viernes, 18 de noviembre de 2016

ORIGEN E HISTORIA DE LAS ALFOMBRAS DE FLORES (INFIORATAS) DE LA OROTAVA - TENERIFE



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LAS ALFOMBRAS DE FLORES (INFIORATAS)
 DE LA VILLA DE LA OROTAVA - TENERIFE - ISLAS CANARIAS - ESPAÑA

1)   ¿Cuál es el origen de las alfombres de flores con motivo de la celebración de la infraoctava del Corpus Christi de La Orotava? Las guerras napoleónicas y la posterior Restauración en varios países de Europa, ¿fueron el revulsivo para su expansión internacional desde Los Estados Pontificios?. 

El origen de las alfombras de flores en La Orotava es claramente italiano,  consistiendo la primera de ellas en un dibujo geométrico de estilo italiano barroco. En 1901 una de las personas artífices de esta primera alfombra de flores, María del Pilar Monteverde y del Castillo, a la edad de 78 años y al ser entrevistada para un artículo de la revista "La Orotava", apuntó que el primer trabajo floral fue allá por el año de 1846, y el siguiente año 1847 fue de mayores dimensiones y más artística, representando una estrella - reproducida de un dibujo - y utilizando una brillante combinación de colores.  María del Pilar Monteverde, en dicha entrevista, explica que se conserva el boceto original del dibujo de la alfombra o trabajo floral de 1846. Pero en dicho boceto, que es un dibujo de volutas barrocas italianas con una flor roja en su centro, veremos a continuación que viene acompañado por un texto donde se indica, sin embargo, que fue realizada en 1847.

La primera alfombra de flores orotavense se data tradicionalmente en el año de 1847, aunque en las primeras fuentes documentales se hace mención a los años de 1846 e incluso de 1844 como los del comienzo de la costumbre (veremos que en ese año de 1844 más bien se trataba de sencillas ofrendas florales). Si damos crédito a la memoria de Mª del Pilar Monteverde en 1901 -a sus 78 años de edad - sería "allá por 1846" y si, por el contrario, damos crédito al texto que acompaña al boceto original de ese mismo año, sería en 1847. Esta última fecha es la que toman en 1947 para celebrar el primer centenario de la costumbre. Pero, para terminar de complicar el asunto, otro artículo anterior de 1894 afirmaba que la costumbre comenzó 50 años antes, en 1844, refiriéndose a la fecha de la primera ofrenda floral, que consistió en rellenar con flores unos arcos de pipas. Por lo tanto, a la luz de esas referencias antiguas, los primeros tapices entre 1844 hasta 1846 podrían haber sido, más bien, sencillas ofrendas florales realizadas con moldes de arcos de pipas, que se rellenaban con pétalos de flores (rosas y geranios).  

Es significativo comprobar que, en el citado boceto original, aparece manuscrito - seguramente añadido este texto en años posteriores (parece ser que a mediados del siglo XX) - que esa de 1847 fue la primera alfombra de flores. Por el momento queda la cuestión sin resolver definitivamente.

         Extracto del artículo de 1901 en la revista "La Orotava", de la entrevista realizada a María del Pilar Monteverde por Antonio de Lugo-Viña y Massieu:




    Boceto original del diseño de la alfombra de flores de 1847 en La Orotava, documento cuyo original se encuentra en el archivo de la Casa de Monteverde. En el texto del documento, escrito en el siglo XX (según algunas fuentes por Alberto del Hoyo), si nos fijamos bien se puede leer:

    "Esta, como todas las alfombras que se hacen delante de la Casa de Monteverde, son adornadas con pétalos de flores por las mismas Señoras y Caballeros de ella, 4 ô 5 personas, que emplean de 5 a 6 horas para concluirla. 
    Hecha por María Teresa de Monteverde, y tendría de largo 3,50 x 2,50 varas. En esta primera alfombra (1847) lo oscuro no son flores, son las piedras de la calle".

     3,50 x 2,50 varas son unos 3 x 2 metros aproximadamente, si eran varas castellanas del siglo XIX. Efectivamente, si miramos las proporciones del primer boceto, la relación entre los lados es de 1,4. Luego veremos que en un artículo de 1901, en una entrevista a Pilar de Monteverde del Castillo, ésta yerra en las medidas, indicando que son de 3 x 2,5 varas. En ese mismo artículo indica que la primera alfombra artística fue "allá por el año 1846", pero varias generaciones después no se debió contar mucho con la fiabilidad de esta fecha dada por ella cuando en cambio se celebró el aniversario del centenario en 1947.


    Respecto a esta última anotación de "lo oscuro no son flores, son piedras de la calle" no me parece ni muy lógica ni acertada (fue realizada varias generaciones después). Pues, en mi opinión, ese sombreado lo que consigue es resaltar justo la cuarta parte del dibujo del boceto, con precisión milimétrica en los bordes redondeados. Luego veremos que en ciertos lugares son 4 las paradas de la procesión del Corpus en sus correspondientes 4 altares. Es lo que ocurre en la procesión del Corpus de Nápoles y de Torre del Greco. También en Hüfingen, localidad en la actual Alemania (antes ducado de Baden - Prusia), donde algunos estudiosos locales afirman que la costumbre de las alfombras artísticas de flores fue traída de Portici en 1842, localidad también situada junto a Nápoles.  Quién sabe si ahí podría estar la explicación, si quizás este primer boceto fue traído de esa zona de la actual Italia (en aquel entonces del Reino de las Dos Sicilias desde 1816, antes Reino de Nápoles). En La Palma (Mazo), desde luego relacionada con la costumbre en La Orotava, luego veremos que hay registros fotográficos de finales del siglo XIX donde aparecen altares. 

    Hoy en día ya no se venían realizando altares en la procesión del Corpus Christi de La Orotava aunque, curiosamente [pues ha coincidido con mis apreciaciones y publicaciones a este respecto desde hace varios años], sí se ha implantado [o más bien retomado] esta costumbre a partir  del año 2023 (se dispuso 1 único altar junto a la parroquia de la Concepción) y en el año 2024 ya fueron 4 altares en la zona del recorrido de la procesión, y otros 4 de otras parroquias en lugares fuera de dicho recorrido. Así pues, supone una feliz iniciativa que sin duda da más lustre, belleza y espectacularidad a la procesión,  asemejando a La Orotava con otros lugares donde la tradición afirma que fue tomada la costumbre en época coetánea. 


    Los 4 altares en el recorrido de la procesión del Corpus Christi 
    de La Orotava el 6 de junio de 2024


     Se sabe - según José M. Rodríguez Maza- que, a principios del siglo XX, tan sólo eran 5 los tapices que se realizaban en la procesión del Corpus de La Orotava, estando unidos por largos corridos. Estas cinco alfombras eran las confeccionadas por la familia Machado en la plaza del Teatro (frente a la casa Machado); por los Monteverde (frente a su histórica casa); a escasos metros por los Lercaro (frente a su casa que venía de sus antepasados los Ponte-Grimaldi); por la familia Díaz-Flores (frente a su casa, la actual Casa Brier, pues los Brier la compraron a comienzos del siglo XX); y por Peregrina Álvarez, en las cuatro esquinas. 

    Esta escasez de número de participantes, menor al de las décadas anteriores, podría estar motivada por la crisis económica de esos años de la agricultura en Tenerife pues, tras la crisis del cultivo de la grana (cochinilla) a partir de los años 80 del siglo XIX, aún no se había implantado masivamente el siguiente monocultivo que traería prosperidad a los propietarios agrícolas de la isla. La platanera se cultivaría de forma más masiva a partir de los años 20 del siglo XX, en la medida en que la agricultura de la isla disponía de mayor suministro de agua. Esos son los años en que comenzó la explotación del gran acuífero de la isla mediante multitud de nuevas galerías, que suponían un incremento exponencial del agua disponible respecto a los nacientes de agua casi naturales de los siglos anteriores (que explotaban los pequeños acuíferos flotantes más cercanos a la superficie). Hay que tener en cuenta que la platanera es una planta para un clima tropical, muy necesitada de agua y de mucho sol, y que Canarias pertenece a un área de clima subtropical, con bastantes menos lluvias que las latitudes tropicales. Surge entonces la necesidad de ingentes cantidades del elemento agua, muy superiores a lo que un clima subtropical puede conseguir directamente de las precipitaciones. Fueron las galerías las que lo hicieron posible, aprovechando la gran reserva de agua que acumulaba el gran acuífero de la isla, que había sido descubierto recientemente. También se podría añadir que fueron las leyes vigentes que permitían la explotación privada de las galerías de agua las que hicieron posibles estas iniciativas empresariales, muy destacadas en Tenerife, pero también en otras islas que tenían posibilidades de encontrar nuevas fuentes de agua.
                                       
    En este artículo de 1901 de la revista La Orotava acerca de las alfombras de flores, como se verá 'ut infra', se reconoce esta época de crisis agrícola. Hay que tener en cuenta que, a partir de 1892 las fiestas del Corpus Christi en La Orotava se habían unido con las de San Isidro Labrador, que se celebraban antes en la Pascua de Pentecostés, porque por separadas ocasionan excesivos gastos a las arcas municipales. La ley de Puertos Francos del ministro Bravo Murillo en 1852, junto con el progreso de las comunicaciones a vapor y la expansión imperialista europea, habían potenciado el tráfico marítimo de los principales puertos de las islas, cuyo tamaño creció notablemente (sobre todo el Puerto de la Luz y de Las Palmas, aprovechando la gran plataforma marina existente y la inmensa influencia en Madrid del grancanario Fernando León y Castillo). El amarre del cable telegráfico entre Cádiz y Tenerife en 1883 también potenciaría dicho tráfico marítimo y comercio de las islas, pero no la agricultura - médula espinal de la economía local en los siglos anteriores -, que seguiría en crisis varias décadas hasta la implantación masiva de la platanera. Otras medidas, como el inicio en 1884 del protectorado de España en el Sáhara Occidental (conocido a partir de entonces como Sáhara Español) intentan dar otras salidas económicas a las islas (pesca en nuevos caladeros, mayor comercio con África,...). . Etc...

     
    Luego también veremos que en el siglo anterior (siglo XIX) había sido el cultivo de la grana (cochinilla) en las tuneras o chumberas la que permitió el comienzo de la propia costumbre de las alfombras de flores en La Orotava pues, tras la crisis de los cultivos vitícolas (la vid había sido el monocultivo de la isla durante más de dos siglos, aportando gran riqueza a los propietarios), fue la cochinilla la que trajo prosperidad a mitad del siglo XIX, la mayor conocida en la historia de las islas, aunque duró menos de medio siglo (hasta el descubrimiento y comercialización de los tintes sintéticos). Sin desahogo económico (de los propietarios agrícolas y por ende de las corporaciones municipales recaudadoras de tributos a los contribuyentes) la costumbre no podría tener lustre y grandeza, pues suponía que debían existir recursos extras para desviar a este fin, que darían distinción y reconocimiento social a sus benefactores.

    Por tanto, las épocas de auge y decaímiento de las costumbres religiosas en Canarias tendrán relación con el termómetro económico, así como por el fenómeno de la ilustración, las guerras napoleónicas (que dieron pie a la Restauración en Europa) y las revoluciones del siglo XIX (que suponen el fin del Antiguo Régimen) y las consecuentes relaciones mejores o peores en cada momento del Gobierno español con el Vaticano, como se analizará 'ut infra'.


Otro enlace que abunda en este asunto con otro enfoque, propio del autor: Origen e Historia de las alfombras de La Orotava según José Manuel Rodríguez Maza

Volviendo al argumentario del origen italiano de las alfombras de flores artísticas europeas y americanas, podemos descubrir que:



      La tradición (europea) de las decoraciones con flores nació en Roma en la primera mitad del siglo XVII como una expresión de la llamada fiesta de las flores. Se cree que la tradición de la creación de imágenes usando flores nació en la basílica de El Vaticano en junio de 1625, con motivo de la fiesta de los santos Pedro y Pablopatronos de Roma. 

   En esta génesis de los "mosaicos de flores" pontificios veamos primero algunos aspectos previos y relevantes de algunos de los protagonistas y de su entorno, Veremos que realmente fue la región de la Toscana (Florencia, Siena y alrededores) fue la que surtió a Roma de las personas o los personajes con la sensibilidad y cultura necesarias para crear el arte floral, al igual que crearon allí otras obras arquitectónicas y artísticas. 

    También veremos que los intercambios botánicos con el Nuevo Mundo (América), a través de los misioneros (en especial los jesuitas) lograron esta explosión de culto a la ciencia de la botánica y - como parte de ella - a las nuevas variedades de flores que de allí llegaban, que es probable que derivara o explosionara espontáneamente en Los Estados Pontificios en los artísticos mosaicos de flores para los cultos religiosos.



   Los jesuitas habían nacido en 1540, erigiéndose bajo la energía de Ignacio de Loyola en el brazo religioso que precisaban las reformas tridentinas, y hallaron en América un campo idóneo para la evangelización y para su crecimiento extraordinario. Su sumisión al Papa era total y ciega, pero guardaban una absoluta fidelidad al soberano español, al que entregaban puntualmente los diezmos debidos y la tributación de los indios a su servicio. Con las rentas producidas en sus haciendas e ingenios pudieron construir templos y conventos, sufragar la actividad misionera y atender el gran ámbito de su actividad en América: la educación. Gestionaban los mejores colegios en las ciudades, otorgando grados universitarios…En algún momento fueron responsables casi absolutos de la educación en América, lo que habría de levantar no pocas suspicacias. Y demasiado poder para no suscitar recelos en el poder político; los jesuitas serían víctimas de una campaña de descrédito. Muy grave fue la insidia desatada en la Península, sobre una orden que obedecía directamente a Roma, y cuya férrea estructura jerárquica impedía manipulaciones desde Madrid, Lima o México. Finalmente Carlos III expulsó en 1767 a los jesuitas de America y de España, y en los siguientes años de otros muchos países europeos. Pero permanecieron en Los Estados Pontificios. En la ciudad suiza de Lucerna, por ejemplo, tampoco fueron expulsados…

    La flor de la Cristiandad

    El Papa Pablo V decretó en el siglo XVII que la flor de la pasión (maracuyá o parchita) era la «Flor de Cristo» al buscar el simbolismo de sus elementos con signos de la Pasión, Aunque descubierta por los españoles en 1569 e introducida en Europa en 1580, no fue hasta 1598 cuando el andaluz Nicolás de Monardés publicó la descripción de una granadilla traída de Perú, con grandes virtudes medicinales, que a pesar de sus llamativas flores no llegó a ilustrar. El Maraco o Mburucuyá, que era el nombre indígena que le trasladaron los misioneros, fue cultivado por Monardés en su museo de historia natural de Sevilla. Y con ello también una leyenda muy parecida a la obra de Romeo y Julieta, en donde una española y su amante guaraní, que llama a la mujer «Mburucuyá», acaban muriendo juntos, y sobre su tumba crecer «la flor de la pasión». Esta misma leyenda es trasladada por Bécquer a las calles de Toledo en un romance entre un cristiano y una judía que acaba crucificada por su padre un Viernes Santo, en La Rosa de pasión. Muy probablemente, semillas del Jardín de Monardés viajaron al de los Barberini en Roma, y allí Ferrari le mostrase en 1608 aquella flor tan extraordinaria al Papa Pablo V, e incluso se la interpretase. Surge entonces una nueva leyenda sobre la flor que complació al Pontífice. En este caso es la de un misionero que al ir por la selva oyó el llanto de una niña que subida a un árbol se guarecía de un jaguar. El sacerdote se interpuso para que la niña pudiese huir, siendo atacado por el enorme felino. Sobre la sangre derramada, brotaron rápidamente plantas de maracuyá para recordar al mundo la belleza de sufrir por el bien de los demás, manifestándose entonces la cristología en cada una de las partes de la planta naciente, como bien describiría Ferrari. Sería el misionero Simone Parlasca en 1609, el primero en propagar dibujos de la planta, haciendo referencia a una visión que tuvo al observar la planta: «Las lágrimas vertidas por María Magdalena a la muerte de Cristo al caer en la tierra fueron las semillas de la pasionaria». Pocos argumentos más necesitaba ya Pablo V para declarar a la americana Passiflora como Flor de Cristo, ya que con ello el mensaje de la resurrección y crucifixión era para toda la humanidad. 



    Los primeros datos históricos sobre las Infioratas (primero como mosaicos de flores) nos llegan del jesuita oriundo de Siena-Toscana Giovan Battista Ferrari que, en su libro Cultura di Flori, publicado en latín en 1633 y traducido al italiano en 1638, describe la primera Infiorata instalada en el Vaticano el 29 de junio de 1625 el con motivo de la fiesta de San Pedro y San Pablo.

    Esa primera Infiorata fue realizada, bajo el pontificado de Urbano VIII, al pie de la escalinata de la Basílica por Benedetto Drei, jefe de la Florería vaticana y natural de Florencia-Toscana, y por su hijo Pietro. En aquella ocasión la plaza se cubrió de "flores frondosas y en miniatura para emular los trabajos del mosaico". Según los textos de la época posterior a la muerte de Benedetto Drei, el principal artífice de las fiestas barrocas fue Gian Lorenzo Bernini. Fue gracias a él que "este arte floral de Roma se extendió" a los Castelli Romani, donde continuó incluso después de haber desaparecido en la capital.

    La historiadora italiana Antonia Ursini plantea una curiosa reflexión en un trabajo suyo del año 2007: “(…) en los inventarios de la Florería Apostólica Vaticana, referentes a los años comprendidos entre 1612 y 1655, también aparece en la lista de objetos mencionados una imagen de San Pedro realizada con plumas de pavo real. El "emplumado" ciertamente fue manejado y observado por Benedetto Drei, quien también desarrolló su actividad en esos ambientes y en esos años. No es descabellado pensar que la imagen de San Pedro, realizada con un material tan peculiar [las plumas], haya dado motivos de reflexión al autor del primer mosaico formado por pétalos de flores”.
    
    El padre Ferrari había sido formado por los jesuitas, teniendo grandes dotes para el dominio de distintas lenguas, y ya en Roma entró en el círculo del Doctor Cassiano del Pozzo. En ese círculo entre otros estudiosos se encontraba Galileo, y posiblemente en aquel Jardín se produjera en 1616 el encuentro con Pablo V (Camilo Borghese), en el que intentó silenciar al físico, que proclamaba las teorías heliocéntricas de Copérnico y pretendía demostrar, en aparente oposición a las Sagradas Escrituras, que era la Tierra la que giraba alrededor del Sol.

    Pozzo recomendó a Ferrari para dirigir el Jardín Botánico de los Barberini, dedicando buena parte de su tiempo a investigar sobre las plantas, llegando a publicar varios libros de gran éxito por sus descripciones e ilustraciones, en especial los cuatro tratados sobre el cultivo de las flores y los cítricos. Se considera a Ferrari como el primer científico en ilustrar detalles microscópicos, en concreto de un Hibiscus, el mismo género que la Rosa de Sharon o Rosa de Siria, de tanta trascendencia bíblica. También dejó constancia de los mosaicos de flores creados por Benedetti Drei.

   Hay que tener en cuenta que en aquel momento Roma se enfrentaba a cómo explicar que aquel nuevo mundo «extraño y milagroso» de América, olvidado en las Escrituras, y del que estaban llegando nuevas plantas y flores, estaba relacionado con el cristianismo.


