Existe un dibujo de la hacienda del siglo XVII, con textos donde se cita la existencia de una fuente y aparecen también representadas palmeras, lo cual nos sugiere que dio origen a su denominación de ‘Hacienda de la Fuente de Las Palmas’. La casa que aparece en el dibujo es una anterior a la actual, pues esta última fue construida en el último cuarto del siglo XVIII.
Dibujo de la hacienda de legajos existentes en la hacienda de Malpaís de Garachico (familia Ponte Ximénez).
Otra imagen de la Hacienda de la Fuente de Las Palmas (1660), del Fondo del Conde de SieteFuentes, donde aparece reflejada la ermita de 'Santa Isabela'.
A mediados del siglo XVII la propiedad era ya de Diego Sotelo Jorva y Calderón, nieto cuarto de Juan Méndez, pues su padre Diego Sotelo de la Mota había casado con María Jorva Méndez, tataranieta de Juan Méndez.
Diego Sotelo Jorba Calderón contrajo matrimonio en Tenerife con Magdalena Franiel de Henestrosa, que había nacido en La Habana-Cuba en 1636 y pasó a Tenerife, donde tuvieron un hijo llamado Diego para el que consiguieron que, en alusión a esta propiedad, recibiera del rey Carlos II en 1679 el título de marqués de la Fuente de Las Palmas. Este hijo falleció tres años más tarde, en 1682, a la temprana edad de 20 años, tras haber casado con Catalina Sebastiana (Benítez) de Lugo, hija de los primeros marqueses de La Florida. Como no habían tenido descendencia, su madre – ya viuda desde 1662 - y heredera universal Magdalena Franiel de Henestrosa, II marquesa, dejó en herencia en 1712 la hacienda y el título nobiliario, entre otras propiedades, a su sobrino segundo Juan Chirino Palacián Van-de-Walle, nieto de Alonso Chirino de Henestrosa. Juan Chirino fue entonces III marqués. Alonso Chirino de Henestrosa había sido hermano de Ana Chirino de Henestrosa (aunque se hizo apellidar del Corral y Rojas, por su bisabuela Ana del Corral y su bisabuelo Juan de Rojas), la madre de Magdalena Franiel. Ana había casado en 1625 en La Habana con Blas Franiel de Montes-de-Oca, nacido en Garachico en 1601 e hijo de Jan Flameel, natural de Brujas, y de María de Montes-de-Oca y Toro. Como Juan Chirino Palacián, nuevo marqués, residía en La Habana-Cuba al llevar allí afincada tres generaciones su familia Chirino (oriunda de Cádiz), se trasladó y cambió su residencia a Tenerife por las condiciones impuestas por la vinculación que incluía el título marquesal, casando con Isabel de Ascanio y Pacheco-Solís.
Alonso, Miguel, Francisca e Isabel Sotelo Jorva y Calderón, cuñados de Magdalena Franiel, le entablaron pleito en 1682. Isabel Sotelo casó con García del Hoyo y su descendencia fue la que continuó el pleito, que finalizó 88 años después por sentencia de 1769. Como resultado de esta sentencia la hacienda de la Fuente de Las Palmas pasó al III Conde de Siete Fuentes Fernando Javier del Hoyo-Solórzano y Machado (su padre el II Conde había fallecido inesperadamente en 1747, el mismo año que nació su hijo que sería el III Conde), cuarto nieto de Isabel, mientras que el título marquesal continuó en la familia Chirino, concretamente en el V marqués de la Fuente de Las Palmas Alonso Chirino Ascanio, hijo del citado Juan, que había contraído matrimonio en Granadilla en 1765 con Josefa Soler de Padilla y Castilla, la cual ostentó el poderoso mayorazgo de Soler en el sur de la isla. El quinto abuelo de Josefa, Pedro Soler, natural de Cataluña, y el suegro de éste, Juan Martín de Padilla, habían sido los fundadores del lugar de Vilaflor.
El acontecimiento de la sentencia de 1769 debió de hacer feliz al vencedor, el III Conde Siete Fuentes, que tenía en ese momento veintidós años, aunque ya llevaba cinco casado. Sin reparo para las laboriosas gestiones que aún tendría que realizar para liquidar definitivamente el asunto y compensar durante un largo período las mejoras introducidas en la finca con el mayor rendimiento y frutos de la misma, el Conde posó ante un pintor desconocido mostrando orgullosamente en la mano aquella provisión ejecutoria.
El teniente coronel y V marqués de la Fuente de Las Palmas
Alonso Chirino y Ascanio (1727-1795).
