de Padua' de los Ponte es la ermita de la hacienda de El Lamero, anterior casa familiar principal de los Ponte Ximénez, surgen entonces las siguientes preguntas: - ¿la llegada de una imagen de La Dolorosa (del siglo XVIII si es de factura de José Rodríguez de la Oliva) al oratorio de la Soledad fue consecuencia de la desamortización de los bienes eclesiásticos tras el año 1835 (con la clausura de casi todos los conventos; los que no tuvieran un número mínimo de religiosos)? - Es decir, ¿le fue entregada a Antonio de Ponte tras solitarlo tras la clausura del convento agustino?. Se refiere al Convento de San Julián, de los agustinos calzados, precisamente situado en la actual c/Esteban de Ponte, enfrente y muy cerca de la casa de Catalina Prieto. - ¿Catalina y sus antepasados Prieto dispondrían para su oratorio de las imágenes de La Dolorosa y de San Juan Bautista cada Semana Santa cogiéndolas prestadas del Convento de San Julián (del cual eran patronos)? Ya hemos visto que en el testamento de 1822 (fecha anterior a la amortización de Mendizabal y consecuente clausura del convento) Catalina dejó indicado en su testamento que: "tanto ella como sus mayores han estado en la antigua posesión de que el Domingo de Ramos por la tarde se conduzca en procesión a sus Casas la imagen del Santo Cristo, como que se hace la función de entierro el Viernes Santo donde se deposita con las imágenes de Ntra. Señora [de la Soledad], San Juan y La Magdalena, con la facultad de poder erigir altares y que se digan misas en los días lunes, martes y miércoles de la Semana Santa conforme a un Breve Apostólico del Sr. Pío Sexto (...)" - ¿por qué asigna Carmen Fraga una imagen de la Dolorosa a la ermita de San Antonio de Padua de los Ponte-Ximénez, mientras que en el inventario de la casa en 1817 sólo se contabiliza la base para una imagen de la Dolorosa y no la propia figura.¿sería esta Dolorosa la perteneciente al convento de San Francisco del cual los Ponte-Ximénez eran patronos y se encontraría puntual y temporalmente en la ermita de El Lamero cuando la situó allí el documento consultado por Carmen Fraga? La primera escritura de fundación del convento y colegio de San Julián se debe al capitán Julián Moreno Cutinho y a su mujer Ana María López Prieto, hacia 1.621. Pero veremos que Julián Moreno la anula en su testamento y es realmente confirmada en 1640. Pero tres años después no se había fundado, según indica Julián Moreno en su testamento de 1623, y en dicho testamento revoca y anula dicha por su parte dicha escritura. Julián Moreno, sin descendientes, declara a su mujer heredera vitalicia de sus bienes. Crea un vínculo para que, una vez fallecida Ana María, el heredero en primer lugar sea un sobrino suyo, Baltasar López Grimón, hijo de su primo el capitán Cristóbal López de Vergara y de Juana Grimón. En segundo lugar una sobrina segunda llamada María de la Concepción, mujer de Sebastián de Aguiar, hija de Ana Moreno su prima. Ana María López Prieto fue hija de Juan López Prieto y hermana Melchor López Prieto (I de su nombre). En su testamento de 16 de octubre de 1631 (abierto el 29/12/1639), dejó como heredera vitalicia a su sobrina Luisa Leonor López Prieto (por los días de su vida) pero, una vez fallecida ésta (muerte que sucedió alrededor de 1651), fueran para su sobrino Melchor II López Prieto. En su testamento no indica nada acerca del patronazgo de este convento. Luisa Leonor López Prieto (aunque llevo como apellidos de la Peña y Prieto) fue hija única de Luis Fernández Prieto (y de su segunda mujer Ana de la Peña Saavedra, señora en parte de la Isla de La Gomera en sucesión a su tía Leonor de la Peña Saavedra, Condesa de La