    
Gian lorenzo Bernini, el último genio de Roma (Nápoles, 1598-Roma, 1680) fue un escultor, arquitecto y pintor italiano, cuyo padre era procedente de Sesto Fiorentino, localidad de la región de la Toscana que cercana a su capital Florencia. Trabajó principalmente en Roma y es considerado el más destacado escultor de su generación, creador del estilo escultórico barroco. Bernini fue también uno de los mejores arquitectos del barroco romano. Bernini gozó del favor de los papas Urbano VIII (1623–44) y Alejandro VII (1655–65) y por tanto se aseguró el proyecto más importante de la Roma de su tiempo, la basílica de San Pedro del Vaticano. El diseño de la Plaza de San Pedro que se abre ante la basílica es uno de sus proyectos arquitectónicos más innovadores y alabados. Durante su extensa carrera, Bernini recibió numerosos encargos de gran relevancia, varios de ellos por parte del papado. A temprana edad llamó la atención del cardenal Scipione Caffarelli Borghese, procedente de una familia noble de Siena - Toscana, sobrino y secretario del Papa Pablo V (Camilo Borghese, Pontífice entre 1605 y 1621, que procedía también de Siena-Toscana). Bernini realizó las obras más destacadas durante el pontificado de Urbano VIII (Maffeo Barberini, de familia noble de Florencia-Toscana que, al quedar huérfano de padre, fue enviado a Roma bajo la protección de su tío Francesco Barberini que ocupaba el cargo de protonotario apostólico. Urbano VIII, educado por los jesuitas en el Colegio Romano, pasó a la universidad de Pisa donde, en 1589, se doctoró en leyes. Una vez nombrado Papa puso a su tío Francesco al frente de la Biblioteca Vaticana. 


   En los primeros años de su pontificado se proclamó como protector de las ciencias y el arte, aunque también hay que resaltar en el lado negativo que más adelante obligó a Galileo Galilei a retractarse de sus tesis sobre el Heliocentrismo (inspirada en Copérnico).



Pinchar aquí para ver libro italiano de 1638 sobre el uso barroco de las flores y ciertas referencias a los primeros tapices florales. Ver página 423

    Este libro está escrito, como ya se indicó, por el jesuíta oriundo de Siena-Toscana Giovan Battista Ferrari que describe la primera Infiorata instalada en el Vaticano el 29 de junio de 1625 el con motivo de la fiesta de San Pedro y San Pablo.










Como se puede apreciar, los jesuitas tuvieron un papel relevante en la creación, documentación y divulgación de la costumbre de los mosaicos o alfombras de flores. Incluso muchos de los cardenales y luego pontífices de la época habían recibido su formación académica de los jesuitas. 

El Colegio Romano (en Roma, claro) fue creado por San Ignacio de Loyola en 1550, después de la fundación de la Compañía de Jesús (1534),  y que abarcaba desde los estudios elementales  a los universitarios.

   Durante su adolescencia Gregorio XV (pontífice de 1621 a 1623) estuvo estudiando humanidades y filosofía  con los padres de la Compañía de Jesús en Roma; después en Bolonia hizo la carrera de leyes y una vez laureado volvió por segunda vez  a Roma.

   En 1622 Gregorio XV puso en el catálogo de los santos al Beato Ignacio de Loyola fundador de la Compañía de Jesús, a Francisco Javier su compañero, Apóstol de las Indias, a Felipe Neri fundador  de la Congregación de los Oratorio, a Isidro agricultor, a Teresa de Jesús fundadora de las carmelitas descalzas, ...

   Gregorio XV, con el fin de que pudiera aprovecharse la iglesia en todo el orbe de la tierra instituyò  una congregación especial de cardenales que debían  aconsejar y tener el control supremo sobre todas las misiones para la Propagación de la Fe.

   Con la Bula Inscrutabili Divinae (22 de junio de 1622), emanada del Papa Gregorio XV, inició el periodo constitutivo de la Congregación, de Propaganda Fide.

   La específica misión de la Congregación ha sido desde siempre la de propagar la Fe por todo el mundo, con la concreta competencia de coordinar todas las fuerzas misioneras, dar directrices para las misiones, promover la formación del clero y de las jerarquías locales, apoyar la fundación de nuevos Institutos Misioneros y procurar ayudas materiales para las actividades misioneras.

  Fue así como la nueva Congregación se convirtió en el instrumento ordinario y exclusivo del Santo Padre y de la Santa Sede para ejercer la jurisdicción sobre todas las misiones y la cooperación misionera.

Urbano VIII, antes llamado como cardenal Maffeo Barberini, el dia 6 de agosto del año 1623, con los votos de casi todos los cardenales , fue promovido al pontificado, varón de tantas virtudes que parecía no haber nacido para pontífice.

    Urbano VIII canonizó por ejemplo a San Francisco de Borja, jesuita, el 23 de noviembre de 1624; (…). Erigió varias diócesis y vicariatos en países paganos y alentó a los misioneros con sus palabras y su ayuda financiera. Extendió la esfera de actividad de la Congregación de Propaganda Fide , y en 1627 fundó el Colegio Urbanum, cuyo objetivo era entrenar misioneros para países extranjeros. (…)

.-Urbano VIII gastó enormes sumas de dinero en diversas construcciones, entre las que destaca el Palazzo Barberini en Roma y la villa papal (luego residencia veraniega del Papa) en Castel Gandolfo (en los aledaños de Genzano di Roma), y fue mecenas y amigo íntimo del pintor y arquitecto italiano Gian Lorenzo Bernini.  También fundó el Seminario del Vaticano, construyó varias iglesias y monasterios, embelleció calles, plazas y fuentes. 

     Como ya se indicó, tras la muerte de Benedetto Drei, el principal artífice de las fiestas barrocas fue Gian Lorenzo Bernini. Fue gracias a él que "este arte floral de Roma se extendió" a los Castelli Romani (donde Urbano VIII Justo había encargado a Bernini construir el palacio papal de Castel Gandolfo).

    La tradición barroca de decoraciones en tapices florales sería por tanto adoptada en la ubicación de los Castelli Romani (en las afueras de Roma), debido a los estrechos vínculos de esta zona con Bernini, el responsable principal de las fiestas barrocas en Roma y por encontrarse allí el palacio que sería  residencia de verano del Papa. En Roma ciudad la costumbre de las “infioratas” desaparecería al final del siglo XVII ; mientras que en los Castelli Romani (Genzano di Roma) todavía continuaría a partir del siglo XVIII (también en Gerano), según quedó registrado en un manuscrito anónimo de 1824 que se conserva en la  Biblioteca Nacional Central de Roma.

    Tanto Genzano di Roma como Gerano (ambos en las afueras de Roma) eran lugares con mejor acceso que la urbe a una abundante existencia de flores silvestres, en entorno naturales privilegiados y con abundantes fuentes naturales de agua.

   Más adelante, a finales del siglo XVIII los jesuitas seguían siendo parte de la vanguardia internacional del conocimiento botánico en sus relaciones con AméricaAsí, José Celestino Mutis y Bosio, nacido en Cádiz en 1732 y fallecido en  Santafé de Bogotá (Colombia) en 1808, fue médico, botánico, y director de la Expedición botánica a Nueva Granada, y fue ordenado jesuita a sus 40 años: en 1772 Mutis recibe las órdenes sagradas. Grandes fueron los elogios del científico alemán Humboldt a dicho jesuíta español Mutis, tras convivir en 1801 ambos durante dos meses en Santa Fe de Bogotá. Tres cosas impactaron a Humboldt al visitar a Mutis. La primera, encontrarse con que Mutis fuese un sacerdote. En la protestante Prusia, su país, no era eso lo corriente, mientras que en España ocurría todo lo contrario: la mayoría de los botánicos eran sacerdotes o religiosos. La segunda cosa que le impactó: el extenso “taller” instalado por Mutis; en él trabajaban bajo su dirección unos 15 discípulos entre botánicos, dibujantes, pintores y ayudantes, dedicados todos ellos al estudio del conocimiento y clasificación de las plantas. Finalmente, la tercera cosa que le causó admiración a Humboldt fue la fabulosa biblioteca de Mutis; tenía unos 8500 libros. De ella escribe Humboldt en su diario: “No hay otra biblioteca que la supere, con excepción de la de Banks en Londres; al menos en lo concerniente a historia natural». James Banks era a la sazón Director de la Royal Society. En su Geografía de las Plantas, se puede leer: «Dedicada con los sentimientos del más profundo reconocimiento, al ilustre patriarca de los botánicos, José Celestino Mutis, por Federico Alejandro, Barón de Humboldt».

    Por cierto, Humboldt reconoce en uno de sus libros que “ningún gobierno europeo ha invertido sumas mayores para adelantar el conocimiento de las plantas que el gobierno español”.

  Una cronología resumida del origen y una primera expansión  por los Estados Pontificios de las “infioratas” italianas, o exhibiciones florales en forma de alfombras con motivo del Corpus Christi podría ser la siguiente:

-   Primera mitad del siglo XVII: Primera exhibición floral en la fiesta de San Pablo y San Pedro en el área de Colli Albali, en la ciudad de ROMA
-   1743-1760: Primera exhibición floral (o infiorata) en la localidad de GERANO, provincia de Roma, región de Lacio (en aquella época dentro de los Estados Pontificios). Según sus organizadores es la infiorata más antigua de Italia. La tradición en esta localidad sostiene que la costumbre la trajo el sacerdote geranés Giuseppe Lelli, arquéologo y amante del arte, que frecuentaba mucho El Vaticano.Pinchar aquí para ver página acerca del origen de las alfombras de flores en GERANO.
El origen de la costumbre está íntimamente ligado a la gran veneración que desde un principio rindió su población a la imagen milagrosa (un óleo sobre lienzo) de María Santísima del Cuore (del Corazón), traída al pueblo para las sagradas misiones de 1729, predicado por los padres jesuitas Ottavio Ruschi y Giovanni Maria Crivelli. Se celebra cada año, el domingo siguiente a la fiesta de San Marcos (25 de abril), la solemnidad de la Virgen del Corazón.
No muy lejos de Gerano se encuentra el Santuario de la Virgen de Mentorella (Santuario Madonna della Mentorella), uno de los más antiguos santuarios de Europa, en un paraje idílico ubicado entre montañas y sugerente naturaleza, que era frecuentado por los Pontífices y por la alta jerarquía eclesiástica del Vaticano como lugar de retiro. En tiempos recientes, un Papa que frecuentó mucho este santuario fue Juan Pablo II (hay varias estatuas de él por la zona).
-   1778: Primera exhibición floral en la fiesta del Corpus Christi en la localidad de GENZANO DI ROMA, provincia de Roma, región de Lacio (en aquella época dentro de los Estados Pontificios). En los aledaños del palacio de verano del Sumo Pontífice (Castel Gandolfo).  https://it.wikipedia.org/wiki/Infiorata_di_Genzano


-   1782: Primera vez que una alfombra de flores con motivo del Corpus Christi cubre toda una calle de GENZANO con diseños variados. Fue cuando se aprobó que las alfombras se podían hacer en común, ocupando todo el centro de la calle,  no como hasta entonces, pequeñas y frente a cada casa ejecutándose individualmente. Este año marca el nacimiento del auténtico festival de alfombras de flores, de colores brillantes que representan imágenes religiosas que se alternan con motivos decorativos. El conjunto de pétalos de rosa esparcidos a granel se convierte en alfombras de flores que esbozan verdaderas obra de arte.
-   1789: Se realiza una infiorata especial en GERANO en homenaje al cardenal Giovanni Angelo Braschi, devoto de la Madona del Cuore (la virgen centenaria de Gerano), que se había convertido en el Papa Pío VI.
-   1800 - Un festival de la flor solemne se realiza en GENZANO para celebrar al nuevo pontífice: el Papa Pío VII.
-   1815: Primera fiesta floral en BOLSENA, pequeña localidad al borde del lago de Bolsena (el quinto mayor lago de Italia y el mayor de origen volcánico de Europa), en la provincia de Viterba (región de Lacio), en el centro de Italia, al norte de Roma, y perteneciente también en aquella época a los Estados Pontificios. En la octava de la fiesta del Corpus Christi la solemne procesión pasó en aquel primer año por encima de un camino alfombrado con flores. Práctica devocional que, entonces, ante tamaña manifestación de fe, sirvió como recurso para contrastar la intención de prohibirla por parte de los franceses que dominaban la zona. Allí precisamente en Bolsena tuvo lugar el llamado “milagro eucarístico”, acaecido en 1263 en la Basilica de Santa Cristina, dando origen a la fiesta solemne del Corpus Christi, que el Papa Urbano IV promulgó. Cerca de Bolsena está la localidad de Sutri, donde la tradición data también del siglo XIX 
(Pinchar aquí para ver enlace acerca de las infioratas de Bolsena)
(Pinchar aquí para ver enlace acerca de las infiorata de Sutri)




1814-1815 (aunque veremos que no lo tienen bien documentado): Spycimierz, a 3 km de Uniejow, en aquella época dentro del Ducado de Varsovia (1807-1815), en la actual Polonia !!!!!!. Han conseguido recientemente -en diciembre de 2021 - que sus alfombras de flores sean consideradas por la UNESCO como patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad. https://spycimierskiebozecialo.pl/en/from-generation-to-generation/ 
        Una decoración similar se formó en Skęczniewie, una localidad cercana. Seguramente se implantó la tradición recién terminadas las guerras napoleónicas. Aunque la leyenda local cuenta, sin referencias documentales, que "Napoleón pasó cerca Spycimierz y la gente quería verter su camino con flores. Con el tiempo el gobernante eligió un camino diferente pero los residentes han seguido poniendo alfombras de flores para el Señor Dios".
       El Ducado de Varsovia fue creado oficialmente por Napoleón Bonaparte en 1807 para restablecer el Estado polaco, como parte del Tratado de Tilsit con Prusia. El nuevo Estado (re)creado era formalmente un ducado independiente, aliado de Francia, en unión personal con el Reino de Sajonia. Napoleón fue derrotado en 1813 por Rusia, que intentó apoderarse del ducado, pero el Congreso de Viena repartió el territorio entre las potencias vencedoras.




-   1817: El pintor Antoine-Jean-Baptiste Thomas pinta su cuadro del festival de alfombras de flores de GENZANO.




- 1820-1871 (aunque veremos que no lo tienen nada documentado): Vila do Conde (en las afueras de Oporto, Portugal), donde se celebra actualmente cada cuatro años. Un historiador italiano, Francesco Dionisi en 1976 escribió un artículo en el periódica “La Squilla” que creía que la costumbre allí había sido tomada en 1820 por el embajador portugués en Roma Pedro de Melo Breyner (1751-1830), que la había visto en Genzano. Pero las fuentes documentales locales consultadas hasta ahora (por internet) sólo hablan del comienzo de la costumbre en 1871, cuando se cita como primer año en que es organizada por la Cámara de Vila do Conde. En Sardoal, en el centro de Portugal, las capillas adornadas son uno de los "signos" más importantes de las celebraciones en la Semana de Pascua en Sardoal, en el centro de Portugal. Entre el Jueves Santo y el Domingo de Pascua, el suelo de las capillas e iglesias de Sardoal se adornan con alfombras hechas sobre la base de pétalos de flores y vegetales naturales. Los motivos de los dibujos, que representan a la corte, son de rara belleza y devoción. Esta es una tradición única de participación popular que se cree que es único en el país y se remonta a tiempos muy antiguos. Se sabe que ya existía en el siglo XIX, cuando alcanzó momentos de gran esplendor. Desde Portugal la costumbre pudo extenderse a Brasil, que es actualmente el segundo país en la costumbre de alfombrar sus calles, tras Italia, aunque hoy en día ya no son realizadas con flores. Algunas fuentes brasileñas señalan a las islas Azores (que significa "islas de las flores") como el origen de la costumbre portuguesa, pero sin más justificación. Brasil se independizó en 1823 luego quizás se podría especular que ya existían en Portugal antes de esa fecha, aunque por desgracia casi no ha quedado prácticamente rastro documental hoy en día. 
Pedro de Melo Breyner

-   1821: El pintor Johann Antón Rambaux pinta una acuarela de 548x841 mm sobre el festival de alfombras de flores de GENZANO. Expuesto actualmente en el Graphische Sammlung Hessisches Landesmuseum de Darmstadt, localidad en las afueras de Francfort-Alemania.

-   1822: Massimo d'Azeglio describe el festival de la flor de GENZANO en el libro "Mis recuerdos"
-   1824: Un autor anónimo, casi con total seguridad oriundo de Genzano, escribe la "Historia del origen dell'Infiorata". El manuscrito, que se conserva en la "Biblioteca Nazionale Centrale" de Roma, es la evidencia más antigua y fiable de la historia de las Infioratas.
-   1826: El pintor Luigi Rossini pinta un grabado sobre el festival de flores de GENZANO.
-   1826: Primera infiorata de Corpus Christi en CANNARA, localidad de la Provincia de Perusa-Perugía (región de Umbría, perteneciente a los Estados Pontificios), a los pies de Asís (conocida por ser donde nacieron San Francisco, patrón de Italia, y Santa Clara). Desde entonces es la segunda fiesta más importante de esta localidad, después de la fiesta de la cebolla.
-   1827: Antonio Colarieti compone el poema "Viaje all'Infiorata Genzano."
- 1831: Primera alfombra de flores de Corpus Christi en SPELLO, localidad de la Provincia de Perusa-Perugia (región de Umbría, perteneciente a los Estados Pontificios). Los tapices floreales, que hoy en día alcanzan una totalidad de 1500 mts, se realizan utilizando flores naturales y frescas que ellos mismos recogen de los prados lindantes. En 1961 comienza la Fiesta de la Flor con patrones geométricos y una parte central figurativa con símbolos relacionados exclusivamente con el Corpus Christi.                      https://it.wikipedia.org/wiki/Infiorate_di_Spello
- 1834: El famoso escritor danés Hans Christian Andersen (autor del cuento “El Patito Feo”) visita la exhibición floral de GENZANO y la cita en su cuento “El Improvisador”.
- 1841: El afamado bailarían y coreógrafo danés Auguste Bourneville visita el festival de flores de GENZANO y en 1858? estrena con gran éxito en Copenhague el ballet “Festival de Flores en Genzano”.
- 1843: La Fiesta de la Flor de GENZANO se dedica al Papa Gregorio XVI, que visita Genzano.
- 1845: El festival de flores de GENZANO se interrumpe hasta 1864. También se interrumpió de 1909 a 1922, de 1932 a 1934 y de 1940 a 1945.

      En la Italia actual es tradición que Gerano es la infiorata más antigua, Genzano es la más importante y Genazzano es la más grande (aunque esta última, más tardía y que data de 1883, no se celebra con motivo del Corpus Christi). Las tres se encuentran en las afueras de la ciudad de Roma.






Con anterioridad a 1840 sólo he encontrado referencias de la existencia de dicha costumbre en varias localidades de los Estados Pontificios, en el Ducado de Varsovia (integrado luego en la actual Polonia) y quizás en el norte de Portugal (en una localidad en las afueras de Oporto). También se comentará más adelante una tradición en Nápoles (zona actual Erculano y Torre del Greco) - que es sostenida por estudiosos ya en pleno siglo XX, ninguno con anterioridad - que fija el origen esta costumbre en la época del rey español de Nápoles y Sicilia que ellos denominan Carlo di Borbone (que luego fue Carlos III rey de España) pero, según se argumentará, su origen parece más bien situarse en el siglo XIX y para la fiesta de San Ciro (patrono de la localidad de Portici, que junto con Resina forma la actual localidad de Erculano). Por último, ciertos estudiosos locales en Ponteareas (Galicia-España) quieren ver el origen allí de las alfombras de flores desde las primeras décadas del siglo XIX, pero sin que haya documentación que lo avale, situándose por tanto el origen formal de esta costumbre en la fecha en que está documentado (1857) y que en ese momento al menos esparcían flores al paso de la procesión del Corpus (en 1857 no está acreditado que fueran auténticas alfombras de flores artísticas). En Los Estados Pontificios, antes de 1840, ya existía en tres localidades en la región de Lacio (Gerano y Genzano, en la provincia de Roma, y Bolsena, en la provincia de Viterbo) y en otras dos en la región de Umbría (Spello y Cannara, ambas en la provincia de Perusa; Perugia en italiano).
    En el Ducado de Varsovia, como ya se explicó, se debió seguramente a movimientos de personas,originados por las guerras napoleónicas, que debieron traer la costumbre desde los Estados Pontificios a comienzos del siglo XIX, una vez que fueron expulsados los franceses. Estos querían precisamente prohibir el Corpus Christi, implantándose más tarde las alfombras de flores como una reafirmación de la celebración, tal y como afirman algunas fuentes locales al respecto de la costumbre en la localidad de Bolsena.
    Los Estados Pontificios fueron los territorios en la península itálica bajo la autoridad temporal del Papa, desde el año 751 hasta 1870 (unificación de Italia). En su máxima extensión, cubrieron las regiones italianas modernas de Lacio, Las Marcas, Umbría y Emilia-Romaña. Ahí parece estar por tanto el origen de la costumbre, en Los Estados Pontificios, aunque otros lugares pudieron servir de "puente" para posteriores divulgaciones a lo largo del siglo XIX, como se verá más adelante.