El hijo de Alonso Chirino y Ascanio, el coronel Domingo Chirino y Soler-de-Padilla (1766-1825), VI marqués desde 1795, casó en 1791 con Ana del Hoyo-Solórzano y González-de-Mesa (1770-1845), hija de los III Condes de Siete Fuentes. El III Conde de Siete Fuentes afirmó entonces que había casado a su hija Ana con don Domingo Chirino “con cuyo enlace cesaron los pleytos que entre ambas Casas abía por razón de la erencia del primer Marqués... que habia recaído en mi línea como más inmediato pariente”.
Alonso Chirino del Hoyo, VII marqués de la Fuente de Las Palmas, hijo de Domingo Chirino y Soler-de-Padilla y nieto del III Conde de Siete Fuentes, fue asesinado en 1840 por la oligarquía rural chasnera. Cuando se dirigía a lomos de su caballo árabe desde Granadilla a Vilaflor, fue sorprendido en las sombras de la noche por doce enmascarados que hicieron sobre él dos descargas de fusilería. Había ordenado desde 1827, tras la muerte de su padre dos años antes, los documentos y títulos de la familia para defender su mejor derecho y consiguió ganar definitivamente, en abril de 1840, los pleitos para recuperar sus tierras, lo cual sin duda le granjeó la enemistad de muchos (especialmente de sus censatarios) y provocó su asesinato ese mismo año (la noche del 17 de agosto de 1840). Su mayorazgo tenía el señorío o dominio directo de las tierras a él vinculadas, mientras que los censatarios eran sólo dueños del dominio útil. Los censatarios, desde tiempos inmemoriales, iban heredando o comprando la propiedad del dominio útil y tenían obligacion contractual de pagar el tributo al titular del señorío, normalmente de cuarto, que quedaba establecido en una serie de fanegas de lo producido (normalmente cuando se trataba de trigo, cebada, arvejas,...), cierta cantidad de mosto, u otro tipo de frutos de la producción, gallinas, etc... Conceptos de la época (Antiguo Régimen) que mucha gente hoy en día desconoce o confunde. Además, el titular del señorío tenía siempre derecho a redimir o recuperar el dominio total de sus propiedades si compensaba al censatario con una cantidad que estaba tasada, añadiendo entonces el dominio útil al dominio directo.
Tras la crisis de la vid, y debido a la ausencia prolongada del padre y del abuelo de Alonso en el control de sus improductivos censos, los censatarios quisieron creer y defender que eran dueños sin obligación a pagar el tributo de cuarto al titular del señorío o dominio directo, que se sumaba al secular enfrentamiento que mantenían con la familia desde generaciones atrás. Nunca se consiguió la detención de los responsables del asesinato, a pesar de los interrogatorios y sospechas sobre algunas personas.
El período que transcurrió entre la muerte de su padre en 1825 hasta las prostimerías de la primera mitad del siglo XIX coincidió con una época de profundas dificultades del sector agrícola debido a la crisis vitivinícola y también con los cambios revolucionarios y liberales que significaron - en las siguientes décadas y paulatinamente - el fin del Antiguo Régimen en España. Pero, a partir de la mitad de dicho siglo, comenzaría en Canarias un nuevo ciclo de gran auge económico con el cultivo masivo de nopales para la producción de cochinilla y por el gran incremento del comercio marítimo en sus puertos. La nobleza terrateniente de los siglos anteriores fue sustituida en gran parte por una nueva burguesía comercial y agraria, aunque algunos terratenientes se supieron reciclar participando también en la compra de bienes eclesiásticos desamortizados a lo largo del siglo XIX o enlazando con esta incipiente burguesía.
El joven Alonso Chirino del Hoyo (1792-1840),
VII marqués de la Fuente de Las Palmas.
Por su parte, Fernando del Hoyo-Solórzano, III Conde de Siete Fuentes, reedificó la casa de la hacienda, que se hallaba completamente arruinada, y que hoy luce remates torreados con almenas en los extremos. En su testamento, al referirse a las mejoras introducidas en sus diversas haciendas, manifiesta haber gastado 3.000 pesos en la casa, ermita y hacienda de la Fuente, que, como hemos visto, había ganado en juicio al Marqués de la Fuente de las Palmas, su consuegro. La Casa estaba completamente arruinada, la viña abandonada y la ermita cerrada al culto por mandato de Visita. El Conde, a cuya euforia como triunfante litigante se ha aludido ya, se aplicó a restaurar estos bienes: reconstruyó la casa, fabricándole nuevas habitaciones, cuidó la viña y construyó un atrio a la ermita, a la que dotó de ornamentos sagrados y de cuanto precisaba para que pudiese celebrarse en ella el culto.