Comera), hermano tanto de Melchor II López Prieto. Leonor premurió a su madre sin sucesión, habiendo casado antes en Garachico en 1641 con el Capitán y Sargento Mayor Juan de Urbina Eguíluz, Corregidor y Capitán a Guerra de las islas de Tenerife y La Palma (1639-1644). Juan de Urbina y Luisa Leonor litigaron la posesión de los Estados y Título de La Comera contra sus antiguos Condes. Muerta sin posteridad su única hija, Ana de la Peña fundó Mayorazgo del Señorío en parte de la isla que le correspondía, en 1652 en cabeza de su sobrino carnal el capitán García del Hoyo y Peña (cuya representación pasó más adelante a la familia Ascanio). El convento consiguió fundarse y el patronazgo pasó a su sobrino Melchor II López Prieto. Según el Nobiliario de Canarias (Tomo III página 54), los Prieto obtuvieron Real Cédula confirmatoria de dicha fundación por parte del rey Felipe IV, en fecha de 5 de septiembre de 1640. Los Prieto fueron durante generaciones patronos del mismo. Así, el padre de Catalina Prieto, Melchor Fernando Prieto del Hoyo, había sido el quinto patrono. En el testamento en 1623 de Julián Moreno indica lo siguiente: "Declaro que yo y dicha Ana María [López Prieto] mi mujer otorgamos una escritura de fundación de un convento de frayles agustinos, que se había de hacer en este lugar y entre las condiciones que se pusieron fue una que había de ser a gusto de los vecinos, y sin contradición dellos, por que mi animo no fue dalles disgusto a los dichos vecinos, y he sabido que los dichos vecinos lo han contradicho, por lo cual mando que no se cumpla la dicha escritura, y la revoco, y asi mesmo fue trato que lo habian de traer dentro en tres años y no lo han fecho, y esta condicion se habia de poner en la escritura, y por olvido se dejó de poner, mando que en razon desto, se hagan las diligencias en derecho requeridas y mis herederos se defiendan, y no concientan se haga, pues no han cumplido las dichas condiciones, por que mi animo nunca fue dar disgusto a los cecinos, y a los religiosos de los conventos de este lugar, y asi por descargo de mi concencia lo declaro y revovo la dicha escritura en la forma y manera que mejor haya lugar de derecho (...)" Catalina de Prieto, al fallecer, había sido enterrada en el panteón de su familia en la capilla mayor de dicho convento agustino de San Julián. Desacralizado y desamortizado éste, su nieto Antonio de Ponte y Benítez de Lugo, hizo traer sus huesos en octubre de 1849 a la ermita de la Consolación en la hacienda del Malpaís de Garachico (como se indica en la propia lápida). Antonio hace poner Prieto tras su primer apellido Ponte, pues firmaba con esos dos apellidos, al serle obligatorio usarlo como titular también del mayorazgo de Prieto (realmente de la mitad, por las nuevas leyes liberales). Ya se expuso antes que en la partición en 1845 de los bienes libres sin repartir de Catalina Prieto y de su marido Gaspar de Ponte entre sus nietos, se indica que había habido en los años anteriores un notable desorden y desfalco de las prensas y enseres para el adorno de la función del citado entierro del Cristo. Ello parece reforzar la idea de que la costumbre estuvo en sus horas más bajas, y probablemente se interrumpiese durante algunos años. De 1835 a 1843 la Santa Sede rompió relaciones con España, en desacuerdo con todo lo que estaba pasando, que se reanudaron con la caída de Espartero y con el comienzo del reinado efectivo de Isabel II en 1843. Se inauguró a continuación la llamada Década moderada (1844-1854) y se redactó una nueva constitución en 1845 (obra del partido de los moderados), que regresó al modelo de soberanía compartida entre el Rey y las Cortes y reforzó los poderes de