        
ANTECEDENTES HISTÓRICOS A LA EXPANSIÓN INTERNACIONAL DE LA COSTUMBRE DE LAS INFIORATA.
LA ILUSTRACIÓN, LAS GUERRAS NAPOLEÓNICAS Y LA RESTAURACIÓN. 
         


     El final del siglo XVIII fue un periodo de reformas políticas, económicas, intelectuales y culturales,. Tuvo lugar la Ilustración, pero también un temprano romanticismo, que llega a su máximo esplendor con la Revolución francesa. En el ideario de dicha revolución, la libertad del individuo y la nación se imponen contra el privilegio y las costumbres.
      En lo que se refiere a la celebración del Corpus Christi, con la Ilustración empezó a cambiar (había llegado a su máximo esplendor a finales del siglo XVIII, conservando hasta entonces la mayoría de las manifestaciones heredadas de la Edad Media), al ponerse en tela de juicio el valor didáctico-religioso de varios de sus actos y figuras. En Francia, por ejemplo, una de las primeras tarascas que desapareció fue la de San Lupo, al prohibirse su figura indecente en 1728. Las mismas ideas también se van difundiendo por España, siendo cada vez más los eclesiásticos que no estaban de acuerdo con estas manifestaciones propias (aunque no exclusivas) del Corpus. La mejor prueba la tenemos en que la Real Cédula de Carlos III, de 20 de febrero de 1777, en la cual el monarca ordena que en adelante quedaban prohibidos los Disciplinantes, Empalados y otros Espectáculos en las Procesiones de Semana Santa, Cruz de Mayo, Rogativas y otras; los bailes en las Iglesias, sus Atrios y Cementerios; .... Se discutió si se incluían o no las figuras, en particular la tarasca (figura de serpiente monstruosa), por lo que hubo que dictar otra real cédula en el mes de julio de 1780, en la que consta expresamente la prohibición de las danzas y gigantes en iglesias, procesiones y demás funciones eclesiásticas, ordenando cesen tales prácticas. La procesión del Corpus Christi fue perdiendo su antigua importancia, convirtiéndose en una de tantas. En la época de la Restauración, algunas de las viejas manifestaciones gremiales volvieron a resurgir, llegando hasta nuestros días, y se incorporaron otras nuevas más acordes a la nuevas sensibilidades. En este grupo entrarían las alfombras de flores.

Ya avanzada la Restauración tendrían lugar en respuesta las siguientes oleadas revolucionarias liberales: revoluciones de 1820 (con epicentro en España), 1830 (epicentros en Francia y Bélgica) y 1848 (que expulsa definitivamente la monarquía de Francia). Es en esta última época cuando se produce la expansión de las alfombras de flores fuera de los Estados Pontificios. Prueba de ello, como se verá, es que en Francia no se extenderá la costumbre, pues a partir de 1848 gobernarán la II y III República.




         El Romanticismo fue una reacción contra el espíritu racional y crítico de la Ilustración y del Clasicismo. Los románticos amaban la naturaleza frente a la civilización como símbolo de todo lo verdadero y genuino. Los años de 1820 a 1850 son los de mayor plenitud de la expresión romántica en la pintura. 
            En el terreno de la Botánica, el final del siglo XVIII y comienzos del XIX, fueron la época de las grandes expediciones al Nuevo Mundo y a territorios poco conocidos, incrementándose notablemente la cantidad de ejemplares en los herbarios europeos. La botánica de los territorios exóticos estaba de moda. Fruto de esta visión mundial y de los viajes del naturalista y geógrafo Alexander von Humboldt (1769-1859) es el nacimiento en 1805 de una nueva ciencia: la fitogeografía o geobotánica. 
           En Tenerife, el Jardín de Aclimatación o Jardín Botánico de La Orotava tuvo su origen en una orden de 1788 del rey Carlos III, por la cual los científicos recolectores en las colonias españolas del Nuevo Mundo debían de reunir plantas exóticas para este jardín y, después de un periodo de aclimatación, posteriormente trasladarlas a los jardines reales de Madrid y Aranjuez. Sin embargo, la construcción y desarrollo del Jardín fueron aprobados por su sucesor Carlos IV en enero de 1791, ante la muerte de Carlos III ese mismo año de 1788. El Jardín de Aclimatación de La Orotava era pues el segundo jardín botánico de España, tras el Real Jardín Botánico de Madrid (en su localización actual), que había sido fundado en 1781. Ambos fueron fruto de las actividades desarrolladas bajo el reinado de Carlos III, durante la llamada Ilustración o Siglo de las Luces. En las décadas siguientes El Jardín Botánico de La Orotava recibió muchos visitantes extranjeros, naturalistas e ilustres, como Ledru, Le Gros, Humboldt y Bonpland, Broussonet, Buch y Smith, Berthelot y Webb, etc,.....(pinchar en este enlace para ver más acerca de estos visitantes)

Jardín de Aclimatación de La Orotava.

(Pinchar aquí para ver enlace de historia del Jardín Botánico de La Orotava)
https://es.wikipedia.org/wiki/Jard%C3%ADn_de_Aclimataci%C3%B3n_de_La_Orotava

             Las alfombras de flores respondían a estas nuevas sensibilidades o tendencias culturales, que vendrían a dar un nuevo brillo a la procesión religiosa, con una manifestación artística tan actual en aquel entonces, políticamente correcta, a la vez ilustrada y romántica, como fueron y son los tapices florales, originarios de El Vaticano y que ya se venían haciendo desde mucho tiempo atrás en las calles de varias localidades de Los Estados Pontificios. Ya hemos citado, en el caso de Bolsena (dentro de Los Estados Pontificios), cómo se implantó la tradición de las alfombras de flores en 1815 como una reafirmación de la celebración del Corpus Christi, que los franceses habían intentado prohibir cuando dominaban la zona.


En esta época muchas de las iniciativas eran llevabas a cabo por particulares, puesto que obviamente las administraciones públicas o El Estado no estaban tan organizados y con tantos recursos como los conocemos hoy en día. 

El siglo XIX, marcado por la crisis del Antiguo Régimen y el triple proceso revolucionario de la revolución liberal, la revolución industrial y la revolución burguesa, la reacción a dichas revoluciones fue La Restauración, que intentó restablecer en la medida de lo posible la situación anterior, potenciando de nuevo las costumbres conservadoras y en especial las religiosas. Ello supuso un gran esfuerzo de las monarquías europeas para defender sus tronos, legitimando la tradición y la alianza entre Trono y Altar, en contraposición a los principios revolucionarios, que ponían en la voluntad general el origen de la soberanía (soberanía nacional contra el derecho divino de los reyes).
Hasta el comienzo de las guerras napoleónicas europeas de comienzos del siglo XIX (1803), la costumbre de las alfombras de flores no parece haber salido de las fronteras de los Estados Pontificios. Estas guerras, y más bien sus consecuencias, pudieron ser el revulsivo que propiciara indirectamente que lo hiciera. El espíritu revolucionario que se extendió por Italia, y que supuso unos cambios y movimientos de personas y de ejércitos de otros países católicos -que acudieron a defender a los Estados Pontificios- y, por otro lado, la Restauración, fueron algunas consecuencias de las guerras napoleónicas. La Restauración se caracterizó por una aguda reacción conservadora y el restablecimiento de la Iglesia católica como poder político en Francia y en otros países que habían sido enemigos de Napoleón (Austria, Prusia, España, Nápoles,...), que se propusieron  cooperar para contrarrestar las ideas liberales revolucionarias.

          La invasión napoleónica de Italia en 1797 no se detuvo ante las puertas de Roma: un año después las tropas francesas entraban en la ciudad. Unidos a los franceses, los revolucionarios italianos exigieron del Papa la renuncia a su soberanía temporal. El 7 de marzo de 1798 se declaró la República Romana y el Papa fue apresado y deportado a Francia. Napoleón Bonaparte quiso regularizar más tarde las relaciones con la Iglesia, lo que quedó plasmado en el Concordato que Francia y la Santa Sede firmaron en 1801. El Papa –lo era entonces Pío VII– regresó a Roma, de donde retornó a París para coronar emperador a Napoleón en 1804. Pero pronto el Papa supuso un estorbo en los planes del emperador, quien en 1809 se adueñó de los Estados Pontificios, los incorporó al Imperio francés y retuvo a Pío VII como prisionero en Savona. Tras las derrotas de Napoleón, el Papa pudo retomar sus posesiones en 1814. Y en el Congreso de Viena de 1815, se reconoció la pervivencia de los Estados Pontificios dentro del nuevo orden europeo, aunque con una ligera merma territorial que fue a parar a poder del Imperio austríaco.

En 1810, el Primer Imperio francés alcanzó su máxima extensión. Además del Imperio francés, Napoleón controlaba o eran sus aliados:
- La Confederación Helvética
- La Confederación del Rin (donde estaba incluido, entre muchos otros, el Ducado de Baden, que luego citaremos)
- El Gran Ducado de Varsovia
- El Reino de Italia (En 1805 Napoleón transforma su República Italiana en Reino de Italia, que incluía territorios en la península italiana junto con Istria, la Dalmacia veneciana y Ragusa, autoproclamándose rey y nombrando virrey a su hijastro, Eugène de Beauharnais. Este reino fue disuelto tras la abdicación de Napoleón en 1814). 
- El Reino de España (donde todavía gobernaba José Bonaparte. España retornó luego a ser gobernada por los Borbón)
- El Reino de Westfalia (fue un Estado monárquico de 1807 a 1813, con capital en Kassel, en el actual territorio de Alemania. Aunque formalmente era un estado independiente, en realidad era vasallo de Francia. Su nombre procedía de la región de Westfalia, pues abarcaba territorio de esa zona. Su primer y único monarca fue Jerónimo Bonaparte, hermano de Napoleón Bonaparte).
- El Reino de Nápoles (gobernado por Joachim Murat, hermano adoptivo de Napoleón. El Reino de Nápoles pasaría luego en 1816 a ser el Reino de las Dos Sicilias, que además incorporaba a Sicilia, retornando a manos de los Borbón-Dos Sicilias)
- El Principado de Lucca y Piombino (Félix Bacciocchi, hermano adoptivo. Este principado pasaría en 1815 a ser el Ducado de Lucca, pasando a ser gobernado por los Borbón-Parma)
-  Y también controlaba a sus antiguos enemigos Prusia y Austria:
     - Prusia (parte de la actual Alemania). Tras la derrota de Napoleón en Rusia en 1813, Prusia se desvinculó de la alianza con Napoleón y pasó a luchar contra la ocupación francesa. (ver http://remilitari.com/cronolog/napoleon/bautzen.htm). Las tropas prusianas contribuyeron de forma crucial en la Batalla de Waterloo de 1815 a la victoria final sobre Napoleón. 
   - Austria.- En 1806, a causa de las guerras napoleónicas, se había disuelto el Sacro Imperio Romano. Posteriormente, la victoria en 1815 frente a Napoleón, reforzó a los Habsburgo, que se convirtieron en los garantes de la Restauración (1815-1848).
        
Tras la caída de Napoleón, el espíritu revolucionario francés continuó extendiéndose por Italia. Los aires revolucionarios que soplaban con fuerza por toda Italia derivaron en corrientes impulsoras de la unidad nacional, que finalmente conseguirían la unificación en 1870. E1831, el mismo año en que era nombrado Papa Gregorio XVI, en cuestión de semanas, todos los Estados Pontificios ardían en la hoguera revolucionaria y se proclamaba un Gobierno provisional. Gregorio XVI no contaba con efectivos militares suficientes para contener un movimiento de aquellas proporciones, por lo que pidió ayuda extranjera que, en esta ocasión, le vino de Austria. En febrero de 1831, las tropas austriacas entraban en Bolonia forzando la salida del «Gobierno provisional», que se refugió en Ancona. Tras dos meses la rebelión quedó de momento sofocada. Con verdadera urgencia se dieron cita en Roma los representantes de Austria, RusiaInglaterra, Francia y Prusia, las cinco grandes potencias del momento, para analizar la situación y elaborar un dictamen sobre las reformas que a su juicio era necesario introducir en la administración de los Estados Pontificios.

Las Guerras Napoleónicas tuvieron grandes repercusiones sobre el continente europeo. Algunas de ellas fueron:
  1. En muchos países de Europa, la importación de los idealismos de la Revolución francesa (ideales de democracia, procesos más justos en los tribunales, abolición de los derechos privilegiados, etc.) dejaron un profundo impacto. A pesar de que las reglas de Napoleón eran autoritarias y no cumplían realmente con los ideales para todos que enarbolaba la revolución, para la mayor parte de la población, que no ostentaba privilegios, resultaban menos arbitrarias y autoritarias que las de los monarcas anteriores. Los monarcas europeos encontraron serias dificultades para reponer el absolutismo prerevolucionario, y se vieron forzados en muchos casos a mantener algunas de las reformas inducidas por la ocupación. El legado institucional ha permanecido hasta hoy. Muchos países europeos tienen un sistema de leyes civiles, con un código legal claramente influido por el código napoleónico.
  2. Se desató un nuevo y potencialmente poderoso movimiento: el nacionalismo.
  3. La guerra en la península ibérica dejó completamente destrozada a España, así como a su armada y ejército. Esta situación fue aprovechada por los grupos independentistas de sus colonias americanas para sublevarse contra la metrópoli, influidos por los ideales de las revoluciones americana y francesa. Para 1825, toda la antigua América española, con la excepción de Cuba y Puerto Rico, se había convertido en repúblicas independientes o había pasado a formar parte de Estados Unidos (Florida, Luisiana) o Gran Bretaña (Isla Trinidad).
  4. Sobre todo, se forjó un nuevo concepto mundial de Europa. Bonaparte mencionó en muchas ocasiones su intención de moldear un estado europeo único y, a pesar de su fracaso, este internacionalismo volvería a surgir al transcurrir 150 años, cuando se redescubrió la identidad europea después de la Segunda Guerra Mundial.
      Tras la expulsión de Napoleón Bonaparte en 1814, los aliados restauraron a la Casa de Borbón en el trono francés. El periodo que sobrevino, como se ha indicado, se denominó de La Restauración. Pero los gobiernos franceses de Luis XVIII (entre 1814 y 1824) y Carlos X (entre 1824 y 1830) debieron aceptar algunas realidades surgidas con la Revolución francesa, como la monarquía constitucional, el parlamentarismo, la redistribución de la tierra realizada durante las convulsiones de fin del siglo XVIII y la desaparición de los antiguos gremios artesanales.

       La Europa de la Restauración es una denominación historiográfica para el periodo de la historia política de Europa que va desde la derrota del Imperio Napoleónico (1814 y 1815) a la Revolución de 1848, caracterizado, en la Europa continental, por la preponderancia de las potencias de la Santa Alianza (Imperio de Austria, Reino de Prusia e Imperio ruso) y el denominado sistema Metternich de relaciones internacionales (concierto europeo o Europa de los Congresos: Congreso de Viena -1814-15-, Congreso de Aquisgrán -1818-, Congreso de Troppau -1820-, Congreso de Liubliana -o Laibach, 1821-,Congreso de Verona -1822-); mientras que el Reino Unido se convertía en la potencia dominante en el mundo económico y en las rutas oceánicas, gracias a su ventaja decisiva en la revolución industrial y el dominio de los mares.

        La Revolución francesa y las Guerras Napoleónicas habían esparcido, entre 1789 y 1815, el liberalismo político, el nacionalismo e incluso los inicios del socialismo por prácticamente toda Europa. Los monarcas europeos (Juan VI de Portugal, Fernando VII de España, Fernando I de las Dos Sicilias, Fernando I de Austria, Federico Guillermo IV de Prusia, Carlos X de Francia, etc.) percibieron estos movimientos como una amenaza a sus tronos. En respuesta, intentaron asentar su legitimidad monárquica en la defensa del Antiguo Régimen.

A partir de 1845, Francia comenzó a sufrir una crisis económica: cerraron fábricas, aumentaron los desempleados y el hambre se generalizó. En París la crisis industrial estuvo acompañada además por una consecuencia particular: los fabricantes y comerciantes al por mayor que, en las circunstancias que entonces se estaban dando, no podían exportar sus productos, abrieron grandes establecimientos cuya competencia arruinó a los pequeños comerciantes, por lo que estos se involucraron en la revolución. La pequeña burguesía y los estudiantes se unieron a las protestas de los obreros, de manera que cuando el gobierno intentó utilizar a la policía y a las fuerzas armadas, estas se negaron, obligando al rey Luis Felipe de Orleans a abdicar. De esta manera, se creó un Gobierno provisional, que daría paso a la Segunda República francesa y se acabó en ese momento la monarquía en Francia. El resto de los países europeos tomaron nota.
La revolución de 1848 fue la tercera oleada del más amplio ciclo revolucionario de la primera mitad del siglo XIX, que se había iniciado con las denominadas «revolución de 1820» y «revolución de 1830». Iniciadas en Francia se difundieron en rápida expansión por prácticamente toda Europa central y por Italia. Fue determinante para ello el nivel de desarrollo que habían adquirido las comunicaciones (telégrafo, ferrocarril) en el contexto de la Revolución Industrial.

        Las revoluciones de 1848 (la Primavera de los Pueblos o el Año de las Revoluciones en Francia, Alemania, imperio austriaco, estados italianos, imperio ruso, España,...) supusieron una nueva oleada revolucionaria (la tercera) que acabó con la Europa de la Restauración (o sea, el predominio del absolutismo en el continente europeo desde el Congreso de Viena de 1814-1815). 

    Su trascendencia histórica fue decisiva, aunque casi todas ellas fueron reprimidas o reconducidas a situaciones políticas de tipo conservador (salvo en Francia, que comenzó la Segunda República de 1848-52, luego el Segundo Imperio 1852-1870 y finalmente la Tercera República hoy en día vigente). En Francia no existe la costumbre de las alfombras de flores (salvo algunas contadas excepciones de origen reciente), puesto que las Repúblicas y el Segundo Imperio las impidieron.

    En España habían tenido lugar las guerras de independencia de Hispanoamérica (de 1808 a 1824), la guerra de la Independencia con la Francia de Napoleón (1809-1814), las revoluciones liberales de 1820, 1830 y las guerras carlistas (la primera y más importante de 1833 a 1840).

      Tras salida de los franceses en 1813, se restauró la monarquía borbónica en la figura del rey Fernando VII (1813-1833). Luego reinaría Isabel II, hija suya y por tanto también Borbón, de 1833 a 1868.

     De 1835 a 1843 la Santa Sede rompió relaciones con España, en desacuerdo con todo lo que estaba pasando, que se reanudaron con la caída de Espartero y con el comienzo del reinado efectivo de Isabel II en 1843. Se inauguró la llamada Década moderada (1844-1854) y se redactó una nueva constitución en 1845 (obra del partido de los moderados), que regresó al modelo de soberanía compartida entre el Rey y las Cortes y reforzó los poderes de la Corona, así como se estableció una aproximación a la Iglesia católica. El artículo 11 declara que la católica es la religión de la nación y que el Estado está obligado a sufragar el mantenimiento del culto. A lo largo del reinado de Isabel II (1833-1868) se produjo la configuración del Estado liberal en España, pero a partir de su mayoría de edad y reinado efectivo se produce el cese del enfrentamiento con la Santa Sede mediante la firma de un Concordato en 1851 con el papa Pío IX (con Bravo Murillo de ministro), que venía a establecer una política de protección de los bienes de la Iglesia católica que quedaban y se frenó la venta de los que todavía estaban en poder del Estado, obteniendo la Iglesia compensaciones económicas.