Fernando Javier del Hoyo-Solórzano y Machado (1747-1812),
III Conde de Siete Fuentes, brigadier de los Reales Ejércitos,
castellano del castillo principal de Santa Cruz de Tenerife,
Gobernador de las Armas de La Laguna, Coronel de
Infantería de La Laguna, etc…. Consiguió en 1769 la propiedad
de la hacienda de la Fuente de Las Palmas.
El III Conde había mejorado en el tercio y quinto de sus bienes libres a su nieto Alonso Chirino del Hoyo, por el que sentía manifiesta predilección, y señaló para el pago de esta mejora la hacienda de la Fuente, raíz de la denominación del título de Marqués que su expresado nieto habría de heredar; y otras propiedades necesarias para cubrir el importe de la mejora; y encargó a la Condesa doña Beatriz que, a imitación suya, mejorase también a su nieto en el tercio y quinto de los suyos. La mejora correspondía al deseo expreso del Conde de que su nieto preferido Alonso gozase de una situación económica que le permitiese enlazarse - según la mentalidad de la época - con el lustre correspondiente. Pero Alonso Chirino del Hoyo vio su vida truncada a sus 48 años, como ya sabemos. No quiso el destino que volvieran a unirse de nuevo - bajo un mismo propietario - el título marquesal y la hacienda. ambos con la misma denominación. En virtud de los arreglos familiares correspondientes a la testamentaría del III Conde, aquella donación fue declarada nula y la Hacienda de la Fuente continuó en los sucesores en el Título de Siete Fuentes.
El III Conde contrajo matrimonio en 1764 con Beatriz González-de-Mesa y Rodríguez-Felipe (1747-1824), hija de Amaro González-de-Mesa Rodríguez-Felipe – que fue rector de la Universidad de Salamanca- y de su prima hermana Ana Josefa Rodríguez-Felipe Squinart. Ambos progenitores de Beatriz habían sido herederos universales de su tío carnal el corsario Amaro Pargo (Rodríguez-Felipe), que no había tenido hijos (al menos legítimos, pues se dice que dejó un hijo en Cuba al que no mencionó en su testamento), protagonista de numerosas leyendas tras ser armado por el rey Carlos III (con patente de corso) para defender el comercio de Canarias con las Indias.
Por otro lado, el I Conde Siete Fuentes había sido Juan del Hoyo-Solórzano y Sotelo, hijo de Isabel Sotelo Jorva y Calderón y de García del Hoyo-Calderón y Alzola (II del nombre). Este I Conde había nacido en 1651, y recibió el título por Real Decreto de Carlos II en el año 1698, por haber reedificado a su costa (gastando más de 20.000 ducados de plata) el castillo de San Miguel de Garachico tras el voraz y desastroso incendio de una buena parte de la villa en 1697 (la noche de San José). Desgraciadamente, el castillo sufrió de nuevo importantes daños con el volcán de 1706, que relegó definitivamente a Garachico a un papel secundario en la economía de la isla y trasladó el epicentro del comercio naval al Puerto de La Orotava (actual Puerto de la Cruz) y algunas décadas después al puerto de Santa Cruz de Tenerife.
La boda en 1645 de García del Hoyo-Calderón y Alzola con Isabel Sotelo Calderón, concertada por sus padres, dio motivo a la fundación de un mayorazgo que en favor del primero hicieron en 1644 sus padres Alonso del Hoyo y Calderón y Catalina (de Gallegos) Alzola. Éstos manifiestaron su deseo de que su hijo García quedase con 'hacienda' proporcionada a la que la dicha su prima llevaba en dote. El mayorazgo comprendía, entre otras propiedades, un partido de tierras y ganado en Teno, conocido por las Siete Fuentes. En este partido de las Siete Fuentes en Teno (que dio nombre al Condado de esta titulación, que serían los últimos propietarios sucesores de este fundo), el capitán Bartolomé Gan (que tenía parentesto con los Sotelo Méndez) y su mujer habían fundado en 1625 una ermita dedicada a San Jerónimo, en documento suscrito en la Fuente de los Méndez, del lugar de Buenavista. Esta Fuente de los Méndez, en que se redactó el documento, es lógicamente la Hacienda de la Fuente de Las Palmas que nos ocupa, siendo una curiosa conexión previa entre los Siete Fuentes y los Fuente de Las Palmas.