la Corona, así como se estableció una aproximación a la Iglesia católica. El artículo 11 declara que la católica es la religión de la nación y que el Estado está obligado a sufragar el mantenimiento del culto. A lo largo del reinado de Isabel II (1833-1868) se produjo la configuración del Estado liberal en España, pero a partir de su mayoría de edad y reinado efectivo se produce el cese del enfrentamiento con la Santa Sede mediante la firma de un Concordato en 1851 con el papa Pío IX (con Bravo Murillo de ministro), que venía a establecer una política de protección de los bienes de la Iglesia católica que quedaban y se frenó la venta de los que todavía estaban en poder del Estado, obteniendo la Iglesia compensaciones económicas. Centrándonos de nuevo en la casa de la c/Esteban de Ponte, quien más adelante residió en ella fue Melchor de Ponte y del Hoyo, hijo mayor de Antonio de Ponte, que debió comprar todas las otras partes a sus parientes, pues había sido repartida entre los nietos de Catalina Prieto a 7 partes iguales (esta propiedad - que había sido comprada por ella- era parte de sus bienes libres, no adscrita por tanto a la mitad reservable del mayorazgo para su nieto Antonio). He localizado escrituras de la compra de varias de las partes. Al respecto al reparto de sus bienes de su padre, se indica en su testamento de aquel que: "(...) después de adjudicarse al primogénito Melchor la parte que le pertenece como inmediato a los mayorazgos de que soy poseedor, (...), toda mi herencia la dividan entre los 5 hermanos con entera igualdad (...)". Los cinco hermanos - apellidados de Ponte y del Hoyo - eran Melchor, Gaspar, Baltasar, Elisa (casada con Bernardo Cólogan, marqués del Sauzal) y Constanza (casada con Ernesto Monteverde y Ponte). A Melchor de Ponte y del Hoyo, como primogénito, además de la legítima le correspondió otra parte por la mitad del mayorazgo de Ponte, otra por la mitad del de Ximénez (el de Prieto ya quedaba al completo de libre designación y se repartió a partes iguales) y 5.000 pesetas para el patronato del Cristo de la Misericordia en el Domingo de Ramos. Esta residencia familiar posteriormente la heredó su hijo Antonio de Ponte y Cólogan. Antonio de Ponte y Cólogan (1870-1921). Casó 1907 con Herminia de Miranda y Benítez Antonio de Ponte y Cólogan, licenciado en farmacia, catedrático auxiliar de la sección de Ciencias del Instituto de Canarias y Presidente de la Cámara Oficial Agrícola de La Laguna, es conocido por haber escrito la crónica real de la erupción del volcán Chinyero acaecida el 18 de noviembre de 1909. La única hija de Antonio, María del Carmen de Ponte y Miranda, casó en junio de 1926 (ya fallecido su padre) en Suiza con Armando Noriega y Morales, un cubano de ascendencia española (posiblemente santanderina), por lo visto un cazadotes - al que había conocido en un sanatorio de Suiza (en Leysin, muy cerca del lago Leman, de casi 600 km2, en cuyo otro extremo se encuentra la ciudad suiza de Ginebra) en el que ambos estuvieron internados una buena temporada. Foto de la boda en 1926 en Leysin-Suiza de María del Carmen de Ponte Miranda con Armando Noriega Morales. Apadrinan la boda su tío Gaspar de Ponte Cólogan y la madre del novio. Otras fotos en el sanatorio de Leysin-Suiza (Foto del libro 'Los Cólogan de Irlanda y Tenerife, de Carlos Cólogan Soriano') y en paseo en barco por el lago Leman, con otros parientes y amigos de Tenerife que asistieron a la boda. Año 1926. Según nos relata Carlos Cólogan Soriano en su libro 'Los Cólogan de Irlanda y Tenerife', "María del Carmen falleció el 5 de mayo de 1929 y Armando Noriega heredó numerosas propiedades en el norte de Tenerife, especialmente