    Es de la línea española (Borbón-Anjou) desde donde se desprenden las líneas de los Borbón gobernantes del Reino de las Dos Sicilias (Borbón-Dos Sicilias) - que incluía Nápoles -, del Ducado de Parma (Borbón-Parma), del Ducado de Lucca (Borbón-Parma) y del Gran Ducado de Luxemburgo (Borbón-Nassau). 

       Esta coincidencia de distintas ramas de los Borbón reinando en Francia (hasta 1848), España, Dos Sicilias, Ducado de Parma, Ducado de Lucca, etc,... aumentaba las relaciones entre estos países católicos y también con el de los Estados Pontificios, sede central de la Iglesia Católica, que se vería reforzada en la citada Restauración. Luego veremos que algunos de los primeros sitios en implantar la costumbre de las alfombras de flores fuera de los Estados Pontificios siguen esta lógica y se enmarcan dentro de un renovado esfuerzo por hacer resurgir ciertos ritos religiosos o costumbres conservadoras, que habían decaído como consecuencia de los citados cambios revolucionarios y liberales en toda Europa, y por el afán de los franceses en prohibirlas durante las invasiones napoleónicas.







Es muy significativa la ausencia de la costumbre en Francia, salvo algunas pocas excepciones en Alsacia (frontera con Alemania, con quien alternó varias veces la posesión de ese territorio) y en otros poquísmos lugares (seguramente implantada la costumbre ya en el siglo XX). Ello se puede deber a la revolución de 1848, que eliminó definitivamente la monarquía de los Borbones y dio paso primero a la II República, en 1852 al II Imperio (de Napoléon III) y en 1870 a la III República que es la vigente actualmente. Sin monarquía ni clase nobiliaria tradicional no tuvo lugar ese último intento de la Restauración, que ya se extinguía en los últimos años de la década de los 40, pocos años antes de las revoluciones de 1848, de intentar hacer resurgir los ritos religiosos: no hubo trono/altar frente a república/revolución.




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             Volviendo de nuevo a la tradición de las alfombras de flores en La Orotava, aunque es lo que afirma la tradición, no está totalmente claro que fuera tomada de la fiesta de flores de Torre del Greco (Nápoles, reino de Dos Sicilias), dado que el Corpus Christi se celebraba en Torre del Greco  con otra tradición diferente: El Festival de los Cuatro Altares. De haber existido en esos años alfombras de flores en las calles de Torre del Greco (o en la limítrofe actual Erculano, como se explicará más adelante), la costumbre podría haber sido recientemente traída desde los Estados Pontificios.

      Los únicos lugares que he localizado con una antigüedad (suficientemente documentada) anterior a 1803 de la costumbre de las alfombras de flores son las localidades de Genzano di Roma (la más conocida) y Gerano (la más antigua). ambas en la provincia de Roma-Región de Lacio- Estados Pontificios. En Gerano hemos indicado que no se celebraba ni se celebra con motivo del Corpus Christi, sino en el domingo siguiente a la fiesta de San Marcos (que es el 25 de abril).


         Entre 1803 y 1831 se extiende dentro de Los Estados Pontificios a Bolsena (1815. Provincia de Viterbo, región de Lacio), a Cannara y a Spello (1826 y 1831 respectivamente. Ambas en la provincia de Perusa, región de Umbría). Asimismo a Spycimierz - Ducado de Varsovia, en la actual Polonia (1814-1815). Y estoy intentando averiguar si también a Torre del Greco o Erculano (antiguamente denominada Resina-Portici), en el Reino de Dos Sicilias (Nápoles)Seguramente también en Vila do Conde y otros lugares de Portugal, aunque por el momento no he encontrado documentación suficiente que lo respalde. Pero de Portugal pudo pasar a Brasil cuando esta aun era colonia. Y Brasil se independizó en 1823, luego es probable que la costumbre se implantara en Vila do Conde u otros lugares en Portugal desde 1820.


Entre 1831 y 1847 la costumbre se continuó difundiendo fuera de las fronteras de Los Estados Pontificios (especialmente en los últimos años, de 1840 a 1847) - no siendo seguramente éstos que se van a citar los únicos lugares en donde se implantó - por las localidades de de Hüfingen - Ducado de Baden - Prusia, en la actual Alemania (1842), de Camaiore-Ducado de Lucca (1844) y de La Orotava-Tenerife-España (entre 1844 y 1847. El primer lugar en España)
Lugares en que actualmente hay infioratas en Italia

    Debió de implantarse en más sitios, pero en ellos la tradición pudo interrumpirse posteriormente y hoy en día no quedaría ni el recuerdo. Es obvio que sólo podía implantarse en lugares con gran abundancia de flores silvestres (cerca de lagos, ríos o en zonas con gran riqueza hidrológica), puesto que las grandes cantidades demandadas para las efímeras alfombras de flores no podrían ser únicamente suministradas desde jardines particulares y, en esa época, aún no existían ni la floricultura industrial ni por supuesto los viveros comerciales de flores.




       Camaiore pertenecía al Ducado de Lucca (más al norte que los Estados Pontificios, en la actual Toscana italiana), que implantó la tradición casi en los mismos años que La Orotava, pero que pudo tomarla de una de dichas localidades de los Estados Pontificios (probablemente Genzano, pues era con diferencia la más conocida e importante).






    La tradición del supuesto origen de las alfombras de flores apunta, tanto en La Orotava como en Hüfingen,  a las localidades de Torre del Greco y Resina-Portici (actual Herculano o Ercolano en italiano, como se indicó), limítrofes entre sí y muy cercanas a la ciudad de Nápoles, ambas a los pies del volcán Vesubio. Aunque, por otro lado, los protagonistas en traerlas a La Orotava (supuestamente fue Agustín del Castillo Betancourt, que yo personalmente considero muy factible) y a Hüfingen (Franz Xavier Reich), ambos con biografías bien conocidas, pudieron perfectamente tomarla de Genzano, pues ambos visitaron o vivieron un tiempo en Roma (Franz Xavier Reich incluso estuvo en dicha ciudad de Roma dos años estudiando con una beca, como se explicará más adelante).




         





    No hay que olvidar que Italia se unificó con posterioridad y que, en aquel entonces, tanto las provincias de Roma y Viterbo (ambas en la región de Lacio) como la de Perusa (en la región de Umbría) pertenecían a los Estados Pontificios, mientras que Nápoles pertenecía al reino de Dos Sicilias, en el sur de la actual Italia. Eran dos Estados diferentes, sin siquiera el idioma común actual. La clase alta aristocrática, diplomática y militar europea se relacionaba entre sí y frecuentaba tanto Roma (todavía parte de Los Estados Pontificios) como estos puertos costeros de Camaiore o Torre del Greco, que servían de lugares de escala para los desplazamientos en barco.

 

    En Resina (actual Herculano es español y Ercolano en italiano) se encontraba el que se considera el primer parque temático del mundo (Parque Villa Favorita), construido por Leopoldo de Borbón en 1823. Un verdadero "parque de diversión" abierto al público durante los meses de verano y en días festivos, muy exclusivo y para uso de las altas clases aristócratas, diplomáticas y militares de los citados países europeos. Fue todo abandonado tras la salida de los Borbones y tras la unificación de Italia. 


Parque Villa Favorita
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           En Portici, según algunos estudiosos locales, las alfombras de flores se realizan desde tiempos antiguos (antes incluso que la construcción de Villa Favorita en 1823), aunque por el momento no he encontrado que lo tengan documentado con referencias antiguas que lo avalen.  Estos estudiosos afirman que las alfombras de flores se hacían desde tiempo inmemorial en Portici para las fiestas de San Ciro, en el tercero y luego desde 1985 en el primer domingo de mayo. En la procesión del santo patrón San Ciro se hacían antiguamente con el único uso de productos de plantas frescas: pétalos y hojas.

PALACIO REAL DE PORTICI. 









  Sostienen que la costumbre de las alfombras de flores de Portici, transmitida de generación en generación, es intensa hasta los años cincuenta del siglo XX. Desde entonces, progresivamente, el número de composiciones disminuye cada vez más, tanto que a finales de los años sesenta se pierde casi irremediablemente. Las causas hay que buscarlas en la urbanización desproporcionada que en los años cincuenta y sesenta trasformó Portici. A mediados de los años ochenta parece que la tradición vuelve a la vida, con algún otro intento, pero desafortunadamente la iniciativa no continuó. De vez en cuando, notamos algún otro trabajo repentino como esporádico y en lugares distintos a los tradicionales. La fatiga y las dificultades doblegan el entusiasmo de estos artistas ocasionales y dispuestos, por lo que en el año siguiente no renuevan la experiencia. En esta nueva etapa moderna se utilizan materiales de colores mezclados: astillas de madera, hojarasca, aserrín, posos de café, desechos, sal e incluso mechones de cabello. En el año 1997 hay un nuevo signo de recuperación de la tradición. El aumento en las ejecuciones esta vez no se debe a la iniciativa de ciudadanos individuales, sino a la Administración Municipal que, sensible a la recuperación de la tradición, está promoviendo la realización de tres alfombras.

Pinchar aquí para ver primera parte de un artículo sobre la costumbre en Portici
Segunda parte de un artículo relacionado con la costumbre en Portici
Tercera y última parte del artículo sobre la costumbre en Portici

          


Según el historiador local de Portici Stanislao Scognamiglio, en su libro "Il tappeto di fiori a Portici" (1999. Quaderni Porticesi), "la alfombra de flores es una tradición auténtica y antigua de Portici. La costumbre nació como resultado de la iniciativa extemporánea de la jardineros reales de Carlos de Borbón y continuó luego en el tiempo en forma de alta artesanía de los jardineros de Portici".

PINCHAR AQUÍ PARA VER EN ITALIANO "IL TAPPETO DI FIORI A PORTICI" DE SCOGNAMIGLIO

PINCHAR AQUÍ PARA VER LA TRADUCCIÓN DE "IL TAPPETO DI FIORI A PORTICI"


 Actualmente se realizan sólo una vez al año: cuando sale en procesión San Ciro, santo patrono de Portici. Pero Stanislao Scognamiglio reconoce que en las primeras publicaciones sobre la historia de Portici, y también en las más recientes, se ha escrito de todo, pero el tema de la alfombra de flores nunca fue tratado. Cuando primero se hace, según él, es en "Metamorfosis de un territorio", de "Quaderni Porticesi"- Autor G. Simone. en 1998, pags 55-56, donde se indica que: "el 29 de agosto de 1875 en la explanada del sur del Bosco y en los edificios laterales se inaugura la primera exposición del Concurso Regional de Agricultura en presencia del príncipe hereditario Umberto I. En la explanada sur del bosque de Borbón, los jardineros realizaron una alfombra artística de flores. La exposición destaca la habilidad de los jardineros de Portici: flores en racimos. en cestas, en una mesa y, además, una alfombra de flores es una antigua tradición de Portici que se originó en el homenaje que los jardineros borbones solían hacerle al rey Carlos en ocasiones especiales cuando acompañaban a las personalidades extranjeras de rango que cruzaban el bosque para llegar (al puerto) de Granatello. Los jardineros esparcían en algunas secciones de las coloridas avenidas pelambres de flores mixtas con varias hojas. La tradición ha sido mantenida viva hasta los años 1960-70 por los jardineros de Portici pero ya no en homenaje a un gobernante sino en honor de un santo, San Ciro, con motivo de la procesión anual".

Según Stanislao, "en el período comprendido entre 1763 y 1764, una terrible hambruna, acompañada de un mortal pestilencia, amenaza la salud de los ciudadanos de Portici y, naturalmente, el pensamiento corre a San Ciro, el monje alejandrino, doctor, ermitaño y mártir, cuyo culto ya está extendido en la ciudad. El Santo no permite que se ore mucho y hace el milagro liberando los habitantes de Portici de los dos males. El párroco Don Giuseppe Moscatelli, interpretando bien la voluntad popular, se convierte en promotor de una petición de los castellanos, para solicitar la elevación de la imagen del santo a santo patrono de Portici y, de hecho, en julio de 1776 con el decreto del Papa Pío VI, San Ciro es nombrada deidad tutelar de la ciudad. El culto del santo fue presentado a Portici en la primera mitad del siglo XVII por los padres jesuitas y luego difundidos, en la segunda mitad del siglo XVII, por el predicador de Apulia San Francisco De Geronimo. Se establece la fiesta onomástica el 13 de diciembre de cada año y se indica para el ritual procesional el tercer domingo de mayo, haciendo coincidir el peregrinación con la comunión general mensual. La procesión recorre todas las calles de la ciudad con la estatua del santo colocada en una plataforma dorada, ricamente decorada con frisos y flores. En los últimos tiempos, por razones canónicas, la festividad se anticipó al primer domingo de mayo. A lo largo de la ruta de la procesión se usa para decorar las salas de los palacios con flores y plantas, y mostrar un paño, un mantel blanco finamente bordado de los balcones y ventanas a mano, o una cubierta de seda de color. Es un ritual para tirar flores o pequeños pétalos trozos de papel de diversos colores al paso del Simulacro. Algunas familias mejor organizadas preparan en el nivel de la calle, cerca de sus casas, una alfombra floral y, cuando la estatua se encuentra frente a la casa, los portadores se vuelven en esa dirección para permitir que los castellanos "conversen" directamente con el santo. La escena termina con un homenaje al párroco y con el ritual ofrecido en dinero depositado en la caja de madera colocada frente a la plataforma".

El príncipe hereditario Umberto I (1844-1900) al que se refieren fue hijo del rey de Italia Victor Manuel II (1820-1878) y fue rey de Italia entre 1878 y 1900 (tras la reunificación de Italia).

       Por otro lado, el rey Carlos de Borbón que se cita no puede ser otro que el que luego fue Carlos III de España (nacido en 1716 - fallecido en 1788). Este rey partió de viaje hacia Italia, como príncipe heredero (duque de Parma y Plasencia) de los ducados farnesianos y del Gran Ducado de Toscana (1731-1734). Tras la reconquista de los reinos de Nápoles y Sicilia pasa a ser el rey Carlos VII de Nápoles y Carlos V de Sicilia (su reinado allí duró de 1734 a 1759). Carlo di Borbone (como se le conoce en Italia) contrajo matrimonio en 1738 en Sajonia con María Amalia de Sajonia, princesa polaca, que nace el 24 de noviembre de 1724 en Alemania, en el Castillo de Dresde, con el nombre de María Amalia Cristina Francisca Javiera Flora Walburga de Sajonia. Era María Amalia hija de Augusto III de Polonia (1696-1763) y de María Josefa de Austria (1699-1757), a su vez hija de José I del Sacro Imperio Romano Germánico (1678-1711). La princesa María Amalia vino al mundo en una de las dinastías más antiguas del continente europeo, la llamada Casa de Wettin, siendo su padre Soberano de Sajonia y Rey de Polonia. La joven Princesa creció entre dos cortes: la de Dresde y la de Varsovia.

               "Carlo di Borbone" intentó dotar a la capital, Nápoles, del aspecto que debía tener una Corte. Hizo hincapié en mejorar las edificaciones públicas, como el Hospicio, y trató de adaptar el palacio virreinal de acuerdo con la moda que imperaba desde la construcción de Versalles. También hizo construir complejos palaciegos en otros lugares del reino, como el Palacio Real de Caserta (aunque nunca vio este proyecto finalizado), uno de los mayores palacios reales del mundo. Otra de sus aportaciones fue el Teatro de San Carlos, para las representaciones de ópera.

Destaca el hecho de haber sido quien ordenó comenzar la excavación sistemática de las poblaciones sepultadas por la erupción del Vesubio del año 79: Pompeya, Herculano, Oplontis y las Villas Stabianas. No solo eso, sino que en 1752, al ordenar construir una carretera hacia el sur (precursora de la actual Statale 18), salieron a la luz los restos de la ciudad de Paestum, que llevaban años cubiertos por la maleza (parte del anfiteatro yace precisamente bajo dicha carretera). Fue un hallazgo especialmente importante, porque allí se hallaban tres templos griegos en muy buen estado de conservación. .

 La muerte sin descendencia de su medio hermano Fernando VI de España, hizo recaer en Carlos la Corona de España, que pasó a ocupar en 1759, dejando con gran tristeza, tanto de los reyes como del pueblo, la corona del Reino de Nápoles y Sicilia a su tercer hijo, Fernando.

Ya en Madrid, este monarca ilustrado ordenó urbanísticamente la ciudad para convertir zonas agrestes como el paseo del Prado en el enclave más culto, refinado e imponente de la Villa y Corte. De Cibeles a Atocha, la traza del paseo del Prado, fue diseñada por Juan Hermosilla en 1775 con sus dos largos brazos longitudinales y el bulevar central. En el extremo norte se colocó la emblemática fuente de la Cibeles; en el extremo contrario, Atocha, se instaló la fuente de la Alcachofa, aunque el original de ésta se encuentra actualmente en el parque del Retiro. A lo largo del recorrido otras fuentes jalonan el paseo: las de Apolo y Neptuno, y en la plaza de Murillo –entre el Museo del Prado y el Jardín Botánico–, el grupo llamado de las Cuatro Fuentes. Todas fueron diseñadas por Ventura Rodríguez entre 1777 y 1782, año este último en el que concluyó la urbanización del paseo del Prado. A estos trabajos se sumaron la creación del Jardín Botánico y la construcción del Museo del Prado. El monarca permitió la creación de las Juntas de Damas, al nivel de las Sociedades de Amigos del País masculinas. En estas instituciones las mujeres encontraron un espacio para aprender en escuelas especializadas de formación profesional como la Escuela de Bordados y la Escuela de Flores Artificiales (abierta en 1796 y también llamada Escuela de la Reina). Pero de temas de alfombras de flores en España en esa época, nada de nada. Aunque conviene añadir en este momento que la costumbre de las alfombras de flores se daba sólo en los lugares donde había en sus alrededores grandes extensiones silvestres de flores, con gran disponibilidad de agua y otros factores favorables.

                 Quedaría pendiente de investigar si la verdadera precursora de la costumbre de las alfombras de flores en Nápoles, de realmente haber existido ya desde dicha época en ese lugar, pudiera haber sido su mujer la polaca María Amalia de Sajonia (la Reina consorte de Nápoles y luego de España), con grandes inquietudes intelectuales, especialmente aquellas referidas al mundo artístico, la cual murió en septiembre de 1760, menos de dos años después de su llegada a España, a causa de una tuberculosis. Ello explicaría que una vez trasladados a España no se implantara la costumbre de las alfombras de flores también allí. María Amalia de Sajonia, en su estancia en Nápoles, se propuso convertir a la ciudad de Nápoles en una urbe a la altura de cualquier gran ciudad europea. Para ello se afanó en la construcción de importantes edificios de la ciudad transalpina, como el Palacio de Caserta, el Palacio de Portici, el Palacio de Capodimonte o el Teatro de San Carlos. Compartía con Carlos la pasión por la caza y solía acompañar a su marido a las monterías, algo nada habitual para la época. Tampoco era corriente que la esposa del Rey ocupara en ausencia de éste su lugar en el consejo de estado. María Amalia tomaría no pocas importantes decisiones de carácter político. Aunque los muchos embarazos y la muerte de muchos de sus hijos en sus primeros años de vida hicieron mella en la Princesa que dejó de ser la encantadora joven que había llegado años atrás a la corte napolitana para convertirse progresivamente en una mujer taciturna e irascible. Los rumores incluso apuntaban a que descargaba físicamente su ira con sus damas de honor. Sin embargo, su marido Carlos nunca dejó de estar enamorado de su esposa, achacando su voluble y difícil carácter al sufrimiento por la pérdida de sus queridos hijos. Al llegar a España, tras sufrir un grave accidente de equitación poco antes y pese al gran recibimiento de los españoles, se encuentra muy deprimida y aquejada de ataques de histeria, y no consigue adaptarse a su nuevo país. La soberana, que no hablaba español, se muestra desubicada, incómoda con el clima y la comida españoles, y aislada en una corte que le resultaba ajena. Pese a ello, y al brevísimo periodo en el que fue Reina de España, fue responsable de la creación de la Real Fábrica del Buen Retiro, dedicada a la producción de porcelana de la mejor calidad, y se propuso reformar la educación de los españoles y mejorar las infraestructuras sanitarias del país. Sin embargo, todos los planes de la Reina se truncan por su endeble salud. El 27 de septiembre de 1760, baldada por el accidente de caballo y víctima de una tuberculosis, la reina María Amalia muere en el Palacio del Buen Retiro a los treinta y cinco años de edad.