A su vez el abuelo del citado García del Hoyo-Calderón y Alzola (II del nombre), nacido en 1622, fue García del Hoyo el Viejo (que fue Capitán de la Gente de Guerra), nacido en 1548. Y el abuelo de este García del Hoyo (I del nombre) había sido el conquistador de Granada, La Palma y Tenerife Hernando del Hoyo [o de Hoyos], oriundo de Santander, criado de espuelas y también mozo de cámara del rey Fernando el Católico, que había casado en Sevilla con María de Abarca, dama de la Reina Isabel La Católica.
Hernando del Hoyo salvó la vida en una ocasión al rey Fernando el Católico, en un intento de atentado en 1492 a su real persona en Barcelona por parte de un campesino llamado Juan de Cañamares, y recibió extensos repartimientos de tierras en Tenerife tras su conquista.
Escalinatas del Palacio Real en la Plaza del Rey de Barcelona,
donde tuvo lugar el episodio de intento de regicidio.
A pesar de la gravedad de la herida sufrida por el Rey, de unos cuatro dedos de profundidad, el golpe fue amortiguado por el colgante del Toisón de Oro y no comprometió la vida del Rey a pesar de temerse durante algunos días por su vida. Juan de Cañamares fue neutralizado al momento por su mozo de espuelas Alonso de Hoyos (y según algunas fuentes también por el camarero real Antonio Ferriol), abalanzándose sobre el campesino y apuñalándole tres veces con los cuchillos que llevaban al cinto, pero sin acabar con su vida. El incidente de Barcelona lo relata así un cronista de la época (aunque confunde el nombre y pone Alonsso en vez de Hernando): "Yo vi Moҫo de Espuelas del Rey Cathólico a Alonsso de Hoyos, el qual tenía el estrivo de la mula del Rey para que cavalgasse, al tiempo que el traydor Juan de Cañamares le dio la cuchillada; y aqueste Alonsso de Hoyos en continente se abrazó con él, y le derrivó en tierra, y le dió dos puñaladas, y lo matara, sino que el Rey le mandó que no lo matase, por que se supiese si aquella traición hera ordenada por otros; y por este servicio el Rey le hizo a Hoyos su Moҫo de Cámara, y después Capitán, y lo embió con gente a la isla de Tenerife, donde se hizo rico,..".
Volviendo a la Hacienda de la Fuente de Las Palmas, la relación de los propietarios herederos de la
hacienda es la siguiente:
- Juan Méndez “El Viejo” († 1536), casó con Isabel
Ramírez.
- Juan Méndez, casó con Ana de Herrera.
- Benito Méndez, casó con María Gan Jorba (cuyo
padre John Gan era natural de Irlanda y había casado con Ángela Jorba).
- Miguel Jerónimo Méndez, casó con Francisca Jorva.
- María Jorva Méndez, casó con Diego Sotelo de la
Mota.
- Diego Sotelo Jorva-Calderón († 1662), casó en 1645 con
Magdalena Franiel y tuvieron un solo hijo (primer marqués de la Fuente de Las
Palmas) que les premurió en 1682.
- Magdalena Franiel de Henestrosa, II marquesa, como
heredera de su hijo desde 1682 a 1712.
- Juan Chirino Palacián Van-de-Walle († 1726), III
marqués, casó con Isabel de Ascanio y Pacheco-Solís.
- Nicolás Chirino y Ascanio († 1743), IV marqués, que no casó.
- Alonso Chirino y Ascanio († 1795), V marqués de
la Fuente de Las Palmas, casó con Josefa Soler-de-Padilla y Castilla y fue propietario
de la hacienda desde 1743 hasta la resolución del pleito en 1769.
- Fernando Javier del Hoyo-Solórzano y Machado († 1812),
III Conde de Siete Fuentes, casó en 1764 con Beatriz González-de-Mesa y
Rodríguez-Felipe y fue dueño desde 1769 a 1812. Construyó la actual casa de la
hacienda.
- Fernando del Hoyo-Solórzano y González-de-Mesa (†
1849), IV Conde, casó en 1809 con María Guadalupe Román y Franco-de-Castilla.
- Fernando Felipe del Hoyo-Solórzano y Román (†1888),
V Conde, casó en 1843 con Paula Nieves y Molina-Quesada.
- Fernando Felipe del Hoyo-Solórzano y Nieves (†1901),
VI Conde, casó en 1883 con María Teresa Ventoso y Machado. No tuvieron hijos.