en Garachico y Buenavista. Pero éste también murió súbitamente tres años después de ella, entrando en escena sus familiares, que se personaron en Tenerife para tomar posesión de los inmuebles y fincas heredados de María del Carmen. (...) Conrado de Brier Ponte, hijo de María Guadalupe de Ponte y Cólogan, adquirió de nuevo la casa a los familiares de Noriega, no sin cierto revuelo (...).". Sin embargo, María del Carmen debió fallecer algo antes (quizás en 1928), pues el 24 de marzo de 1929 Eutropio Rodríguez y Benítes, redactor de la Gaceta de Tenerife, publica este curioso artículo dedicado a Conrado Brier y Ponte (donde además descubrimos que citan al Cristo de esta costumbre como Cristo de la Agonía, en lo que parece un nombre intermedio entre el Cristo de la Soledad original y el actual de la Misericordia): 'Eutropio Rodríguez Benítez fue un hijo de Garachico que, por méritos contraídos con sus convecinos, éstos le dedicaron un trozo de calle a la izquierda del convento de San Francisco, en esta Villa y Puerto de Garachico. Hijo de Andrés Rodríguez Labrador y de Catalina Benítez, fue alumno de la Escuela Superior de Comercio de Santa Cruz de Tenerife, maestro interino de Güímar y de La Caleta de Interían, Oficial de Complemento de Infantería, abogado, conferenciante, presentador de eventos culturales, etc., y redactor de los diarios: “Gaceta de Tenerife”, de donde era corresponsal y del republicano “Hoy”. Escribió infinidad de crónicas periodísticas en distintos medios impresos; no sólo de su pueblo natal, sino de cualquier parte de las Islas y acontecimiento que se terciara. En una de estas crónicas, aparecida en el diario Gaceta de Tenerife, el domingo 24 de marzo de 1929, bajo el título de “Domingo de Ramos” y dedicada “a don Conrado Brier y Ponte, descendiente de la casa de Prieto y fervoroso amante de las gloriosas tradiciones de Garachico”, nos describe la ceremonia que pervive en la noche de este día. Ceremonia que despierta la curiosidad y el interés de los visitantes; mientras que para los lugareños es una fervorosa representación más de las tantas que en Semana Santa se desarrollan en este lugar: Traslado del Cristo de la Misericordia hasta el Oratorio de la Soledad [Situado en la casa de los señores de Ponte]. TEXO DEL ARTÍCULO DE MARZO DE 1929 En la noche de este día – comienza escribiendo Eutropio- tiene lugar en esta Villa y Puerto de Garachico la tradicional ceremonia de llevar desde la parroquia de Santa Ana al oratorio de la heráldica mansión de los herederos de don Antonio Ponte y Cólogan, al Cristo de la Agonía, cuya conducción se verifica a hombros de cuatro sacerdotes, con estolas, bonetes y manteos. En un nicho ad hoc depositan la milagrosa Imagen, teniéndola allí hasta el Viernes Santo en que, ya colocado en una valiosa y artística urna de plata, lo vuelven, a la iglesia parroquial. Originalísima y singular es esta inmemorial costumbre, y no es aventurado afirmar que es única en España, ya que no hemos encontrado en historia alguna este privilegio de que a una casa particular se lleve una Imagen, y menos que después salga procesionalmente de ella. al Oratorio de Ponte / Foto de: José Velázquez Méndez La fecha cierta del comienzo de esta especialísima gracia no es posible fijarla, ya que no hemos podido encontrar los datos necesarios, pero sí cabe afirmar que antes del año 1617 la casa de Prieto –antecesores de los de Ponte- tenía ya oratorio, y hasta se dice que la Imagen del Cristo se llevaba ya a su casa, aunque no hay documento alguno que lo acredite. En 17 de febrero del año de 1617, Melchor López Prieto de Saa, depositario general y regidor perpetuo de esta isla, en una cláusula del