         Por lo tanto, esta teoría afirma que la costumbre de las alfombras de flores en Portici se originaría en ese período de 1734-1759 en que Carlo di Borbone permaneció en el Palacio de Portici. Y llama castellanos (o sea, españoles) a los primeros ejecutores de las alfombras de flores en las calles de Portici en honor a San Ciro, un poco más tarde. En el palacio la implantación de la costumbre habría sio antes incluso que en Genzano y más o menos que coetánea con el origen de la costumbre en Gerano, oficialmente la más antigua de Italia y del mundo. Por el momento no he localizado en esos escritos ninguna referencia a documentos antiguos que avalen estas afirmaciones realizadas a finales del siglo XX por los citados estudiosos G. Simone y Stanislao Scognamiglio, y que sustenten la existencia de la costumbre ya en el siglo XVIII. Sería más natural y menos sorprendente que surgiera en el siglo XIX, tras las guerras napoleónicas, sobre todo en la segunda mitad.

          Otro autor, RAYMOND. R., en su libro "Hombres y Hechos de la antigua Torre del Greco. Torre del Greco, 1985". En el cap. 4 pag. 518 escribe: "En las calles, donde debe pasar una procesión, los ricos propietarios de Portici, de Resina o de Torre a veces dibujan con tiza, en la acera frente a su casa, una alfombra de guirnaldas de flores y frutas. En una hora, cincuenta metros cuadrados están cubiertos de arena y pétalos enteros, cuyo efecto no es menos agradable; pero el menor soplo de viento es suficiente para eliminar estas alfombras dispersando en el aire una nubes de flores".

Según otras fuentes, tanto en la localidad de Torre del Greco como en la ciudad de Nápoles, el Corpus Christi se celebraba en el siglo XIX con el ritual de las “Cuarenta Horas”. En Torre del Greco evolucionó entre 1810 a 1814 a un particular “Festival de los Cuatro Altares” o “La Octava”, en el octavo día  de la celebración del Corpus Christi. Durante las festividades de Torre de El Greco, en cuatro lugares específicos del corazón de la ciudad, se disponían gigantescos paneles pintados con representaciones de imágenes sagradas, adornados además con arreglos florales llamados "altares". En estas fuentes se sugiere que se realizaban pequeñas alfombras de flores pero en el interior de los templos, no en las calles (y así se indica también en la Tabla 3 que aparece en el citado libro "Il tappeto di fiori a Portici" de S.Scognamiglio). Las cuatro posiciones quedaban expuestas durante tres días y, a la media noche del tercer día, los mejores fogoneros llevaban a cabo desde la torre los tradicionales “fuegos artificiales sobre el mar", iluminando el frente marítimo con un maravilloso espectáculo pirotécnico. El papa Clemente VIII había formalizado el rito de las “Cuarenta Horas” en 1592 para celebrar el centenario del descubrimiento de América por Cristóbal Colón: durante la exposición de las cuarenta horas (el tiempo que tardó desde su muerte Jesucristo en resucitar), de hecho, se imparte a los fieles la bendición eucarística desde cuatro puntos diferentes de la ciudad, para simbolizar los cuatro continentes conocidos. La iniciativa del rito “Cuarenta Horas” fue particularmente apreciada por los gobernantes españoles y napolitanos que comenzaron a repetirla todos los años, de manera que, cuando los Borbones conquistaron Nápoles, continuaron mantenido la tradición. El escritor francés Sthendhal , encontrándose en Nápoles en 1824 , fue testigo de la celebración y, en éxtasis, lo describió en un pasaje de la novela "El Rojo y el Negro".

        En un pie de página (3) de Quaderni Porticesi ("Il tappeto di fiori a Portici) cita al libro "El rescate de Torre del Greco, Resina, Portici y la fiesta de los Cuatro Altares, Torre del Greco, 1957. Autor: E. DE GAETANO". En el cap. VI. par. 13, pag. 186 informa: "No saben desde cuándo. El padre Bemurdino de la Torre habla de tapices, y si fueran de hecho tapices y no alfombras significa que éstos son posteriores a 1794. Parece que las primeras alfombras estaban hechas de flores auténticas y hojas esparcidas por las calles, como todavía se practica en otros lugares, y los vi en Portici. Luego fueron ejecutados en iglesias, una y otra vez con flores auténticas, mientras que la tez de las figuras de hacía con lana de colores; entre los ejecutores de esas alfombras recordemos al canónigo Ciro Torrese asistido por su hermano Vincenzo; a Michele Raiola y a Antonio Ascione que fue el primero en hacerlo en 1878 con los criterios y materiales de hoy. Ciertamente, sabemos que en la fiesta de 1899 fueron admiradas las valiosas obras en flores realizadas en iglesias, como leemos en un informe del Consejo Municipal del 17 de agosto de ese año. Actualmente las alfombras están hechas en el interior con aserrín, café, polvos de colores natural o mezclado con sustancias y sustancias. Todos estos elementos se distribuyen en los dibujos dibujados en el papel pegado a tierra. También hay flores y romero. La mayoría de las veces los bocetos son originales y se hacen en las iglesias de San Felipe Neri, de la Asunción, de S. José de Calasanz, del Rosario, de San Miguel Arcángel. Las alfombras son sometidas a una tabla para permitir que el visitante las vea desde arriba". 

 Por otro lado, en Resina, localidad limítrofe con Portici y con Torre del Greco, las alfombras de flores se venían haciendo por la Fiesta de la Asunción el 15 de agosto. Pero tampoco está claro desde cuándo.


2)   ¿Por qué se puede afirmar que La Orotava es uno de los primeros lugares fuera de las fronteras de los Estados Pontificios en implantar - de manera duradera-  la costumbre de las alfombras de flores con motivo de las celebraciones del Corpus Christi? Siendo como fue el primer lugar de España.

A partir del comienzo del siglo XIX son numerosos los lugares fuera de los Estados Pontificios (en el extranjero o en otras regiones de la actual Italia) donde se producen tapices florales con motivo del Corpus Christi o de otras celebraciones (hasta en 35 países en la actualidad, habiendo sido registrados 1.017 lugares en los cuales se realizan actualmente infioratas). 

Pinchar aquí para ver mapa mundial de lugares con alfombras de flores u otros materiales, realizado por Eduardo Carbone para la Conferencia Internacional de Infioritalia en Unijow-Polonia, en abril de 2016

El 40% de los sitios donde se realizan alfombras artísticas en el mundo se concentran en Italia (a su vez casi el 40% de los sitios en Italia se concentran en la Región del Lacio), país de origen de la “infiorata”, en su gran mayoría con sentido devocional y con el uso de flores, seguida por Brasil (que hereda la costumbre de Portugal), con el 18,6 %, país donde se realizan exclusivamente con propósito devocional y mayoritariamente con serrín coloreado. En tercer lugar España, con el 15%, donde se realizan tanto con flores como con serrín, generalmente con propósito religioso. 

       Según investigaciones recientes, expuestas desde Gerano-Roma, en la Conferencia Internacional de Infioritalia en Unijow-Polonia, en abril de 2016, el 63% de las alfombras devocionales y artísticas realizadas en el mundo se hacen con el uso de flores (es muy importante que en La Orotava no se pierda el uso de las flores y brezos como únicas materias primas, salvo la gran alfombra de arenas volcánicas de El Teide en la Plaza del Ayuntamiento), le siguen con el uso de serrín, virutas, arena coloreadas con el 31% y sólo el 6% mediante la combinación de flores con serrín/aserrín y otros materiales. 

Una cronología no exhaustiva, pero con los ejemplos más significativos de las sucesivas implantaciones de la costumbre de las alfombras, es la siguiente:

  • 1842: Hüfingen- en el Gran Ducado de Baden en aquella época (que fue Estado independiente entre 1806 y 1918, aunque a partir de 1815 perteneció a la Confederación Germánica) – pequeña localidad junto al bosque de Selva Negra, en el sur de la actual Alemania, cercana a la frontera con el Principado de Liechtenstein, fuertemente ligado a Austria en aquellos años. Franz Xaver Reich (1815-1881), un alemán escultor originario de Hüfingen, en 1842-1843 fue becado para estudiar en Roma por el noble austriaco Karl Egon II (1796-1854), último Príncipe de Fürstenberg (principado que se había disuelto en 1806 y fue repartido entre el Gran Ducado de Baden, el Reino de Württemberg y el Principado de Hohenzollern). Franz Xaver Reich había visto la costumbre de alfombra de flores en Genzano, aunque las fuentes también citan -de forma curiosamente contradictoria- que pudo tomarla de la zona de Torre del Greco, concretamente de Portici y Resina (actual Erculano, en las afueras de Nápoles y a los pies del volcán Vesubio). La costumbre en Hüfingen también incluye los altares al paso de procesión, lo cual es una característica del Corpus Christi del área napolitana.      http://www.huefingen.de/179         http://www.huefingen.de/181

Franz Xaver Reich


1844: Camaiore – Ducado de Lucca en aquella época – en la actual región de La Toscana – Italia. Con motivo de la presencia ese año en las fiestas del Corpus Christi del Duque Carlos Luis de Borbón-Parma (que fue Duque de Lucca de 1824 a 1847) se organizaron para embellecer el recorrido de la procesión con alfombras de flores en el suelo. Esta costumbre se erradicó, tras la salida en 1859 de los Borbones del ducado de Lucca y del de Parma, y las alfombras de flores se sustituyen con el paso de los años por diseños realizados con madera tintada de distintos colores (serrín). Cerca de Camaiore y también dentro de lo que fue el Ducado de Lucca se encuentra Turritecava-Gallicano, localidad en el cauce del río Serchio, que se enorgullece de ser la única del valle de Serchio en mantener hasta hoy en día la antigua costumbre de las alfombras de flores.


      • 1844-1847.- LA OROTAVA - ISLAS CANARIAS. De 1844 a 1846 pudieron ser sencillos tapices de ofrenda floral. Y en 1846-47 tendría lugar la primera alfombra de flores a considerar como tal. Utilizaron pétalos de rosas, geranios y otras flores de diversos tonos. En los años posteriores la costumbre fue rápidamente aumentando en participación y en espectacularidad. Prácticamente no se ha interrumpido desde el año de su creación, salvo en 1891 que se suspendieron debido a un brote de viruela, en 1897 por las obras en la Iglesia de La Concepción y en los años 2020 y 2021 debido a la pandemia del Covid19. 


      • Leonor del Castillo y Betancourt (1800-1873) que, según la tradición, fue la que tomó la iniciativa de realizar frente a su casa las primeras alfombras de flores de La Orotava (realmente la casa solariega de su marido, la Casa de Monteverde). Su iniciativa intentaba hacer resurgir la celebración con alguna pompa de la Octava del Corpus Christi, que se hallaba muy decaída por aquellos años. La decadencia venía fraguándose desde finales del siglo XVIII, debido - como ya se explicó - a las ideas modernizadoras de la Ilustración, pero en los años anteriores a 1844 habían ocurrido otros sucesos que perjudicaron aún más a este tipo de celebraciones religiosas: la revolución liberal había supuesto la supresión de los vínculos, mayorazgos y señoríos, siendo la época del fin del Antiguo Régimen. En él se venía sustentando la vieja aristocracia, que habían sido en los siglos anteriores los patronos y benefactores de los templos y conventos. Había surgido una nueva burguesía agraria y comercial, tras las desamortizaciones de los bienes eclesiásticos desde 1835 y de las tierras comunales o de baldíos. Si bien es cierto que, en el caso singular de La Orotava, algunos aristócratas supieron reciclarse y reconvertirse en burguesía agraria, adquiriendo muchas tierras y bienes desamortizados.

        Leonor del Castillo y Betancourt (1800-1873), retrato perteneciente a la colección de Luisa del Hoyo y Monteverde - La Orotava.



        Además, en Tenerife hubo una profunda crisis económica desde 1814 a 1840 pues la viticultura sufrió la competencia de los caldos portugueses. La población permaneció estancada entre 1835 y 1857, a causa de la intensa emigración al Nuevo Mundo. La subalimentación, cualitativa y cuantitativa, se expresó en la brutal plaga de langostas desde noviembre de 1844 a junio de 1845, la hambruna de 1847 y en otros episodios, como la epidemia de cólera morbo de 1851. 


          Detalle del diario de Rafael Tabares y Franco de Castilla (1793-1866), que indica lo siguiente:
          "A mediados del mes de noviembre de este año de 1844 se presentaron en estas Islas una gran plaga de Langosta que dejó asolada todos los campos, siendo muchísima mayor que la que se presentó en el año de 1810, en que ocultaban el Sol".
          Un poco más adelante sigue relatando los efectos de esta plaga:
          "Llegó una gran plaga de Langosta en el mes de noviembre de 1844, y se desapareció en el de junio de 1845 después de haber hecho daños considerables, aun que no por esto dejó de cogerse trigo especialmente en los altos y bastante fruta con especialidad peras (porque han sido como nunca) y mucho mosto mayormente por la parte del norte de esta Isla de Tenerife".


            En 1835 se habían clausurado los 5 conventos existentes en La Orotava, todos ellos muy cerca del recorrido de la procesión del Corpus Christi. Tres masculinos (el franciscano de San Lorenzo - luego hospital de Dolores y actual velatorio de San Francisco - , Nuestra Señora de Gracia de los agustinos - actual casa de la cultura y escuela de música - y San Benito Abad de los dominicos - actual museo de artesanía iberoamericana) y tres femeninos (San José de las monjas clarisas, actual ayuntamiento, y San Nicolás Obispo de las dominicas, actual edificio de Correos). 
            
            De 1835 a 1843 la Santa Sede rompió relaciones con España, en desacuerdo con todo lo que estaba pasando, que se reanudaron con la caída de Espartero y con el comienzo del reinado efectivo de Isabel II en 1843. Se inauguró la llamada Década moderada (1844-1854) y se redactó una nueva constitución en 1845 (obra del partido de los moderados), que regresó al modelo de soberanía compartida entre el Rey y las Cortes y reforzó los poderes de la Corona, así como se estableció una aproximación a la Iglesia católica. El artículo 11 declara que la católica es la religión de la nación y que el Estado está obligado a sufragar el mantenimiento del culto. A lo largo del reinado de Isabel II (1833-1868) se produjo la configuración del Estado liberal en España, pero a partir de su mayoría de edad y reinado efectivo se produce el cese del enfrentamiento con la Santa Sede mediante la firma de un Concordato en 1851 con el papa Pío IX (con Bravo Murillo de ministro), que venía a establecer una política de protección de los bienes de la Iglesia católica que quedaban y se frenó la venta de los que todavía estaban en poder del Estado, obteniendo la Iglesia compensaciones económicas.
            
            Pero a partir de 1850 se implantó masivamente el cultivo de la cochinilla, que trajo una nueva etapa de prosperidad económica (1850-1880). Las cepas de viñedos fueron sustituidas por las nopaleras (tuneras) para la producción de cochinilla. La grana para el cultivo de la cochinilla había sido llevada desde México a Cádiz en 1820, al ver amenazado el monopolio de su cultivo en México, que ya apuntaba a una pronta emancipación. De Cádiz se trajo a las Islas Canarias entre los años de 1824 y 1827.

        LAS TRES ARTÍFICES principales de la primera alfombra de flores de La Orotava (Leonor del Castillo y Betancourt, María Teresa Monteverde y Betancourt y María del Pilar Monteverde y del Castillo). 
        Los ejecutores materiales parece ser que fueron María Teresa Monteverde y Betancourt (a la vez cuñada y prima de Leonor) y sus sobrinos (hijos de Leonor) los hermanos María del Pilar y Antonio Monteverde y del Castillo (este último según se indica en el artículo de 1894 en La Opinión), así como algún otro hermano. Dado que eran 5 hermanos, también podrían haber participado ese año o los siguientes los tres menores: Fernando (nacido en 1829), Catalina (en 1832) y Luis (en 1834). En el boceto original se indica que participaban 4 o 5 personas, Señoras y Caballeros de la familia.

        María Teresa Monteverde y Betancourt, a la vez cuñada y prima de Leonor.




        En los mismos años en que la familia Monteverde-Castillo-Betancourt implantó en La Orotava la costumbre de las alfombras de flores, también la misma familia comenzó a vestirse con unos trajes típicos para la procesión de San Isidro - Labrador y Santa María de la Cabeza. La festividad de San Isidro Labrador se celebraba en La Orotava en la Pascua de Pentecostés hasta que en 1892 se unió a la del Corpus Christi (pues se consideró que separadas causaban excesivos gastos a las arcas municipales, en una época de crisis por la ruina del cultivo de la cochinilla). Estos trajes son conocidos actualmente como trajes de mago de La Orotava, que se han convertido en un símbolo, no sólo de la comarca, sino también de la isla de Tenerife y de toda Canarias.

      • 1851: Primera alfombra de flores de mayores dimensiones en La Orotava, introduciéndose como novedades el brezo quemado como sombra y el brezo picado como fondo.
      • 1852: A los seis años de la primera alfombra, se comienzan a realizar las saragatas o corridos entre las alfombras de flores de La Orotava, para conseguir mayor espacio alfombrado.



Algunos libros propiedad del autor que
              han ayudado a documentar este artículo.