- Guadalupe del Hoyo-Solórzano y Nieves (†1935),
VII Condesa, casó en 1898 con Andrés de Lorenzo-Cáceres y Ossuna. No tuvieron
hijos y la herencia y el título condal pasaron a su sobrino.
- Alonso del Hoyo-Solórzano y Hernández (†1954),
VIII Conde, casó en 1915 con Corina Castellano y Rodrigo-Vallabriga. No
tuvieron hijos.
- Mencía del Hoyo-Solórzano y Hernández (†1962), IX
Condesa, casó en 1909 con Emilio Salazar-de-Frías y Oráa.
- Ildefonso Salazar-de-Frías del Hoyo-Solórzano (†1993),
X Conde de Siete Fuentes. Soltero. Último sucesor en la propiedad del fundo.
A partir de 1962 la finca era ya propiedad del citado X Conde de Siete Fuentes, Ildefonso Salazar-de-Frías y del Hoyo-Solórzano, soltero, el cual en su testamento de 1988 la donó – junto con otras propiedades y el propio archivo documental familiar - al Obispado de Tenerife, falleciendo en 1993.
Detalle del magnífico libro "Haciendas Vitícolas del Norte de Tenerife", editado por la Universidad de La Laguna ULL en 2022.
Dos años después de su muerte, la hacienda la adquirió el Cabildo de Tenerife, que en 2010 construyó el hotel y el campo de golf (siendo Ricardo Melchior presidente), inspirado en la arquitectura tradicional canaria y con un diseño del campo de golf ideado por Severiano Ballesteros. Desde el año 2015 pasó a ser propiedad de un grupo de empresarios tinerfeños (familia Zamorano) con la aspiración de convertirlo en todo un referente de la hostelería de la isla.
Frente a la casa de la hacienda se encuentra la ermita de la Visitación o Santa Isabel, fundada por Juan Méndez y su esposa Isabel Ramírez, en la cual descansan sus restos.
En aquellos primeros años de existencia de la ermita fue patrono de la capellanía instituida por Isabel Ramírez su sobrino y sucesor Juan F. Ximénez, pues en un legajo antiguo [seguramente unas notas manuscritas de su descendiente y sucesor Antonio de Ponte-Ximénez y Benítez de Lugo] se indica al respecto de su sobrino Juan [Francisco] Ximénez lo siguiente:
Dice así: 'Juan Ximénez testó ante Bartolomé Sánchez en 9 de marzo de 1589. Se protocoló por Francisco Fernandes en 1673. Se mandó enterrar en la Iglesia de Buenavista, impuso 3 misas rezadas en cada semana para él y Dª Isabel Jorba [su mujer] en la ermita de Santa Isabel, y 2 misas cantadas al año en la Parroquia ?, dichas todas por el capellán de la antedicha ermita y ha de poner la cera, y todo. La capellanía de la Fuente fue instituida por Isabel Ramírez de que es patrono. Señaló para todo 50 ducados sobre los 4º y 5º comprados a Julián Lorenzo Clavijo en Los Silos y nombra patrono a su hijo Juan Francisco Ximénez [y Jorva-Calderón]'.
Los últimos en ser sepultados en esta ermita fueron el citado X Conde de Siete Fuentes, y sus padres los IX Condes (Mencía del Hoyo-Solórzano y Hernández y Emilio Salazar-de-Frías y Oráa).
Detalle del libro "Haciendas Vinícolas del Norte de Tenerife", editado por la Universidad ULL en 2022.
El bisabuelo de Ildefonso, Emilio Salazar-de-Frías y Chirino (1823-1896), fue hijo de Dominga Chirino del Hoyo, hermana de Alonso, el citado marqués de la Fuente de Las Palmas asesinado en 1840 en Vilaflor. El marquesado continuó en la descendencia de otra hermana llamada Beatriz, que casó con Francisco P. de Castro y Álvarez.
Emilio había nacido, como el resto de su familia, en el Palacio Salazar de La Laguna (actual sede del Obispado Provincial) y fue un influyente político, coetáneo de su sobrino en 4º grado Esteban Salazar-de-Frías y Ponte (rama Salazar de La Orotava). Pero no prestó la suficiente atención al recurso presentado por este último, como colofón del pleito iniciado en tiempos de sus abuelos. La sentencia del Tribunal Supremo de 1879 significó un grave revés para los Salazar de La Laguna, pues el título (condes del Valle Salazar) y el mayorazgo pasaban a Esteban. Este último vendió al Obispado en 1891 el Palacio Salazar, como nueva Sede Episcopal.