testamento que otorgó ante Gaspar Delgadillo, dice: “Que por cuanto ha tenido y tiene devoción con el Santísimo Crucificado de esta iglesia parroquial, y hay muchos años que le hace el entierro el Viernes Santo, poniendo la cera necesaria, haciendo el túmulo y aderezando el ataúd en que va; y le ha hecho sábanas, cobertor y almohadas, y lo demás con que se sirve en e1 dicho Entierro; deseando así él como su mujer que se continúe en lo sucesivo en la misma forma, manda que en todos los años se pongan y enciendan en dicho túmulo 36 hachas de a 5 libras cada una, doce hachuelas de a libra y 200 candelas de media libra de cera negra, como siempre se ha hecho; cuya cantidad de cera deja para este fin con los candeleros que tiene comprados, y, asimismo, madera, bayetas y todo lo necesario del túmulo y demás ropas con que se sirve en el Entierro. Y el Patronato ha de tener cuidado de renovar anualmente la cera, hacer el túmulo, y renovar las bayetas y maderas cuando fuere necesario; para todos los cuales costos dejo un tributo de cien ducados que me paga Manuel Juan. Nombro de patronos, primero, a mi mujer, María Luis, y después a mi hijo, Melchor López Prieto y a mis descendientes legítimos”. En la actualidad –sigue narrando el cronista Eutropio- ya no se pone este túmulo de que habla la citada cláusula y que se usó hasta el año 1784. Hoy se hace esto con más sencillez, menos gasto y más gusto artístico. Como decimos más arriba, no es posible fijar la fecha cierta en que comenzó esta extraña costumbre [hoy en día sí podemos fijarla en 1588]. Lo que sí es cierto, es que antes del año 1640, ya el Santo Cristo de la Agonía se llevaba el Domingo de Ramos a la citada casa de Prieto, porque existe en el archivo eclesiástico de Gran Canaria una disposición del Nuncio Apostólico de España con fecha 22 de enero dé 1641, a petición de don Melchor Prieto -que apeló de la sentencia del ordinario de Canaria, dada a solicitud y representación de los Caballeros de Garachico, privándolo del privilegio de llevar dicha santa Imagen a su casa- por la cual el citado Nuncio manda a citar y emplazar las partes, y añade que en tanto el litigio se resuelva, no se haga ninguna innovación, so pena de excomunión mayor. Por lo que antecede es creíble que, a partir de aquella disposición apostólica, haciendo de Oratorio la pieza donde se depositaba el Cristo, se dijesen en ella en los tres días de la Semana Santa, tantas misas cuantos eran los sacerdotes que querían decirlas. Fueron tantas las misas que se decían en el citado Oratorio de la casa de Prieto, que algunas comunidades religiosas protestaron ante los señores Obispos y Visitadores que trataron de oponerse a la celebración de tales misas. Pero entonces la casa de Prieto obtuvo, por mediación del señor D. Francisco Delgado, un Breve del Papa Clemente XIII, con fecha 3 de enero de 1764, por el que se concedía el Oratorio privado a la casa de doña Catalina Prieto [por la fecha fue en su casa anterior a la construyó a finales del siglo XVIII en la actual c/Esteban de Ponte], sin hacer mención de si las misas había de ser una o varias. Y poco tiempo después el Obispo Guillén, cuando estuvo de visita en Garachico en I765, concedió 40 días de indulgencias a los que rezasen un credo cu la Sala-Oratorio delante de la Imagen del Cristo, sin hacer mención a la pluralidad de las misas. Idéntico fue lo acaecido en la aprobación que del citado indulto apostólico dio el Iltmo. señor Cervera en 4 de Diciembre de 1774. Sólo el Iltmo. señor Fray Joaquín de Herrera autorizó el Oratorio con la prohibición de decirse una sola misa en cada día de .la Semana Santa, como consta de su decreto de 10 de marzo de 