    • 1857: Ponteareas – Pontevedra – Galicia - España. Localidad hermanada desde 1985 con La Orotava. Algunas fuentes en La Orotava afirman que la costumbre fue llevada a Ponteareas de la mano de una dama orotavense casada con un magistrado destinado en dicho lugar, extremo que no he podido por el momento verificar y que no puede tomarse como relevante o clarificador cuando ni se conoce siquiera el nombre del magistrado. Otras fuentes gallegas cuentan que fue un vecino de la Rúa de Abaixo o Real, el primero que tuvo la idea de cubrir con flores el suelo delante de su casa, imitándolo los demás en los años sucesivos. En 1955 publicaba en el Pregón del Corpus el escritor y dibujante ponteareano Ignacio Vidales Tomé: El Corpus de Puenteareas , en el interregno de 1918 a 1947, venía siendo muy poquita cosa. O dicho sin ambages, una mediocridad. En el aspecto artístico se reducía a tres o cuatro alfombras " florales", de simbolismos tópicos, matizados [. ..} con serrín teñido por analinas de rabiosos colores; y el tiuncno (hinojo) y la espadaña esparcidos. Fue en los años de la postguerra cuando los ponteareanos empezaron a confeccionar las grandes alfombras que ahora se pueden admirar, de muchos metros cuadrados. El comienzo de esta nueva etapa se sitúa en torno a 1945, aumentando desde entonces no sólo en tamaño, sino también en prestigio.
    • Un historiador local, Rafael Sánchez Bargiela, estudioso de las cofradías del lugar, quiere creer que la costumbre de las alfombras de flores comenzó antes de este año de 1857 y lo sitúa con una mayor antigüedad, "como mínimo en las primeras décadas del siglo XIX". En ese año de 1857 están documentados unos escritos acerca de la procesión del Corpus porque hubo un conflicto entre el párroco de San Miguel y el Concello (Ayuntamiento) acerca del recorrido por el que debía discurrir la procesión del Corpus. En un relato que el fraile Felipe Estévez envía el obispo de Tui para explicar la polémica, indica que cierta calle estaba toda barrida, extendidas en parte flores, hierbas aromáticas y más que se acostumbraba en la solemnidad del día, (...). Pero estas descripción de flores extendidas por el suelo no tienen necesariamente que significar que se tratara de alfombras de flores artísticas, como sí sucedía en otros lugares. Bargiela concluye que esta costumbre provenía de años anteriores, lo cual perfectamente podría ser así, aunque no se podría precisar cuántos. Pero insisto en que el texto del documento no aclara si eran alfombras artísticas de flores ni tampoco desde hace cuántos años se venía haciendo.  En el transcurso de la procesión de 1857 parece ser que el párraco fue finalmente por un camino distinto que el indicado por el alcalde, dividiéndose la comitiva en dos. Frai Felipe Estévez añade que, de haber sucedido en los años anteriores (bienio progresista) el escándalo y sacrilegio hubiera llegado a donde no parece creíble. En el año siguiente, 1858, la procesión tampoco estuvo exenta de polémica, y en un escrito se indica el descontento de ciertos vecinos porque contribuyen con pensión para esta función y delante de sus casas colocan un altar donde descansa el Señor. Nada dice de que estos vecinos confeccionasen alfombras artísticas de flores delante de sus casas, que hubiera sido algo lo bastante relevante como para destacarse, pues sólo se indica que colocaban un altar. Sin embargo, Rafael Sánchez Bargiela saca las conclusiones comentadas, no se entiende muy bien en base a qué, pues lo comentado en su artículo no es a mi juicio suficiente para sostener dicho argumento, que parece más voluntarioso que fielmente documentado. 
    • En mi opinión, tras leer el artículo, estaría incluso en cuarentena que las flores que se depositaban sobre el firme de las calles en 1857 fueran realmente alfombras artísticas de flores. Y, desde luego, haría falta documentarlo mucho mejor y con mayor rigor, para fijar una fecha anterior a 1857 como un hecho histórico, como sí sucede en otros lugares. 
    • El texto anterior es otra conclusión que me parece voluntariosa, pues se confunde la importancia de la procesión del Corpus Christi en las primeras décadas del siglo XIX (seguramente impulsadas por la Restauración tras las guerras napoleónicas) con la importancia incluso existencia de la costumbre de las alfombras de flores. No se trata aquí de negarlo categóricamente, sino de indicar que no parecen suficientemente bien documentadas las afirmaciones.

  • PINCHAR AQUÍ PARA VER EL ARTÍCULO COMENTADO DE RAFAEL SÁNCHEZ BARGIELA












    • 1868: Vegueta- Las Palmas de Gran Canaria – Islas Canarias. Según el criterio insuficientemente documentado o justificado de varios cronistas grancanarios, Domingo J. Navarro (1803-1896) y Néstor Álamo (1906-1994), la idea de realizar las alfombras de flores en Canarias se concibió (ver libro de 2014 de El Condado de la Vega Grande de Guadalupe, de Manuel Lobo Cabrera, sufragado por el actual Conde de la Vega Grande) a raíz de un viaje de Juan del Castillo Westerling junto con su padre Agustín del Castillo a la napolitana localidad de Torre del Greco (puerto marítimo junto a Erculano, a los pies del volcán Vesubio). Según esta teoría en mi opinión inconsistente, la señorita gran canaria Leonor habría llevado la iniciativa a La Orotava –una vez ya implantada en Las Palmas, claro- al casarse con el orotavense Antonio de Monteverde. Por otro lado, en el libro de 1997 titulado "El Jardín Artificial" - de A. Sebastián Hernández Gutiérrez (que, aunque fue tinerfeño/orotavense, ejerció de profesor de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y fue estrecho colaborador y estudioso del archivo documental histórico del Conde de la Vega Grande en Gran Canaria) - se afirma, sorprendentemente, a pesar de ser un libro editado en Tenerife y patrocinado por el Ayuntamiento de La Orotava, El Cabildo Insular y la propia Asociación de Alfombristas orotavenses, que: "la inspiración italiana de la primera alfombra viene a confirmar una teoría defendida por Néstor Álamo, quien fija el origen del alfombrismo canario en una visita cultural efectuada por Juan del Castillo, conde la Vega Grande, en compañía de algunos miembros de su familia. Entre éstos viajó la señora Leonor del Castillo, sobrina del principal hacendado de Gran Canaria, a Nápoles (Italia), de donde tomaron la idea de reproducir la confección de tapices vegetales. Al contraer matrimonio, en 1822, con su primo Antonio de Monteverde, hace que la costumbre tome forma en la Villa de La Orotava".  Pero esta teoría, siempre según mi modesta opinión, hace aguas por todos lados. En primer lugar, lo único que prueba el diseño italiano es el origen efectivamente italiano. Está aún por demostrar si fue traída desde Nápoles (Torre del Greco-Resina, actual Erculano), como se ha venido afirmando por historiadores gran canarios de los siglos XX y XXI, nunca tinerfeños (pues se deriva del estudio del archivo histórico de la familia del Castillo- Condado de la Vega Grande, que se encuentra en Las Palmas), o por el contrario fue desde Genzano di Roma, como ya se planteó como una posibilidad (añadiendo que incluso Napoles pudiera haber sido un eslabón intermedio y pasajero de un origen reciente de Genzano di Roma). El origen nunca quedó plasmado en los documentos o testimonios antiguos de La Orotava (del siglo XIX).  En segundo lugar, Juan del Castillo Westerling no fue nunca conde la Vega Grande, sino que lo fueron su hermano mayor Fernando, su padre Agustín, su abuelo Fernando y luego su sobrina Ana (que casó con su primo hermano Fernando del Castillo, que sería luego conde consorte), etc... En tercer lugar, Leonor era su tía (no su sobrina, ni siquiera del padre de Juan, que era hermano de Leonor), 32 años mayor que él, así que en todo caso sería Juan quien acompañara a sus familiares adultos (a su padre Agustín y a su tía Leonor), pues nació en 1832 y en la época de la implantación de las alfombras en La Orotava era aún un niño. En cuarto lugar, la teoría insinúa que la costumbre se trasladaría a Tenerife a partir del matrimonio de Leonor del Castillo en 1822, pero dicho matrimonio había sucedido más de dos décadas antes de la fecha en que comenzara la costumbre en La Orotava. Es demasiado tiempo: cuando Leonor concibió o recibió la idea ya estaba totalmente afincada en Tenerife, que por otra parte era la isla de donde procedían su madre y su familia materna (Betancourt y Molina). Seguramente por estas evidentes inconsistencias de la teoría es por lo que Manuel Lobo Cabrera cambia años más tarde la versión de la historia y afirma en su libro de 2014 que Juan fue al viaje acompañado de su padre el conde Agustín del Castillo y Betancourt (hermano de Leonor). Juan fue el segundo de trece hermanos y un gran artista, discípulo del pintor Federico Madrazo. Estas teorías son poco consistentes pero por desgracia arraigadas, más bien fruto de la ausencia - hasta ahora- de otras que las rebatieran con rotundidad y también fruto del ansia superlativa que forma parte de la idiosincrasia de la querida isla hermana. La realidad es que Leonor tenía contacto frecuente con Tenerife desde la cuna (al igual que su hermano el conde Agustín del Castillo). Y parece muy poco probable que se diera este protagonismo principal de Juan en esos primeros años de las alfombras de flores en Canarias pues, según apunta con buen criterio el historiador orotavense José Manuel Rodríguez Maza, Juan nació en 1831 y en 1846 tendría tan sólo 15 años (y 13 años en 1844, fecha de la primera ofrenda floral con arcos de pipas en La Orotava). El año de 1868 es reconocido por Néstor Álamo como la fecha de la primera alfombra documentada en Las Palmas, esta vez sí que sería lógico que fuera a iniciativa de Juan del Castillo Westerling (1831-1900), que tenía ya por aquel entonces 37 años. La fecha de 1868 es a todas luces razonable, puesto que Juan del Castillo en 1846 en cambio tenía aún por delante sus años de estudios en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid, recibiendo lecciones de su director Federico Madrazo (1815-1894) que había regresado a Madrid en 1842 tras recibir formación en París y Roma. Federico Madrazo fue director de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid, director del Museo del Prado y pintor de cámara de la reina Isabel II.



    • 1870-1900?: Arucas – Gran Canaria – Islas Canarias




    • 1873.- Mazo - La Palma - Islas Canarias. La costumbre se implanta en varias localidades de la isla de La Palma.
    • 1877: Arundel - West Sussex - InglaterraEn el interior de la catedral gótica victoriana de Arundel, al sur de Inglaterra, se realiza una alfombra de flores a lo largo de la nave central en honor al Santísimo Sacramento del Corpus Christi. Cuenta la historia que el Duque Enrique, introdujo la costumbre después de haber visto la alfombra de flores en el pueblo de Sutri a las afueras de Roma (pequeña localidad en la provincia de Viterbo, donde también se encuentra Bolsena, en la región de Lacio). La tradición se interrumpió durante la primera Guerra Mundial, pero fue revivida en 1919 y ha continuado desde entonces. En los primeros días, las flores fueron cultivadas y colocadas por los trabajadores de los Duques en la cercana finca de Norfolk. Hoy en día, la mayor parte de las flores no son de cosecha propia, sino que son importadas y suministradas por los floristas y todo el trabajo se lleva a cabo por los feligreses.

    • El apellido Bethencourt se comenzó a utilizar a partir de la segunda mitad del siglo XIX, siendo José  de Betancourt-Castro y Lugo el primero que lo utilizó, extendiéndose con el tiempo a todos los parientes Betancourt. Así se lo explica José de Betancourt-Castro y Molina a su hijo Agustín, aconsejándole escribir el apellido como Betancourt (págs 177-178 del libro "La familia de Agustín de Betancourt y Molina. Correspondencia íntima", de Juan Cullen Salazar).
      • 1885: Primera referencia escrita acerca de las alfombras de flores de La Orotava, en un artículo del médico Tomás Zerolo Herrera en la revista “La Orotava” (pág.17 del libro “El Jardín artificial”, de Sebastián Hernández Gutiérrez).
      • 1885: Se cubre con alfombras de flores y por primera vez todo el trayecto de la procesión del Corpus en La Orotava, por iniciativa de Alberto Cólogan, ayudado de otros jóvenes amigos suyos.

Ejemplo de plano de recorrido en la actualidad.



      • 1887: Sitges - Cataluña - España. Es el lugar más antiguo de Cataluña en la tradición de alfombras sus calles en ocasión de las fiestas del Corpus Christi (también son especialmente famosas las alfombras de las localidades de Villanueva y Geltrú, además de la propia Barcelona). Esta tradición se remonta en Sitges al 1887, cuando el artista barcelonés Arcadi Mas pintó un cuadro de flores en las calles. Pero tomó realmente cuerpo en 1952 cuando “Foment del Turisme de Sitges” organizó el tradicional concurso de alfombras de flores, que viene celebrándose ininterrumpidamente hasta la fecha. Paralelamente se celebra una muestra floral de claveles en los jardines de l´Hort de Can Falç siendo el clavel el eje de toda la muestra y celebración. Dicha festividad ha sido declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional
      • 1894: Artículo de fecha de 01/06/1894 en el periódico liberal-conservador La Opinión sobre la fiesta de las alfombras de flores de La Orotava, afirmando que la costumbre comenzó 50 años antes, en 1844, refiriéndose a la fecha de la primera ofrenda floral, que consistió en rellenar con flores unos arcos de pipas. Apunta como autores a Antonio Monteverde del Castillo y sus hermanos. Da una descripción detallada de las alfombras de ese año de 1894, indicando cantidad de personas involucradas, de cestas de pétalos de rosas y geranios y de sacos de brezos dehojados y picados. 
              
                           



    • 1897: Tacoronte – Islas Canarias. La familia Machado las organizó en Tacoronte ese año habiéndose suspendido en La Orotava por causa de obras en La Iglesia de La Concepción de dicha villa. Y a partir de ese año la costumbre continuó en Tacoronte.


    • 1883: Genazzano (a 60 Km del sudoeste de la ciudad de Roma) – Provincia de Roma – Región de Lacio - Italia. El festival de la flor mítica, que no es con motivo del Corpus Christi, tiene lugar cada año el primer domingo del mes de julio desde 1883. Consiguió en 2012 el Premio Guiness por la realización Infiorata más grande del mundo: 1.642,57 metros. En la provincia de Roma también hay actualmente infioratas importantes en Arcinazzo Romano, Rocca Santo Stéfano, Pisoniano,…

      • 1901: Artículo de fecha de 10/06/1901 de la entrevista a Mª del Pilar Monteverde del Castillo, en la revista “La Orotava”, acerca del origen en 1846-1847 de la primera alfombra de flores de La Orotava, en cuya confección intervino cuando era joven Mª del Pilar . En el relato - de una persona de 78 años hablando de hechos sucedidos más de medio siglo antes - podría haber varias imprecisiones, por ejemplo en la dimensión de la primera alfombra artística en 1847, pues confunde 3 varas de largo con las 3,5 varas que se pueden medir con la relación entre los respectivos lados  (suponiendo el ancho como correcto, de 2,5 varas). También genera la duda de si esta primera alfombra fue en 1846 o 1847, pues el original que se conserva indica 1847 y en cambio ella dice "Allá por el año 1846"... Además la define como sencillo trabajo floral cuando, a la vista del boceto, no parece sencillo; tal vez sí de reducidas dimensiones.

                       



      Hay un detalle que llama la atención en el artículo: el error en la dimensión horizontal de la primera alfombra artística. Aquí se indica que son 3 varas de largo x 2,5 varas de ancho, mientras que en el texto del boceto original indica que son 3,5 varas x 2,5 varas de ancho. Si comprobamos las proporciones de los lados del boceto, veremos que la correcta es 3,5 x 2,5 varas (o sea, 3 x 2 metros aproximadamente si eran varas españolas del siglo XIX). Así pues, esta imprecisión en las dimensiones de la primera alfombra, dato relevante, podría quizás significar igual falta de precisión en fechar el año de la primera alfombra artística, en una señora de 78 años. En el texto del boceto original se indica el año de 1847 como año en que se ejecutó (aunque parece ser que este texto manuscrito fue añadido ya en el siglo XX), mientras que ella lo sitúa en 1846. También sorprende esta contradicción, pues por otro lado cita que se conserva dicho boceto original.


      • Es interesante analizar las últimas líneas de este artículo de 1901, puesto que nos permite reconocer nuevamente la resaca de una época de profunda crisis agrícola, tras el colapso del cultivo de la cochinilla a partir de 1880, que no pudo hacer frente a la competencia internacional de los nuevos tintes sintéticos. Además, acababa de suceder la crisis o desastre nacional de 1898, con la pérdida de las últimas tres colonias españolas (Cuba, Puerto Rico y Filipinas), que sumió a la sociedad española en el pesimismo. La crisis se nota en la calidad y baja espectacularidad de las alfombras de flores en 1901, según puede deducirse del texto.  Transcurridos unos años es el monocultivo comercial del plátano en grandes cantidades el que volverá a generar de nuevo a lo largo del siglo XX mayor rentabilidad a las fincas de los terratenientes. El plátano ya existía en las islas desde el siglo XV pero en pequeñas cantidades, y desde Canarias fueron llevadas algunas de sus variedades, al igual que el cultivo de la caña de azúcar, a Sudamérica. A partir de 1892 las fiestas del Corpus Christi en La Orotava cobraron una nueva perspectiva, debido a que se unen con las de San Isidro Labrador, que se celebraban en la Pascua de Pentecostés, y ello se debe a que se reconoce que por separadas ocasionan excesivos gastos a las arcas municipales.                                     
      • 1905: Primeros tapices florales en la plaza del ayuntamiento de La Orotava, elaborados por Guzmán Codesido Varela y Agustín Monteverde y Lugo.













      1907: San Cristóbal de La Laguna – Islas Canarias. El año anterior una delegación de La Orotava se había desplazado a Madrid para confeccionar una alfombra de flores para la Casa Real, con motivo de la boda del rey Alfonso XIII con Victoria Eugenia de Battenberg, acaecida el 31 de mayo de 1906. Del 26 al 29 de marzo de 1906 Alfonso XIII había visitado Tenerife (dentro de su viaje a varias de las Islas Canarias), pudiendo contemplar el día 28 las calles de La Orotava alfombradas en su honor. Al año siguiente comenzó la tradición en La Laguna, seguramente más conscientes del mérito y belleza de la costumbre. Se atribuye a Luis Marrero, antiguo sacristán de la Iglesia de la Concepción de La Laguna el ser impulsor del Corpus en La Laguna, ya que fue obra de él la primera alfombra de esa época, la cual se situaba en la esquina de la plaza de la Concepción.


      • 1919: Primera gran alfombra en la plaza del Ayuntamiento de La Orotava,  elaborada por Felipe Machado y Benítez de Lugo a sus 83 años. Es en este lugar de la plaza del ayuntamiento donde se ha venido realizando la gran alfombra con arena volcánica de El Teide, permaneciendo el resto del recorrido principalmente con alfombras de flores. En el Parque Nacional del Teide (Patrimonio de la Humanidad) existen 17 colores naturales en sus arenas volcánicas. No existe el azul, pero se logra a través de unas mezclas especiales. Las arenas no se tiñen, no se fijan al pavimento, es todo natural. Además, para cuidar del entorno, cada año se utiliza sólo la cantidad de arena que se necesita y, una vez termina la fiesta, la mayor parte de la arena se devuelve a la naturaleza.

Felipe Machado (1836-1930)

Foto moderna de la gran alfombra de arena volcánica de El Teide en la plaza del ayuntamiento

El Guinness World Records incluyó en 2007 la alfombre de arena de la plaza del ayuntamiento en su registro como la más grande del mundo de esta categoría.