Ildefonso, pocos años antes de fallecer, comentaba con ironía que los obispos de la Diócesis Nivariense residían en el palacio de su familia paterna y pronto lo tendrían amueblado con los bienes de su familia materna.
La familia Salazar-de-Frías de Tenerife desciende de Lope García de Salazar "El de las estrellas", a quien se debe el escudo familiar de las 13 estrellas doradas, por haber matado éste en el siglo XIII y en combate en Toledo a un moro gigante y haberse quedado con su escudo de armas a partir de entonces.
EL CUADRO, QUE NO ES DE ESA ÉPOCA,
RECREA AL PERSONAJE ENTRE 1241-1260.
Lope de Salazar, en presencia de Alfonso X El Sabio, en la reconquista de Toledo, venció en singular combate a un moro gigante, en cuyo escudo llevaba 13 estrellas doradas (en desprecio de María, explica el detalle del cuadro). A partir de entonces tomó las trece estrellas doradas como escudo de armas. Lope de Salazar debió de morir en la campaña de la reconquista de Sevilla.
Escudo de Salazar en la fachada del Palacio Episcopal de La Laguna
Cristóbal Salazar-de-Frías nació en Lisboa en 1571, sirvió en los Ejércitos de Flandes y por los últimos años del siglo XVI pasó a Canarias, con encargo del Rey Don Felipe III de inspeccionar y cuidar de las fortificaciones de las Islas, estableciéndose en Tenerife adquiriendo con los años importantes puestos militares y de gobierno.
Comenzó la construcción del palacio de Salazar en La Laguna, que terminaron sus descendientes, el más hermoso ejemplar de arquitectura civil de las Islas junto con el palacio Nava-Grimón en la misma ciudad, entrando ambas familias en competencia por crear la construcción de morada más suntuosa.
Tuvo dos hijos y el segundo de ellos, Cristóbal Salazar-de-Frías (1603-1677) tuvo a su vez un segundo hijo llamado Cristóbal Lázaro Salazar-de-Frías, que nació en La Laguna en 1645 y desempeñó importantes puestos militares en Tenerife y en la Península. Hizo donativo a la Corona de 26.000 pesos y el Rey Carlos II le hizo merced de un título de Castilla, con la denominación de Conde del Valle de Salazar, por un Real Decreto de 1681. Posteriormente obtuvo una segunda merced en 1691 como Marqués de Estremiana, aunque este título no lo conservaron sus herederos. Concluyó en la ciudad de La Laguna el palacio de Salazar y edificó a sus expensas una fortaleza en el Valle de Salazar en 1696 (el castillo de San Andrés). El Conde instituyó heredero a su único hijo pero fuera de matrimonio Cristóbal José de Salazar, a cuyo favor había otorgado documento privado en Madrid en 1707. Este curioso documento, que adolecía de nulidad porque llamaba a la sucesión a un hijo no legítimo, unido a su condición de rebelde al partido triunfante, indujo a que el Rey Felipe V mandase confiscar sus bienes y rematar los del Mayorazgo de que disfrutaba, por una Real Orden en 1707. Debido a las gestiones de Cristóbal Valentín Salazar-de-Frías y Abreu, sobrino segundo del primer conde, no llegaron a subastarse los bienes del Mayorazgo, que fueron restituidos en 1725 al citado Cristóbal Valentín. Sin embargo no pudo obtener también el derecho al marquesado de Estremiana, del que no sacó Real Despacho.
El otro hijo del primer Cristóbal Salazar-de-Frías citado que se estableció en Tenerife, el mayor de los dos, llamado Ventura Salazar-de-Frías (1601-1664) contrajo matrimonio en Santa Cruz de La Palma en 1630 con Leonor de Sotomayor Topete. Su segundo hijo, el citado Pedro Salazar-de-Frías y Sotomayor (1634-1695), casó en 1680 con Francisca Margarita de Abreu Rexe, y su segundo hijo Cristóbal Valentín Salazar-de-Frías y Abreu fue el II Conde del Valle de Salazar, en cuya descendencia continuó dicho título pues de él descienden tanto la rama de La Laguna como la de La Orotava.
Cristóbal Salazar-de-Frías y Abreu (1682-1749),
II Conde del Valle de Salazar.
Séptimo abuelo del X Conde de Siete Fuentes
Ildefonso Salazar-de-Frías y del Hoyo-Solórzano
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