1780. Pero ya antes de este decreto el señor Vicario de este pueblo había dado parte del hecho de decirse hasta nueve misas cada día al señor Provisor don Eduardo Sall, quien, en carta dirigida a dicho Vicario, en el año 1778, reprueba el uso de misa en la casa de doña Catalina Prieto todos los días de Semana Santa, los sacerdotes que quisieran, cesando desde entonces tal desorden; hasta que en el año 1790 obtuvo la citada doña Catalina, del Santo Padre Pío VI, con fecha 11 de agosto, facultad para que en dicha Sala se digan perpetuamente en la Semana Santa y en cualquier altar de ella erigido, todas las misas que se quieran decir. Así continúa el privilegio, llevándose anualmente la santa Imagen del Cristo desde la parroquia a la casa de los herederos de Prieto, el Domingo de Ramos. Nosotros, de lo dicho, no comentamos ni añadimos nada; sólo que estamos orgullosos de esta ancestral costumbre que ha pervivido a través del tiempo, sin interrupción, que a nadie perjudica, que año tras año la gozamos con naturalidad, recogimiento y misticismo. José Velázquez Méndez Cronista Oficial de la Villa y Puerto de Garachico Conrado Brier y Ponte vendió posteriormente la casa a un comprador francés, en cuya familia permanece actualmente la propiedad como señero Hotel San Roque. Al enajenarse de la familia la casa construida por Catalina Prieto, Gaspar de Ponte Cólogan - hermano de Antonio y tío de Conrado Brier y Ponte - compró una casa en la misma calle (anexa a la anterior), para continuar la tradición del Oratorio de la Soledad, cuyos descendientes aún mantienen. Gaspar de Ponte Cólogan (1872-1939), que nació en la Casa de los Ponte en la c/Esteban de Ponte (actual hotel San Roque). Casó en 1899 con María Luisa Méndez de Lugo y Ascanio (1876-1951) La ceremonia se renueva cada año, desde el primer cuarto del siglo XX y durante los días de Semana Santa, en el oratorio trasladado a esta nueva casa, uno de los pocos oratorios familiares conservados en las Islas Canarias y el único vinculado a una tradición centenaria como la descrita (más de 435 años). Documento de indulgencias de 1919, del Obispo de Tenerife Gabriel Llompart, presente y enmarcado en el Oratorio de la Soledad, en el que se puede leer lo siguiente: "Por la Gracia de Dios y de la Santa Sede Apostólica, Obispo de Tenerife, etc. Deseando promover, en cuanto está de nuestra parte, el Divino culto, y fomentar la devoción del pueblo Cristiano, dando graciosamente lo que en la misma forma hemos recibido de la Divina Misericordia, sin mérito alguno nuestro; Concedemos cincuenta días de indulgencia a todos los fieles de uno y otro sexo por cada vez que devotamente rezaren un Credo delante de la veneranda imagen de Nuestro Sr. Jesucristo difunto; en el Oratorio de los Sres. de Ponte desde la puesta del Sol de la Dominica de Ramos hasta la salida del Sol del Viernes Santo" El representante de la costumbre en la siguiente generación fue Gaspar de Ponte y Méndez y el actual es su hijo mayor Melchor de Ponte Cullen, junto a Melchor de Ponte de la Torre, a su vez hijo único del anterior. Gaspar de Ponte Méndez (1905-1998), que también nació en la casa de sus abuelos, en la c/Esteban de Ponte (actual hotel San Roque). Casó en 1932 con María Cullen y Lugo (1908-1993)del Oratorio de la Soledad en la Casa de Ponte -, mientras La Dolorosa acompaña al Cristo de la Misericordia. entrevista realizada en la Semana Santa de 2024. En la otra foto su hija única Amelia de Ponte Luis, nacida el 22 de julio de 2017, que representa el futuro de esta tradicion en el Oratorio de la Soledad. .-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.- |
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