    • 1930: Fucecchio – Florencia- Italia, no tan lejos de Camaiore (a unos 60 Km). Cerca de Fucecchio están Cerreto Guedi y Larciano, donde la costumbre de las alfombras de flores se inició en 1996 y 2006 respectivamente. Aunque algunos estudiosos locales están intentando demostrar una existencia más antigua de la costumbre, que pudo luego interrumpirse.
    • 1940-1950: Taggia, pueblo cercano a San Remo en la Liguria - Italia. En este pintoresco la tradición de la infiorata es muy fuerte en marzo, y en varias ocasiones del año le rinden homenaje a la Virgen Milagrosa con la realización de cuadros con pétalos de flores que son verdaderas obras de arte. La Virgen Milagrosa se llama así porque en 1855 acaeció el milagro donde los ojos de una estatua de la Virgen se movieron repetidas veces. Para el Corpus Domini realizan una inforata embelleciendo sus calles para honrar el paso del Santísimo y como parte de la preparación del altar en la Semana Santa realizan un cuadro en el interior del santuario.
    • 1943: Huamantla, Tlaxcala - México
    • 1943: Tarentoubicada a 20 kilómetros al norte de Pittsburg, Pennsylvania- EE.UU., Holy Martyr's en Tarento es la única iglesia en Estados Unidos que celebra la fiesta del Corpus Christi con alfombras de serrín (sawdust carpets). La ciudad, famosa por sus fábricas de vidrio en el 1800, se convirtió en el hogar de muchos de los inmigrantes alemanes que llegaron allí en busca de empleo. En 1943, durante la Segunda Guerra Mundial, muchas de las iglesias de todo el país comenzaron a celebrar servicios adicionales (misas, novenas, procesiones, etc.) en el nombre de la paz. Fue así como el sacerdote James MacNamara de la Iglesia del Sagrado Corazón de Tarento, que había visto el uso de aserrín teñido en el seminario de la congregación a la que pertenecía, Spirito Santo en Selva Negra (allí se encuentra también Hüfingen), Alemania, transfirió esa técnica para la realización de tapices para la celebración de la fiesta de Corpus Christi.
    • 1944.- Artículo de Lorenzo José Machado y Benítez de Lugo. Primer artículo escrito donde se hace referencia al origen italiano de las alfombras de La Orotava:

    • 1947: Se celebra el 100 Aniversario de las alfombras de flores de La Orotava. Se edita un libreto conmemorativo:


    • 1956: Comayagua-Honduras. Es la manifestación mas antigua del país. Mirian Mejía de Zapata inició esta tradición en 1963, en el marco de la apertura de la diócesis de la ciudad. Los materiales son naturales, como semillas, café molido, cáscara de huevo, ajonjolí, frijoles, olotes, flores entre otros.
    • 1963: Ouro Preto, en el estado de Minas Gerais - Brasil. Si bien la tradición afirma que, para la consagración de la iglesia matriz en 1733, los negros habían realizado alfombras, sería en 1963 cuando Nuestra Señora del Pilar fue escogida como patrona de la ciudad y se retomó la tradición de los tapetes (alfombras). Todas las Pascuas se rotan las dos iglesias matrices para su organización. Es así que Nuestra Señora de la Concepción rivaliza con la anterior en la realización de las alfombras mas bellas. Tanto Ouro Preto, como São João del-Rei, Mariana y Diamantina son pueblos brasileños fundados durante la colonización portuguesa y a donde éstos llevaron sus tradicionales fiestas barrocas. La confección de alfombras, fue absorbida por la población e integrándose en la cultura popular, en representación de la devoción y la fe del pueblo de la región. Con los años, la gente se ha especializando, buscando mejores técnicas utilizando en su mayoría serrín y en menor proporción borra de café, trozos de cuero y cal blanca. En algunas fuentes se puede ver que en Brasil muchos creen que la costumbre de las alfombras proviene de Portugal, y que les llegó allí en la época de la colonización. En otras fuentes indican que vino de Azores.

 
    • 1964: Elche de la Sierra, provincia de Albacete – España. Es el lugar donde se originó la técnica del serrín coloreado que luego se difundiera sobre todo por América, sustituyendo a las tradicionales alfombras florales. Se le atribuye su iniciación a Francisco Carcelén que, después de ver las alfombras que se hacían en Tarrasa-Cataluña, en absoluto secreto tiñó la viruta del serrín y -ayudado de doce voluntarios- elaboró las primeras alfombras de serrín, que fueron un verdadero suceso.
           Pinchar aquí para ver un enlace relacionado con el origen de las alfombras de serrín de Elche de la Sierra


    • 1965: Città della Pieve (localidad cercana a Bolsena), provincia de Perugia, región de Umbría, perteneciente a los Estados Pontificios
    • 1965: Geispolsheim, región francesa de Alsacia, localidad cerca de Estrasburgo – Francia. La costumbre provino de Alemania. El recorrido de la procesión está marcado por cuatro altares de madera ricamente decorados y rodeados de alfombras de flores.
    • 1971: Grand Place – Bruselas – Bélgica.
    • 1974: Borraga, provincia de Albacete - España. Por iniciativa del párroco del pueblo y del artista Quijano, borrarreño, se diseñó la primera alfombra de flores en la Plaza Mayor. Desde entonces el pueblo se llena de colores y aroma a mejorana, romero o ajadrea ya que es una zona de abundantes plantas aromáticas.
    • 1974: Almonacid de Zorita, provincia de Guadalajara - España. Adornan las calles por las que discurre la procesión con coloridas alfombras de aproximadamente 1.500 metros, realizadas en viruta y serrín teñidos, cáscaras de huevo o posos de café. 
    • 1979: Noto – Sicilia - Italia.
    • 1979: Funchal - Madeira - Portugal. En el mes de abril se realiza la “Feria de la Flor” (Festa da Flor) en Funchal, sin dudas el mayor evento no religioso del año  y que tiene como eje la flor. En la plaza Restauração es donde se desarrolla la exposición y mercado que atrae a miles turistas de todas partes. Si bien sus orígenes se remontan a 1954, en 1979 comenzaron a realizarse las alfombras flores en el marco de un evento cultural en en la plaza central y a lo largo de la Avenida Arriaga, por donde pasan también jóvenes adornadas con flores.
    • 1984: Casanova de Carinola. provincia de Caserta, región de Campania (cuya capital es Nápoles) - Italia.
    • 1989: Carrión de Los Condes – Palencia – España.
    • 1992: Gambatesa – provincia de Campobasso – región de Molise – Italia.
    • 1994: Ciudad Real, región de Castilla-La Mancha - España. Adornan las calles con alfombras de flores naturales, serrín  y sal coloreadas. Además, se colocan pequeños altares y se engalanan los balcones de las calles por donde discurre la tradición.
    • 1995: Cusano Mutri , provincia de Benevento – región de Campania (cuya capital es Nápoles) - Italia.
    • 1996: Casatori – San Valentino Torio – Salerno – Italia
    • 2001: Harumi, Tokio – Japón.
    • 2004: Ranzi–Pietra Ligure (provincia de Savona, región de Liguria) - Italia.
    • 2005: Torre del Greco (Festival de las Flores de Santa María La Bruna) - Ciudad Metropolitana de Nápoles – región de Campania (cuya capital es Nápoles) – Italia. La tradición aquí para festejar el Corpus Christi consistió hasta los primeros años del siglo XXI en El “Festival de los Cuatro Altares”, o simplemente en “La Octava”, no en un festival de alfombras de flores en las calles.
    • 2006: San’Agnello – Sorrento – Ciudad Metropolitana de Nápoles - región de Campania (cuya capital es Nápoles) – Italia.
    • 2012: Sant’Angelo de Mondragone – provincia de Caserta, región de Campania (cuya capital es Nápoles) – Italia.
 Como ya se ha apuntado, la Villa de La Orotava en Tenerife fue uno de los primeros lugares fuera de Los Estados Pontificios en asentar -de forma relevante y duradera hasta hoy en día- la tradición de las alfombras de flores, involucrando con los años a una parte importante del vecindario y logrando algo espectacular. 

          Pinchar aquí para ver un artículo de Sebastián Hernández Gutiérrez relacionado sobre las características y originalidad de las alfombras de La Orotava

         Por otra parte, son dignos de destacar los casos de las alfombras de flores en Hüfingen (en aquella época en el Ducado de Baden- en la actual Alemania), de Camaiore (en aquella época en el Ducado de Lucca, en Italia, en la actual Toscana, más al norte de Los Estados Pontificios) y por supuesto el de Spycimierz (a 3 km de Uniejow, en aquella época el Ducado de Varsovia, en la actual Polonia, donde las guerras napoleónicas debieron de hacer que alguien llevara la costumbre a los pocos años de iniciarse el siglo XIX).


El Ducado de Baden  mantuvo sus límites prácticamente sin modificaciones desde 1806 y continuó existiendo hasta la caída del Imperio Alemán en 1918, cuando se convierte en un estado federado de la República Federal de Alemania. Fue gobernado por la dinastía de los Grandes Duques de Baden de 1806 a 1918. Durante las guerras napoleónicas fue parte de la Confederación del Rïn aliada de Napoleón. Antes de las invasiones de Napoléon pertenecía a Austria y pasó a ser parte en 1815, como Estado independiente, de la Confederación Germánica. La Confederación Germánica fue una unión establecida en 1815 por el Congreso de Viena que agrupó a 39 Estados alemanes en una confederación de Estados soberanos bajo la presidencia de la Casa de Austria. Sucedió a la Confederación del Rin, creada en 1806 por Napoleón I en sustitución del Sacro Imperio Romano Germánico.

En la localidad casi costera de CAMAIORE (actual provincia de Lucca – región de La Toscana)  existió la costumbre de las alfombras de flores desde 1844 hasta aproximadamente el año de 1865, pues luego pasaron a ser de serrín. El independiente Ducado de Lucca fue gobernado hasta 1859 por los Borbón-Parma. El duque Carlos Luis de Borbón-Parma fue Carlos I de Lucca de 1824 a 1847. El Reino de Dos Sicilias (donde se encuentran Torre del Greco y la propia Nápoles) era gobernado por otra rama menor de los Borbones españoles: los Borbón-Dos Sicilias. Todas estas ramas de los Borbones estaban emparentadas y en relativo contacto entre sí, con frecuentes enlaces matrimoniales cruzados. Así por ejemplo, un hijo de Carlos Luis de Borbón-Parma, Carlos III de Parma, casó en 1845 en la ciudad de Frohsdorf -Austria con la princesa Luisa de Francia, hija de María Carolina de Borbón-Dos Sicilias (1798-1870). 
Es significativo que el comienzo de esta tradición en Camaiore fuera contemporáneo al de La Orotava, aunque en Camaiore más adelante se sustituyera la costumbre por otra de alfombras de serrín. Quién sabe si pudo existir algún tipo de relación no fortuita entre ambas iniciativas, si los protagonistas tuvieron algún tipo de relación intercambiando conocimientos e impresiones o si ambas tomaron como modelo el mismo lugar común de los Estados Pontificios. También se plantea la incógnita de si fue en esta misma época cuando se implantó en algunos enclaves del área napolitana tales como Torre del Greco y Portici (actual Herculano), aunque ciertos historiadores locales hayan intentado en los tiempos modernos justificar -sin documentarlo adecuadamente- un origen más remoto.
Hay que tener en cuenta que tanto Agustín del Castillo como otros parientes suyos tenían relaciones en la Corte de España y de otros países. 
Así por ejemplo, su primo José Joaquín de Monteverde y Betancourt (nacido en 1803), hermano del marido de Leonor del Castillo, fue Guardia de Corps desde 1833 del rey de España Fernando VII y de María Cristina de Borbón-Dos Sicilias (1806–1878, nacida en Palermo-Sicilia). María Carolina y María Cristina de Borbón-Dos Sicilias eran hermanastras, al ser ambas hijas de Francisco I de las Dos Sicilias, pero la primera hija de la archiduquesa Clementina de Austria y la segunda hija de la infanta María Isabel de España. 
Además, un hijo de José Joaquín, Tomás de Monteverde, fue Comisionado de sus majestades para diversos encargos: al emperador de Alemania, al emperador de Austria, al Príncipe de Siam,…
Otros parientes cercanos a Leonor del Castillo que se movieron durante esos años por las potencias que habían participado en el Congreso de Viena de 1815 (para restaurar Europa y luchar contra el liberalismo y el nacionalismo) fueron:
- Agustín de Monteverde y Betancourt (1797-1875), que se traslada a Rusia para estudiar ingeniería (donde se encontraba su tío el insigne ingeniero Agustín de Betancourt y Molina). Desde 1845 dirige las obras de los ingenieros militares de San Petersburgo. Llegó a ser General de los Ejércitos Imperiales del Zar. Dos de sus hijos, Pedro y Agustín, fueron también militares del ejército ruso. El primero fue Capitán de Húsares y el segundo fue Teniente del Segundo Regimiento de la Guardia Imperial, y participaron ambos en la campaña de Polonia.
Manuel de Monteverde y Betancourt (1798-1868).- Dados los avatares políticos por los que pasaba España, fue enviado a estudiar a la Universidad de La Habana. Ya de vuelta a España, fue Mariscal de Campo en 1851, Gentilhombre de Cámara de su Majestad, diputado a Cortes, Presidente de la Comisión encargada de rectificar los límites fronterizos entre España y Francia, Comendador de la Legión de Honor Francesa, etc,…
- Agustín de Betancourt y Molina (1758-1824), el insigne e internacional ingeniero tinerfeño, tío de Leonor del Castillo, fue extraordinariamente bien recibido en noviembre de 1807, en su primer viaje a Rusia, por la familia imperial rusa. Entre sus miembros estaba Isabel Alexevna de Baden, ya Emperatriz, conocida antes de su matrimonio con Alejandro Pavlovich (luego emperador Alejandro I) como Princesa de Baden. Había nacido en Karlsruhe (actual Alemania) en 1779. Una carta de 1809 de Sebastián Lugo-Viña y Massieu cuenta que "bailó con la Emperatriz, en un baile de etiqueta, que llaman allí y otras honras que suelen hacer los Príncipes del Norte a los viajeros ilustres"...
Por otro lado, Agustín tuvo estrechos vínculos con Alejandro F. de Württemberg, (1771-1833) duque de Wüttermberg, hijo de los Príncipes de Wüttemberg y hermano de María (que llegó a ser emperatriz de Rusia al casarse con Pablo I, padre del citado Alejandro Pavlovich). Alejandro entró al servicio militar en Austria y en 1800 se trasladó a Rusia, cuando reinaba su cuñado el Emperador Pablo I. Primeramente vivió en Letonia y en 1811 fue nombrado Gobernador de Bielorrusia por su sobrino el Emperador Alejandro I. Participó en la Guerra contra Napoleón y destacó en la batalla de Borodino de 1812. Con el Cuerpo de Ejército bajo su mando, ocupó en 1813 la ciudad de Danzig, en la actual Polonia (esta ciudad fue parte de Prusia de 1772 a 1920). En 1822 fue nombrado por el Zar como Director General del Departamento de Vías de Comunicación de Rusia, en sustitución de Agustín de Betancourt. Esta sustitución se produjo como consecuencia de haberse descubierto irregularidades en dicho Departamento de Vías de Comunicación, que supuso el procesamiento de dos generales, altos funcionarios del Estado. El Zar acusó a Agustín de falta de control y puso en su cargo a su tío el Duque Alejandro. Desde un principio el Duque se negó a despachar con Agustín y para mayor vejación estableció sus cuarteles en el palacio del Príncipe Yusopov, sede del Instituto y residencia de Betancourt. Ante estos hechos y el fallecimiento de su hija Carolina, Agustín enfermó del alma y se fue a la tumba el día 26 de julio de 1824. El Duque se vio obligado a rendirle un homenaje póstumo dando parte del deceso y destacando las virtudes del hombre más brillante de su departamento, ordenando a todos los generales, jefes y oficiales presentes en la capital rusa la asistencia al entierro, llevando en sus uniformes la señal del luto.

(*): Nota: Toda la información anterior, relativa a miembros de la familia Betancourt y Molina, ha sido sacada del libro "La familia de Agustín de Betancourt y Molina. Correspondencia íntima" de Juan Cullen Salazar, siendo descendiente este autor del hermano mayor de Agustín de Betancourt y Molina (José); motivo por el cual custodia el "Archivo Betancourt y Molina" que sirvió de base a dicho libro.

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3)   ¿Por qué es Agustín del Castillo y Betancourt la persona con más probabilidades de haber conocido la costumbre y de haberla transmitido a su hermana Leonor? El papel de la familia Betancourt y Molina y los protagonistas de las primeras alfombras de flores de La Orotova.

Es en Agustín del Castillo y Betancourt (1805-1870) en quien podrían perfectamente coincidir las cualidades personales y circunstanciales para haber descubierto -solo o acompañado de algún familiar- y tomado buena nota de la existencia, oportunidad, características y diseño de las alfombras de flores o infioratas italianas para incorporarlas a la celebración del Corpus Christi en La Orotava.  

Agustín del Castillo y Betancourt, IV Conde de la Vega Grande, hermano de Leonor del Castillo (ideóloga de la primera alfombra de flores en La Orotava) y primo hermano del marido de ésta (Antonio de Monteverde y Betancourt), era un infatigable viajero, singular personaje y gran prócer de Gran Canaria, cuyas capacidades intelectuales fueron sobresalientes, así como su actividad inquieta y proactiva a favor de la agricultura y la economía de las islas. Sus raíces paternas son eminentemente gran canarias pero las maternas son principalmente del norte de Tenerife (apellido Betancourt, o Béthencourt en su grafía original normanda). A él se deben dos opúsculos editados a sus expensas sobre el “Análisis de algunas aguas minerales de Canarias en 1844” y otro de “Observaciones prácticas sobre el cultivo del Imphy en 1857”. En el primer caso llevó a Paris para su análisis algunas muestras de las aguas de Valle de San Roque, de Teror y Firgas y del agua sulfurosa de Sabinosa de la Isla de El Hierro. Introdujo semillas del cultivo del Imphy (caña azucarada, para hacer aguardiente) en Canarias y las distribuyó por varias islas. En Tenerife se las remitió a su primo José Joaquín Monteverde Betancourt (esto confirma que había una estrecha relación entre ellos) y a su sobrino Antonio de Monteverde y Castillo (hijo de su hermana Leonor del Castillo). También se debe a Agustín la introducción en las islas y especialmente en Gran Canaria de las semillas de los tomates, cultivo que aportó gran riqueza a las islas.
Agustín se recorrió a lo largo de su vida gran parte de Europa, aunque especialmente anduvo por Inglaterra, Francia e Italia. Sentía predilección por Francia, a donde acudía a tomar baños minerales, con el fin de aliviar la doliente irritación cutánea que sufría y que le impedía tomar o estar al sol.
 
 A G U S T Í N   D E L   C A S T I L L O   Y   B E T A N C O U R T

La educación de Agustín del Castillo fue muy esmerada, como la de todos los miembros de la familia Betancourt y Molina (esta familia es el nexo en común entre Leonor y Agustín del Castillo y Betancourt, Mª del Carmen Teresa y Antonio de Monteverde y Betancourt y Pilar de Monteverde del Castillo, todos ellos protagonistas de la primera alfombra de flores en La Orotava). Sus abuelos Agustín de Betancourt-Castro y Jacques-de-Mesa (1720-1795) y Leonor de Molina y Briones (1732-1808) sobresalían por su esmerada educación y tenían una preocupación casi obsesiva por la de sus hijos, que complementaba a la que recibían de los frailes de Santo Domingo y a la que recibieron de los agustinos, franciscanos y jesuitas del Colegio de San Luis, hasta 1767, pues ese año Carlos III decretó la expulsión de estos últimos. Agustín de Betancourt-Castro fue presidente de la Real Sociedad de Amigos del País de Tenerife, participó en la famosa Tertulia de Nava y tenía una biblioteca familiar con una importante cantidad de libros. Leonor de Molina, hija del marqués de Villafuerte, fue una mujer inquieta y preocupada de dotar a sus hijos de una completa formación. Tuvo una intervención crucial para el desarrollo intelectual de sus once hijos. Una prueba de dicha educación exquisita, entre otras, fue la irrepetible figura y proyección internacional de su hijo el insigne ingeniero Agustín de Betancourt y Molina (1758-1824), que destacó extraordinariamente en su época. Fue el padre de la ingeniería en España y también de Rusia, a donde acudió desde París tras estallar la revolución francesa. Otro de ellos, María del Pilar (1768-1850), madre a su vez de Agustín del Castillo, debió también trasladar a sus tres hijos estas mismas inquietudes intelectuales.


Sabino Berthelot
Obispo Vicente Román y Linares
El francés Sabino Berthelot, en su primera estancia en Tenerife (1820-1830), residió tres años en La Orotava hospedado en una parte de la Casa de Franchy, cuando aun albergaba en sus jardines el famoso drago centenario y estando deshabitada  por sus propietarios, enfrascados en un pleito familiar por la herencia de los mayorazgos. En 1824 había abierto el primer colegio particular de Canarias, que pudiera servir de escalón entre la enseñanza elemental y los cursos científicos de la Universidad de San Fernando en La Laguna, y que comprendía las enseñanzas siguientes: historia sagrada, lectura, gramática, latín, francés, inglés, matemáticas, geografía, música y dibujo. Este liceo, regido por un francés sospechoso de ideas subversivas, en una época en que el gobierno absoluto recobraba el poder y las autoridades reales frenan todo intento renovador, no inspiraba suficiente confianza a las autoridades y éstas encontraron razones morales y religiosas para pedir y obtener su clausura. El obispo Vicente Román y Linares, bien conocido por su intolerancia y primer obispo de la Diócesis Nivariense, estimó que el Liceo de La Orotava era una escuela peligrosa e impía, y ello fue el fin de la institución, pues forzó al Capitán General Teodoro Uriarte a su cierre. La Universidad había quedado suspendida de 1823 a 1825 (había sido fundada en 1817), también acusada de foco impío y rebelde. Fernando VII la volvió a clausurar desde 1830 hasta 1833, año en que el rey murió y fue reabierta por la nueva reina regente. 
Es una lástima que Berthelot no hubiera continuado residiendo en la Orotava en los años del origen de la costumbre de las alfombras de flores, pues a buen seguro hubiera documentado los hechos con todo detalle, como era su costumbre y afición. 
Pues bien, algunos lugares que Sabino Berthelot destaca en las memorias de su primera estancia, por la gran profusión y belleza de sus flores (“Miscellanées Canariennes”, Tomo I de la Historia Natural de las Islas Canarias, publicadas en París en 1839), son La Rambla de Castro y, por supuesto, el bello complejo florístico de las Cañadas del Teide. Según él mismo indica, la Rambla pertenece a la familia de los Bethencourt-Castro, es decir, a la familia Betancourt y Molina que nos ocupa (desde varias generaciones atrás el beneficiario del mayorazgo estaba obligado a apellidarse Betancourt-Castro, o Bethencourt-Castro, como se volvió a utilizar una vez que ya no era un problema parecer un afrancesado, sino todo lo contrario), y la describe de la siguiente manera: “Esta encantadora propiedad está situada cerca del mar, en la parte baja de Los Realejos. El propietario le saca un asombroso producto a este terreno en pendiente y cortado por barranquillos. Me gusta vagar por sus senderos serpenteantes cubiertos por una espléndida vegetación, escuchar el rumor de la espumosa cascada que se precipita entre las rocas para después discurrir sosegadamente sobre un SUELO ESMALTADO DE FLORES. Las viñas hacen gala de sus dorados racimos y las huertas, de los más hermosos frutos. Contemplando la Rambla de Castro no parece que en ella haya intervenido la mano del hombre: es como si aquí se hubiesen creado los jardines de Armida…”. La familia Béthencourt-Castro tenía por tanto a su alcance extensas propiedades de donde disponer de gran número de flores, que crecían junto a las zonas de regadío, embelleciendo las fincas y sus caminos, así como para ornamento de las casas, y que con toda probabilidad fueron utilizadas en las primeras alfombras de flores del Corpus Christi de La Orotava. A la Rambla de Castro se sumaba la finca Jardín o Zamora en El Realejo Bajo (de 65 fanegadas de nopales, papas y millo de riego y de secano, trigo y chicharros de secano, cebada, pastos y eriales), y otras, al ser de los principales propietarios de tierras tanto en El Realejo Bajo como en el Alto.

La hacienda de Castro o del “Mayorazgo”, en la Rambla de Castro, es la principal y la más antigua de las haciendas de la costa de este municipio de Los Realejos. Ofrece rincones de sugerente belleza, donde el sonido del mar se ve a menudo silenciado por el canto de los pájaros.

Levantada por Hernando de Castro a comienzos del siglo XVI, el actual edificio pertenece a los siglos XVII y XVIII, con aportaciones posteriores. Estuvo rodeada por una amplia zona ajardinada que caía sobre el frondoso barranco frente a la playa de Castro o de “El Camello”. Esta hacienda es un punto de referencia importante en el paso del Sendero del Agua, uno de los senderos más transitados del municipio.




Sus jardines fueron visitados y admirados por numerosos visitantes y científicos de los siglos XVIII y XIX. Fue para Sabino Berthelott, que la visitó en 1825, “los jardines de Armida sin necesidad de la mano del hombre”. Para Jules Leclercq, que tuvo la oportunidad de conocerla a finales del Siglo XIX, “las palmeras de la Rambla de Castro le hicieron soñar con encontrarse en la célebre Alameda de Río de Janeiro, y sus grutas le trajeron recuerdos clásicos de la isla de Calypso”. Jean Mascart, astrónomo del Observatorio de París, que visitó la isla en 1909, la describió como “el Edén que se extiende hasta las olas del mar”. José de Viera y Clavijo, ilustre polígrafo nacido en Los Realejos, dijo de ella en 1773, en su Historia de las Islas Canarias, que era “una hacienda deliciosa de terreno amenísimo”. Según Benigno Carballo Wangüemert, “no hay entre la Orotava e Icod un rincón más admirable y más hermoso que éste. Los viajeros que pasan por allí, forzosamente han de detenerse a contemplarlo desde un balcón natural que forma la misma carretera. Sin embargo, desde esta altura, no es posible imaginar que abajo exista un verdadero paraíso terrenal”.




Casona y Hacienda de La Pared, en Icod el Alto (Realejo Alto)
Casa y Hacienda de La Pared en Icod El Alto (Realejo Alto), que formó parte del Mayorazgo de Castro, situado junto al barranco de Ruiz y que perteneció a la familia Bethencourt y Castro, propiedad luego de la familia Monteverde Betancourt. 
Esta hacienda había sido la primera en introducir en el archipiélago el cultivo de la papa, siendo traídas las primeras en 1622 de Perú por parte de don Juan Bautista Bethencourt. Desde finales del siglo XVII hasta principios del XVII la hacienda tubo una parte destinada a posada, ya que debido a la cercanía de paso del camino Real que recorría la isla muchos viajeros y comerciantes hicieron noche en ella, ya que disponía de todo lo necesario para pasar la noche, cama, comida y caballerizas donde reponer a las bestias.

Un poderoso grupo empresarial ruso ha formalizado recientemente la compra de la Hacienda de La Pared. Con esta compra, la citada sociedad rusa pretende poner en valor la memoria del reconocido ingeniero militar e inventor Agustín de Betancourt y Molina, nacido en el Puerto de la Cruz en 1758, y perteneciente a la prestigiosa familia dueña de la extensa Hacienda desde su fundación.


El mismo patrón de extensas fincas dedicadas a la agricultura, incluso en otros municipios de la isla, se repite en esa época en otras familias terratenientes de la antigua nobleza y residentes en las casas solariegas del casco de La Orotava, lo que les permitió disponer con facilidad del suministro de flores sobrantes necesario para confeccionar cada año los tapices de flores y consolidar esta tradición, que como es sabido en sus inicios era de ámbito familiar, cuando aún no existían la floricultura industrial ni, por supuesto, los comercios de viveros de flores. 



Como se indicó en el Programa de las fiestas con motivo del Centenario de las Alfombras, año de 1947, en los primeros tapices de flores se utilizaron pétalos de rosas, geranios y otras flores de diversos tonos. La propia Leonor del Castillo Betancourt,  figura en 1849 entre los diez primeros contribuyentes o propietarios (de fincas e inmuebles) de La Orotava (véase “Repartimiento de la contribución territorial para 1849. Archivo municipal de La Orotava”.  Al figurar ella, y no su marido, podría pensarse que ya era viuda. Pero la fecha de fallecimiento de Antonio de Monteverde (nacido en 1793) no la he encontrado documentada (aunque se sabe que dictó sus últimas disposiciones ante notario en 1837). Desde luego, en una de las fotos que se muestran a continuación, por su aspecto se diría que en ese momento superaba en edad  la sesentena, que nos situaría en el año 1853. Según José Manuel Rodríguez Maza, Leonor ya estaba viuda el año de creación de la primera alfombra de flores en La Orotava.
Antonio de Monteverde y Betancourt, en ambas fotografias sentado y leyendo

Antonio de Monteverde y Betancourt, más joven.


Leonor del Castillo y Betancourt

  
4)   ¿Por qué Genzano, localidad de Los Estados Pontificios, es el lugar con más probabilidades de haber difundido la costumbre fuera de sus fronteras? Atractivos de la localidad de Genzano y de sus alrededores.





Es probable que la mayor envergadura y repercusión internacional de Genzano la hiciera el escaparate donde se pudieron inspirar los diferentes personajes que divulgaron la costumbre fuera de Los Estados Pontificios, como herramienta para potenciar las Octavas de la celebración del Corpus Christi. 
Incluso es posible, aunque no definitivo, que Agustín contemplara o tuviese conocimiento de las infioratas de Genzano di Roma, por encontrarse cerca de Roma y el Vaticano, y junto a dos lagos de gran interés científico para nuestro personaje: los lagos de Nemi y Albano. Incluso por otros atractivos naturales o arqueológicos, o por su cercanía con la residencia de verano del Papa, como se explicará a continuación. Pero, si fue Genzano, tuvo que ser antes de 1845, pues el festival de infiorata de Genzano se interrumpió de 1845 a 1864 (casualmente es la misma época en la que existió la tradición de flores en Camaiore, cambiando luego a alfombras de serrín).






El historiador italiano Francesco Dionisi es de la misma opinión, y en 1976 publica en el periódico “La Squilla” que “Nel 1847 Donna Maria Teresa di Monteverde y Bethencourt e Donna Leonor Pilar Monteverde y Castillo fecero a La Orotava, nell’isola di Tenerife la prima “ ALFOMBRAS DE FLORES “ o tappeto floreale davanti al loro palazzo in occasione dell’Ottava del Corpus Domini : l’iniziativa ebbe successo e le “ alfombras de flores ” si svilupparono sempre di più, tanto che le Infiorate di La Orotava, di origine nobile, sono divenute le più artistiche e le più belle del mondo (las más artísticas y bellas del mundo).


“Da La Orotava, che probabilmente ispirò le Infiorate di Genzano (o sea, que probablemente se inspiró según su opinión de las alfombras de flores de Genzano), l’usanza si diffuse in altre città delle Canarie, quali Las Palmas de Canaria, Arucas, Mazo, El Paso, Laguna e Tacoronte. Nel 1906, il Re di Spagna Alfonso XIII ammirò l’Infiorata di La Orotava e ne rimase così entusiasta che invitò gli artisti Orotavensi a recarsi a Madrid per comporvi un’Alfombra de Flores in Plaza de Toros. Successivamente altre città Spagnole seguirono l’esempio: tra le quali Puenteares, Sitges , Moià, Argentona, San Justo Desvern, Bueu, Valencia e Lerida”.

En el año de 1843 el Papa Gregorio XVI visita Genzano, que le dedica el festival de flores de ese año. Por otra parte, Castel Gandolfo es una pequeña localidad italiana situada a orillas del lago Albano. El municipio es muy conocido por encontrarse allí la residencia de verano del Papa. La Residencia Papal es un edificio del siglo XVII que fue diseñado para el Papa Urbano VIII, añadiéndose un chalet colindante en época de Pío XI. El Palacio Papal estuvo deshabitado desde 1870 hasta 1929.

Ya indicamos anteriormente que la tradición afirma que Torre del Greco o Erculano (ambas a los pies del volcan Vesubio, en el Reino de Dos Sicilias) es de donde provendrían respectivamente  las costumbres de las alfombras de flores de La Orotava y de Hüfingen (Ducado de Baden, en la actual Alemania). Pero, de haber sido así, estos lugares debieron, en tal caso, haberla tomado recientemente de Los Estados Pontificios, seguramente de Genzano di Roma. Como se ha explicado, en Erculano (en aquella época se llamaba Resina) existió el Parque Villa Favorita, primer parque temático del mundo, que da a entender que este lugar recibió muchos viajeros en aquellos años. También en Portici estaba su palacio real, con su famoso Museo de Herculano, con muestras de los yacimientos de Pompeya y Herculano. Hemos visto que Nápoles era la mayor ciudad de la península itálica y visita obligatoria en el Grand Tour y lugar habitual de salida (el puerto de Torre del Greco) del regreso de los visitantes a sus lugares de origen.

Si damos por válido que en el origen de la iniciativa de las alfombras de flores de La Orotava existió un viaje de Agustín del Castillo a Torre del Greco, localidad en la costa napolitana que también podía servir como puerto de escala, podríamos añadir como hipótesis que en éste o en otro viaje visitó Roma y El Vaticano, en Los Estados Pontificios, fronterizo con el de Dos Sicilias. No parece descabellado suponer que un gran viajero como Agustín del Castillo tuvo que haber visitado en algún momento de su vida, o en varios, Roma y El Vaticano. Tampoco sería de extrañar que, una vez en Roma, se acercara a los lagos de Nemi y Albano, a sólo 30 y 18 kilómetros respectivamente al suroeste del centro de Roma. Allí podría tomar baños minerales, como acostumbraba realizar en sus viajes a Francia (con el fin de aliviar la doliente irritación cutánea que sufría y que le impedía tomar o estar al sol), analizar sus aguas minerales y disfrutar del magnífico paisaje de esos lagos inmersos en enormes calderas de origen volcánico. Son numerosos los grabados y acuarelas, de estilo romántico, en la primera mitad del siglo XIX que retratan el entorno del lago de Nemi, lugar de gran belleza natural. Este periplo, itinerario lógico para su formación intelectual y para su afición por los baños y las aguas minerales, le hubiera permitido sin duda conocer la existencia del festival de flores de Genzano, cuya fama había traspasado ya la península itálica. Quizás incluso coincidiera con la celebración del festival.
La pequeña y pintoresca localidad de Genzano, en el territorio de los Castelli Romani, está a los pies del lago volcánico Nemi y muy cerca del lago también volcánico de Albano, mayor y más profundo. Ambos están situados sobre un cráter común volcánico inactivo, con una cámara de magma de la que se filtra dióxido de carbono que asciende entre las rocas y pasa al agua. El uso del CO2 como recurso terapéutico incluso hoy en día se recomienda en la práctica médica, ya que se ha demostrado en diversos estudios médicos sobre los efectos del CO2 a nivel micro circulatorio que favorecerían directamente en la reducción notable de las lesiones cutáneas que aparecen en la psoriasis y en la psoriasis fotosensible. Por otro lado, en la época antigua, los más famosos santuarios en Italia de la diosa Diana - análoga a la Artemis griega -, diosa del elemento húmedo y de las aguas termales (porque la acción de la Luna se ejerce sobre todo sobre el agua y porque el agua atrae la caza. Además es patrona de los bosques, de los animales salvajes, guardián de manantiales y arroyos, y otras muchas atribuciones), fueron Capua, Nemi (concretamente el pueblo de La Riccia, en los aledaños de Genzano, del que se contaba que allí se adoraba a la misma Artemis de Táuride, llevada a Italia por Orestes) y el del monte Aventino en Roma. Cerca del lago de Nemi se encuentran un bosque y un lugar de culto dedicado a la diosa Diana ; " Nemi ", de hecho, Nemi toma su nombre de Nemus Dianae, bosque sagrado dedicado a la diosa Diana. Era un lugar popular de entretenimiento de los antiguos romanos. La construcción antigua romana dedicada a ella, el templo de Diana, originalmente estaba situada en las orillas del lago pero ahora se encuentra relativamente lejana debido a la disminución de la cota del nivel del agua. El emisario que también se conserva, igualmente de la época romana, en su tramo subterráneo es de 1.650 metros de largo, pasa por debajo de Genzano a través de la cerca del cráter del volcán de Lazio.

 


Desde antiguo el lago Nemi fue objeto de una leyenda relativa a dos barcos fabulosos de tamaño gigantesco, construidos en la época romana, que habrían sido enterrados en el fondo del lago por razones misteriosas. Esta leyenda comenzó a circular probablemente en el siglo I dC, y luego a lo largo de la Edad Media , acrecentada por el descubrimiento ocasional de artefactos extraños de los pescadores del lago. Los dos barcos, de 70 metros de largo y más de 25 de ancho, habían sido construidos por el emperador Calígula , en honor de la diosa egipcia Isis y la diosa local Diana, patrona de la caza, utilizándolos como palacios flotantes en los que vivir o quedarse en el lago, o con los que simular batallas navales. Pero después de su muerte en el año 41 dC, el Senado romano (del que el emperador había sido opositor político amargo) destruyó todas las obras de Calígula para borrar su memoria, incluidas las naves de Nemi, que fueron hundidas en el fondo del lago. Desde entonces, la historia de los barcos, en combinación con la memoria de su magnificencia, pronto se convirtió en leyenda. Ya desde mediados del siglo XV se hicieron intentos de recuperación de los barcos con la ayuda de una gran balsa y la intervención de los nadadores genoveses. Fueron recuperados algunas fístulas de plomo que permitió en esa época una datación más precisa del momento de la construcción de los barcos. Casi un siglo más tarde, en 15 de Julio de 1535, se hizo un intento utilizando una especie de campana. En 1827 se reanuda la exploración del fondo del lago con una campana Halley y se recuperan algunas pequeñas partes de los barcos. En 1895 un buzo experimentado identifica uno de los barcos y recupera la cabeza de un hermoso león de bronce y otros materiales y reliquias que confirman el uso del lago como  lugar de rituales sagrados y simulacros de batallas navales. La recuperación completa de los barcos se llevó a cabo de octubre de 1928 a octubre de 1932, haciendo descender el nivel de lago mediante bombas de achique del agua. Después de esa operación, incluso después de que el posterior relleno, el nivel de agua del lago nunca volvió a su cota original. Para descargar el agua aspirada desde la extracción de agua incluso se utilizó una salida artificial existente, que se remonta a la época romana, restaurado con motivo de la recuperación de los buques. Sin embargo, la noche del 31 de mayo de 1944 se produjo un incendio supuestamente intencionado, que duró hasta el 1 de junio, que destruyó las dos naves y la mayor parte de los artefactos que se guardaban junto a ellos. 

5) Italia, cuna de la horticultura ornamental y de la floricultura industrial.

Durante siglos en la actual Italia existió una floreciente tradición por la horticultura ornamental. Los jardineros italianos de la zona de la Riviera de Liguria, La Toscana y los lagos fueron desde entonces conocidos por su habilidad en la creación de jardines preciosos y de gran espectacularidad. La floricultura italiana moderna nace en Italia en las zonas del Gran Ducado de la Toscana y del reino de Cerdeña (a él pertenecía la Riviera de Liguria, también conocida como Costa Azul italiana) poco antes de la unificación del país (1870). Ya en 1764 está documentada la existencia de cultivos en la Costa Azul italiana de claveles, rosas, anémonas, ranúnculos,… que en la estación invernal son enviados a París y Londres. Muchos consideran 1872 como fecha del nacimiento de la floricultura moderna, cuando se inaugura la línea ferroviaria de Génova a Ventimiglia (localidad en la frontera con Francia), que abre nuevos horizontes para la floricultura. Pero el auténtico desarrollo de la industria florícola moderna surgió en los primeros años del siglo XX en la zona de la Riviera de Liguria (Costa Azul en su lado italiano: San Remo, Ospedaletti, Coldirodi, Ventimiglia, Taggia, Vordighera, Vallecrosia, etc,…) y más modestamente en La Toscana (donde su crecimiento fue más lento y gradual), gracias a la producción en grandes cantidades de flor cortada y follaje. El nacimiento de la línea férrea permitió el transporte de la flor cortada de estas zonas de clima temperado a las grandes ciudades del norte (de Austria-Hungría, Alemania, Francia, Rusia, Suiza,…). La costa de Liguria pasó a conocerse como «La Riviera dei fiori». En las últimas décadas del siglo XX, con el desarrollo y crecimiento del transporte aéreo y la globalización de los negocios y mercados, el liderazgo ha pasado a Holanda, relegando a Italia al segundo lugar. Holanda resultó ser más efectiva a la hora de gestionar el enorme crecimiento en la demanda/suministro de flores y, por consiguiente, se ha convertido en el centro mundial en términos de distribución. Aproximadamente la mitad de las flores cortadas producidas en Italia son enviadas actualmente a las subastas de flores holandesas aunque recientemente, ya en el siglo XXI, la situación está cambiando de nuevo a favor de la floricultura italiana.